Sin medidas - Cap 1

Apuesta: Acuerdo al que llegan varias personas por medio del cual se compromete a pagar quien o quienes se equivoquen.

Sami trató de no mirar pero le era casi imposible olvidar que estaban frente a ella, se mordió la mejilla tratando de controlarse pero fue inútil.
Es que eran perfectos, simples y sencillamente perfectos, y estaban justo ahí y no podía hacer otra cosa que caminar los dos pasos que la llevarían hasta la gloria.
Solo un movimiento mas y seria suyo, alargaría la mano y lo tendría muy cerca de su boca, tan cerca que podría oler el delicioso aroma que desprendía.
Doble capa de chocolate.
Rodeó los ojos riendo de si misma, la única ventaja de fantasear con panecillos recién horneados es que no había peligro de un corazón roto, ¿alguien tenia duda de por que prefería a veces un buen postre?, se giró hacia la cafetera y sirvió los dos cafés que le pedía la chica que estaba apoyada en la barra.
La cafetería del campus estaba casi a reventar un día miércoles, pues aun había bastantes personas preocupadas por no desvelarse y pasar un rato con café en vez de alcohol. A diferencia de los viernes que regularmente era sus días con el trabajo ligero.
Llevaba trabajando en ahí casi un año, conocía a la mayoría de vista, no era que ellos la conocieran bien, pero aquello no importaba.
Su mamá decía que ella del tipo discreto, Sami creía que era del tipo invisible, y a ella le fascinaba, podía hacer lo que quisiera sin que nadie estuviera al pendiente por un paso en falso, por ejemplo nadie se ponía histérico por que le encantará comprar cómics originales, fuera al teatro al menos una vez a la semana, pasara todos sus módulos con sobresaliente y ya estuviera trabajando en su tesis o que tomara clases de baile y mirara su talla 13 en un espejo.
La lista seguía y seguía pero ahora mismo no era el tiempo para pensar en ello, pues…
-Disculpa…-, llamó de nuevo "Barbie"
Sami la miró sonriendo.
-Una Coca Cola de dieta-, pidió sin devolver el gesto
-Enseguida-, respondió ella girándose hacia el refrigerador y sacando una lata.
Barbie comenzó a hacer un sonido con sus uñas contra el cristal, señal inequívoca de que Sami estaba siendo muy lenta.
Ella sonrió y tomó un trapo mientras la miraba.
Comenzó a secar el exterior de la lata lentamente.
No es que tuviera algún problema con las rubias, ella misma tenia el cabello de un color similar, pero no le gustaba que Barbie la mirara de arriba a abajo casi sintiendo lastima por que jamás podría entrar en su pantalón cero.
¿Cómo podía existir una talla 0?
Sami adoraba la comida y se cuidaba, hacia ejercicio por las mañanas además del baile, no era aficionada a la comida chatarra y en lo particular pasaba de los refrescos, sin embargo nunca había sido delgada y no quería serlo, había visto a demasiados personas sufrir por su peso como para acarrear aquel problema, su cuerpo venia en un molde un poquito mas grande, a su mamá le gustaba decir que su familia era de huesos anchos, no se mentía pensando que ser un poco mas delgada la haría mas popular o mas sexi.
Había aprendido a quererse a si misma y eso echaba en tierra cualquier mirada de Barbie.
-Disculpa…-, espectó de nuevo la muñequita y Sami le tendió la lata, basta de hacer mal su trabajo.
Barbie hizo una mueca desagradable, pagó y dio media vuelta.
-Algún día te meterás en problemas-, dijo Erik riendo.
Sami lo miró de forma inocente antes de poner el trapo en la estantería detrás.
-¿Por qué?-, preguntó solo para hacerle reír aun mas, el era un hombre alto de cabello negro y piel pálida con hermosos ojos grises, su novio estaba loco por aquellos ojos.
-Siempre sabes como sacar de quicio a las personas ególatras, mezquinas, idiotas…-, aseguró su compañero de trabajo mientras ella fruncía el ceño.
-Y yo que creía que le caiga bien a todo el mundo-, bromeó mientras el reía.
-A la mayoría-, concedió tratando de ponerse serio de nuevo.
Sami le dedico su sonrisa de diez y volvió a echar un vistazo a los panecillos, esa era su única debilidad, se mordió el labio y se acercó, podría tomar uno, solo uno.
-¿Tienes cerveza?-, oyó preguntar a alguien, Sami tardó un segundo en girar su cabeza, un rubio de sonrisa brillante y ojos tan azules como el cielo en una cabeza pegada a un cuerpo de infarto estaba frente a ella.
Todo el paquete era digno de admirar, y hubiera sido perfecto si ella no supiera que el cielo se había olvidado de ponerle algo de cerebro cuando lo hicieron, algún ángel había cometido un tremendo problema, se llamaba Ben o algo así y era un miembro distinguido de la fraternidad mas famosa de la comunidad Universitaria, casi nunca se le veía por la cafetería.
-No, no vendemos alcohol-, contestó ella con una sonrisa casi burlona.
El enarqueó una ceja y como Barbie, la miró de arriba a bajo, claramente reprobándola en el proceso.
-¿Algo mas?-, preguntó ella riendo y acercándose un poco mas, inclinando su cuerpo contra la barra, el se echó hacia tras casi al instante, lo que la hizo reír, parecía que estuviera despeinada y con verrugas en la cara, le enorgullecía decir que no había sufrido acne y adoraba sus ojos verdes.
-Nada que tú puedas dar-, lo oyó murmurar mientras ella sonreía.
-Genial-, aseguró, se giró y quito la jarra de café vacía.
Cuando terminó el seguía viéndola, con el ceño fruncido y la mirada otra vez recorriéndola entera.
Ella enarqueó una ceja y el gruñó alejándose hasta una mesa donde había 4 hombres mas.
Erik la miró con una ceja arqueada.
-Ni una sola palabra-, le dijo mientras ambos reían.
No todas las veces la minoría dejaba sin habla a los reyes del baile.


Derek miró a Ben sentarse con un silencio poco característico de el, al parecer no había conseguido alcohol en la cafetería, una de las pocas apuestas perdidas, una apuesta estupida pues en que cabeza cabía que habría en ese lugar al mas fuerte que el café.
-¿Ni una cerveza?-, se burló Sam
-Cristin siempre tenia una six para mi-, gruñó Ben
-Cristin se fue hace seis meses-, aseguró Derek, aquello evidenciaba lo poco que Ben frecuentaba la cafetería.
-Bueno al diablo, me equivoque-, gruñó de nuevo su mejor amigo mientras sacaba los dos billetes y pagaba a Sam y a Taylor la apuesta.
-¿Qué pasa hombre, tanto te duelen 2 billetes?-, siguió Sam
-Me desesperan las listillas-, aseguró mientras miraba de nuevo hacia la barra.
Derek siguió su mirada, a diferencia de Cristin, una morena de cuerpo exuberante y cara angelical, la chica con un pastelillo en mano era de curvas redondeadas, con una cara linda pero no delgada, su cabello rubio combinaba con su cuerpo de las películas de los 50’s que no ameritaban una cintura que el podría rodear con sus manos.
-¿Qué paso?-, preguntó Taylor mirando de la barra a Ben con ojos brillantes.
-Trato de burlarse de mí-, aseguró Ben
Derek enarqueó una ceja y suspiró, eso no iba a terminar bien, ellos habían sido amigos mas allá de la Universidad, pero Ben cada día se perdía mas entre las tonterías universitarias, ser parte de la fraternidad no había ayudado en nada, simplemente haría cualquier cosa por divertirse, por ganar dinero o por tener sexo, deducía que lo ultimo no entraría en lo que su amigo estaba a punto de decir.
-¿Listos para otra apuesta?-, preguntó
Sam y Taylor casi asintieron como perritos.
-Quién logre salir tres veces con Peggy y consiga sus bragas se gana el dinero apostado y una noche como el rey de la piscina-, concretó sin dejar de mirar hacia la chica, Derek rodeó los ojos.
-Ben esto es absurdo-, dijo en voz baja.
-Tranquilo Dek, ella quizás y hasta sea lesbiana, no heriremos susceptibilidades, si alguno lo consigue ella también gana-, aseguró sonriéndole.
Los tres hombres más en la mesa miraban hacia la empleada de la cafetería con distintas expresiones en el rostro.
-Es gorda-, dijo Sam
-La piscina lo vale-, argumentó Taylor, refiriéndose a la noche en la que la fraternidad hacia una fiesta con toda clase de chicas y uno de los miembros era tratando como rey por cada una de ellas, Derek aun se sorprendía de la forma en que las mujeres adoptaban sus papales.
-Tiene una linda sonrisa-, creyó oír a Alan que se había mantenido hasta ahora en silencio, haciéndolo fruncir el ceño.
-300-, comenzó Ben
-100-, siguió Sam
-200-, continúo Taylor.
-100-, murmuró Alan casi con aburrimiento.
Ben giró su cabeza hacia el mientras Derek enfocaba su vista hacia la chica, ella ahora estaba recargada en una estantería comiéndose con una sonrisa un panecillo y haciendo reír al otro chico detrás de la barra.
Parecía una mujer segura de si misma, sin ningún reproche contra la vida, algo poco característico en una universitaria, todas querían mas dinero, una talla menos, un novio amoroso, un amante mayor o alguna cirugía, si alguno en la mesa ganaba la apuesta, aquella sonrisa que Alan consideraba linda se iría, todo por que había hecho no se que cosa que ofendió el enorme y estupido ego de Ben
Estaban apostando que ella se rendiría a sus “caras bonitas”, una pizza a lo mucho y un polvo agrio, les demostraría que se equivocaban, el ganaría
-300-, dijo al fin mientras Ben reía.


Sami terminó de levantar las sillas sobre las mesas de la cafetería y movió el cuello de un lado al otro para destensar los músculos.
Erik regresó de sacra la basura y checo la caja registradora antes de ir a por sus cosas.
-¿Quieres que te acompañé?-, preguntó
Sami sonrió negando, eran a penas pasadas las 10 de la noche, aun habría unas cuantas personas en las dos cuadras que tenía que caminar.
-No te preocupes, estoy mas cerca que tu-, aseguró mientras el asentía, Erik vivía con su pareja, Simon tenía un pequeño departamento casi a media hora del campus.
Sami salió y ayudó a Erik a cerrar despidiéndose mientras comenzaba a caminar.
Se colocó los audífonos y comenzó a tararear la nueva canción de reggae que un compañero de la clase de baile le había recomendado, se movía al ritmo de la música mientras avanzaba.
Después de 5 minutos, frunció el ceño y giró su cabeza hacia atrás, no había nadie, continuo a pesar de la extraña sensación de ser observada.
Trató de concentrarse en la música pero no le fue posible había dado veinte pasos cuando giró de nuevo, no vio a nadie, sin embargo estaba casi segura que la seguían, se obligó a calmarse, se cerró su chamarra y miró sus zapatos sin tacón, podría correr de ser necesario.
Después de diez pasos mas dejó caer su mochila negra  exclamó sorprendida medio agachándose para juntarla, sintió a alguien acercarse y actuó por puro instinto levantó en un solo movimiento la mochila y golpeó al hombre, una, dos hasta tres veces.
-¡Estas loca!-, gritó el mientras ella respiraba de forma agitada, estaba a punto de correr.
-¿Por qué hiciste eso?-, siguió el, ella frunció el ceño, sabia que debía echarse a correr pero no lo hizo.
-Regularmente eso puede sucederte si asustas a alguien de muerte-, aseguró Sami.
-Yo solo querría hablar contigo-, replicó el
Sami ya no entendía nada, no conocía al hombre frente a ella, la luz en la calle no ayudaba en absoluto, se acercó un paso tratando de verlo mejor.
-La gente normal inicia una conversación a la luz del día sin hacer una escena típica de una película de terror absurda-, replicó ella mientras fruncía el ceño al verlo mejor, era uno de los amigos del señor fraternidad, aunque no podía recordar si había escuchado su nombre, debía ser uno de sus buenos amigos, casi siempre estaban juntos.
-Si, acepto que te asuste, estuvo mal pero no fue a propósito, me llamo Derek-, dijo el en voz modulada, su cabello llegaba hasta los hombros, era alto y mas bien delgado, pero con aquella forma en que podías notar la fuerza contenida en un cuerpo masculino.
-No importa-, dijo ella mientras se colgaba de nuevo su mochila a un costado.
Se giró y comenzó a caminar de nuevo.
-¡Que no escuchaste!, necesito hablar contigo-, aseguró el alcanzándola en tres pasos.
-Si, pero al parecer tu no me escuchaste a mi, luz del día, sin escenas-, dijo ella mientras el reía casi a su pesar.
-En serio, es…importante-, dijo con voz grave.
Sami llegó a la entrada del su edificio y lo miró.
-Te juro que no dormiré de la curiosidad pero te prometo que hablaremos mañana, si quieres-, le aseguró con la certeza de lo que fuera que el o sus amigos planearan, al día siguiente ya lo considerarían aburrido.
Dio media vuelta y caminó hacia la puerta de entrada frente a ella.
-Listilla-, lo oyó murmurar y ella giró su cabeza, el se pasó una mano por el cabello y la miró cruzándose de brazos.
-Samantha-, le corrigió sonriendo y entrando sin mirar atrás, lastima, el cielo debía haberse equivocado muchas veces, sus mejores moldes no parecían ser muy inteligentes, era como un pastelillo sin chocolote, para nada antojable, aunque olían bien…

Cel.

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14 Comentarios

  1. lo ame!! de verdad!! algo asi de divertido es lo que necesitaba!! gracias!!

    te adoroo

    besito!

    Mel♥

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  2. SIIIII, muy buena!
    me hizo acordar algo a Acuerdo Perfecto, que tanto me gustó, esto de la anti-heroina inteligente, alegre y mordaz. Con el chico lindo que se sorprende enamorándose...

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  3. Me ha encantado!!!
    Sammi es genial, me encanta su caracter .
    La historia promete.
    Gracias Cel por tus magnificas historias =D

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  4. liss...en serio te pasas...eres genial...nos puedes maravillar con un fic como soldier,y luego regalarnos esta joyita con una samantha tan fresca y que estoy segura dará vuelta el mundo de derek...o eso espero...gracias por este lindo regalo!!!...un abrazo

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  5. jajaja adore a esta chica!!! no soy talla 13, pero tampoco soy una lindura... así que aprendí hace mucho que los hombres que me gustaban dificilmente me voltearian a ver.
    así que ya somos dos las que pensamos mal cuando se nos acerca un chico guapo.

    saludos

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  6. es que como se le ocurre a Derek acercarse asi y esperar que Sam acepte hablar con él asi como asi


    "-Te juro que no dormiré de la curiosidad pero te prometo que hablaremos mañana, si quieres"

    jajajaja.... estoy segura que la voy a adorar


    :3

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  7. Cel me matas con esta historia, me encantó, necesito más, porque asi soy yo, jajaja asi que me identificare un chingo, bueno talla trece no soy ni tengo ojos verdes pero me defiendo jajaajaja, tienes que actualizar pronto porque ME MUERO jamas me habia gustado tanto una historia es lo que necesitaba algo real para mi :)

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  8. holaa Celll primer capii y ya me atrapastee...me encanto me gusta mucho Sammi su personalidadd ...yy bueno noo es muy lindoo que hayan hecho una apuestaa...peroo me fascino por que sammi es super alegree y geniall....estoy muy contenta con esta nueva historia!!!!!! besossss!!!

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  9. Cel me encanto! Muy buen comienzo! me encanta la personalidad de Samantha,ojala todas las mujeres pensaramos y nos valoraramos con ella!!!

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  10. Anónimo13:29:00

    ohh cel estuvo buenisimo el comienzo de esta nueva historia, me encanto la personalidad de samy es muy listilla no se deja llevar por caras bonita y a las barbies las deja como muñeca de trapo XDD voy por el segundo capi ;D

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  11. Ahhhhh yo no habia leido esto!!!!!!! una catastrofe epica! jajajaja esta Wowwwwww Sami! creo q sera mi nueva heroina... esta ganial!!!!!

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  12. Ame el primer Cap ^^!

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  13. Cynthia Manna14:46:00

    tenia esta historia en pendiente desde hace un tiempo y hoy fue el dia. Me gusta la personalidad de Sami!!

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Deja que fluya...