Hola chicas:
Después de unas ¡obligadas! vacaciones espero que podamos seguir leyendonos y ya no desaparecer tanto tiempo (necesitamos que todos dejen de pensar que Liss tiene una segunda personalidad llamada Cel y en realidad es una sola persona, ¿verdad?).
Por cierto acado de ver el nuevo diseño del tintero, MAGICO trabajo cielo.
Espero actualizar pronto, un saludo.

Les dejo un pequeño relato sobre mi querido grupo musical, les aseguro que no sera la ultima vez que lean sobre Black Love.
Cel.

Melodía Secreta

Él la seguía. 
Mientras subía por la escalera de caracol de la estancia y dejaba a todos en la fiesta, sabía que él estaba detrás de ella, por ello no se giró, solo obligó a sus pies a seguir moviéndose mientras su cuerpo poco a poco era mas consiente de todo, su piel en contacto con el vestido de satín de un verde profundo, su cabello rozándole los hombros, el aire frio causando que sus pezones se endurecieran, y finalmente sus ojos acariciando su espalda, llegó al segundo piso con la respiración un poco agitada, comenzó a avanzar por el pasillo y se detuvo contra la pared a resguardo de la columna que la hacía casi invisible.
Respiró pesadamente y cerró los ojos.
El llegó frente a ella, podía sentirlo, las manos masculinas lentamente comenzaron a acariciar sus brazos, subieron a sus hombros y ella contuvo el aliento a la espera de su siguiente movimiento.
Sus dedos dibujaron trazos pequeños en su piel ya sensible y ella usó su imaginación, invocando su rostro, el rostro que ella quería, sintió su aliento contra la piel de su cuello y luego un poco más arriba.
-Eres hermosa-, le dijo en voz baja y ella reprimió una sonrisa, trató de concentrase y miró hacia él, algo del hechizo se rompió pero era necesario, tenía que verlo, ojos verdes contra ojos negros, casi insoldables, sus dedos lentamente comenzaron a bajar de sus hombros a su escote y ella miró hacia la cámara en el movimiento final.
-¡Corte!-, gritó el director mientras ella se enderezaba y él le daba una sonrisa abiertamente encantadora.
-Muy bien chicos, hemos terminado-, continuó el hombre mientras Dana Bradley agradecía el final de las grabaciones, preparar un video musical no era su parte favorita de formar parte de un grupo.
Ella solo quería un micrófono en frente y cantar las palabras que ella sentía tan propias pero sabía que con cada nuevo disco había la necesidad de meterse en los estudios de grabación o en enormes casas rentadas, como era el caso.
Entre todo el movimiento de gente a su alrededor notó que Adam Silva seguía observándola. El era un actor popular en estos días, endiabladamente apuesto y carismático, con una ascendencia española que lo hacía casi irresistible, sabía que tendría que cortar cualquier insinuación de algo más.
Por eso le gustaban mas los videos donde el grupo era grabado tocando y la historia recaía en manos de dos actores ajenos a ellos, pero no, estaba vez su querido manager había dicho que ella seria la protagonista de su próximo éxito y nadie lo había hecho cambiar de opinión.
-¿Cansada?-, pregunto Adam con una sonrisa torcida mientras ella comenzaba a caminar hacia una de las habitaciones de la casona que había sido acondicionada como vestidor.
-Exhausta, hemos estado aquí todo el día, entre las grabaciones cantando y las grabaciones contigo es mi debut y despedida como actriz-, le aseguró con una media sonrisa, omitió decirle que no había podida dormir bien, o de hecho no había dormido, el sexo fabuloso no era bueno antes de un arduo día de trabajo.
Adam la siguió hasta que ella se detuvo justo en la puerta de su vestidor.
-¿Tan cansada como para acompañarme a beber algo?-, preguntó mirándola fijamente, debía admitirlo, era muy bueno, sentía que era hermosa y deseable con solo una mirada suya, pero bien quizás era que su autoestima en los últimos años había ido subiendo  con demasiada efervescencia, no era presunción, Dana sabía que Adam disfrutaría con ella, pues eso era lo que quería, sexo, además de las portadas que darían a los paparazzi por que el actor de moda salieran con la vocalista de Black Love, sin embargo Dana iba a pasar de eso e irse a su casa, era todo lo que deseaba después de un día cantando una y otra vez palabras de amor secretas, necesitaba un desahogo, y lo tendría.
Una sonrisa se formó en sus labios y Adam debía de haberlo tomado como una invitación, se acercó un poco más.
-Vamos Dana, te estoy invitando a salir, eres hermosa, lo decía en verdad, pero también divertida y original-, admitió el en un susurro acariciante.
Ella amplió su sonrisa, un poco divertida pero la puerta de su vestidor se abrió antes de que pudiera contestar.
-Esa es buena, si no te molesta, te la tomare prestada para mis chicas-, comenzó Ash detrás de ella, Dana se giró para observar a los otros dos integrantes de su grupo.
-Ash no lo insultes, pretendía ser romántico -, replicó Jasón con voz seria mientras Adam entrecerraba los ojos algo molesto por la interrupción y las bromas a su costa, en realidad sus “compañeros” había sido groseros con el todo el día.
Dana creyó que el actor caería en el jugo pero el solo se giró hacia ella y le sonrió de nuevo.
-Te dejo para que te cambies, espero tener tu respuesta antes de irme-, le dio un beso en la mejilla y se giró sin otra mirada hacia los dos hombres en la puerta. Dana expulsó el aire y miró hacia el resto de Black Love.
Ambos eran casi de la misma estatura varios centímetros más altos que ella, pero ahí acababa toda similitud, la piel como el azúcar morena de Jasón Thomas resaltaba a la mas pálida de Ash Carter, la barba bien recortada y rubia de este ultimo contrastaba con el cabello negro de Jace, los dos era arrebatadoramente apuestos y masculinos, siempre lo había pensado, desde el primer momento.
A pesar de lo que ellos mismos pudieran pensar lo que más le gustaba de ambos eran sus ojos, eran muy honestos, en este momento los ojos aguamarina de Ash gritaban enojo, los de Jasón, castaños y dulces, fastidio.
-Pensé que ya se habían ido-, dijo ella haciéndose un espacio entre los dos para entrar al vestidor.
Sus grabaciones habían terminado hace horas.
-¿Estas decepcionada hiedra?-, preguntó Ash con sorna, aun en el marco de la puerta, ella miró su vestido y luego a él con los ojos entrecerrados, comenzó a cepillar su largo cabello pelirrojo.  Evitando decirle algo por el uso de su apodo favorito, de el… y de ella.
-Decidimos esperarte-, explicó Jasón mirándola recargado en la pared junto a la puerta
-Saben que no es posible-, dijo ella en un susurró y los miró rechinar los dientes, casi al mismo tiempo que estuvo a punto de reírse.
-¿Saldrás con él?-, preguntó Ash con voz letal, ella arqueó una ceja.
-Quizás-, dijo
-Dana, por favor-, replicó Jasón mientras ella los miraban.
-Vengan conmigo-, propuso mientras ellos la miraban con diferentes grados de asombro y fastidio.
-Saben que si me niego sería raro y otra escena más de ustedes y todo se irá al traste, ¡estaban esperándome en mi vestidor, genios!-, les reclamó mientras Ash sonríe encogiéndose de hombros.
-Tenemos confianza con nuestra mas intima amiga-, explicó acercándose, la respiración de Dana se aceleró solo un poco mientras el se inclinaba para quedar a su altura.
-Mientras él te este tratando de seducir toda la noche, recuerda a Jasón follandote mientras me corro en tu boca-, lo dijo tan bajo que apena y Jasón podría haberlo escuchado.
Dana tragó y  Ash rozó la comisura de sus labios.
Cuando se enderezó Jasón los veía con sus ojos chocolate ardiendo, le sonrió a Dana y miró hacia sus pechos, haciendo que sus pezones hormiguearan.
-Solo una hora Dana, después nos iremos  casa-, terminó mientras ambos salían dejándola sola y excitada, se levantó con piernas temblorosas y cerró la puerta para volver a sentarse frente al espejo de media luna.
Casa, esa palabras tenía para ellos un significado tan distinto a las otras personas que ella conocía, casa no era donde ella, Ash o Jace tenían sus departamentos lujosos, donde su familia, manager y reporteros podían encontrarlos, casa eran los pocos lugares en los que conseguían ser ellos mismos, donde podría estar juntos, donde los podía amar a ambos y entregarles su cuerpo, donde ellos, dos amigos desde la infancia, podían compartir a una mujer, y sobrellevar todos los problemas que eso significaba.
Un lugar que nadie conociera, pues era su secreto, una relación que nadie debería conocer, en muchas entrevistas a Dana le había preguntado cuál era su sueño más preciado, y había contestado infinidad de cosas que no recordaba, pero en su corazón solo tenía una respuesta, poder retirarse después de algunos años con el dinero suficientes para no tener que preocuparse nunca más, y vivir con sus dos hombres, tener una familia y comenzar una vida nueva, sin los reflectores y el mundo teniendo carta libre para juzgarlos.
Se quito finalmente el vestido estremeciéndose cuando sus pechos quedaron desnudos y sus pezones ansiaban contacto.
Se cambió rápidamente por unos jeans, una blusa negra causal que se amoldaba a su cuerpo delgado y se coloca sus gafas oscuras para detener el cabello, se puso unos aretes de plata, su único adorno, y los dos anillos de plata entrelazados de los que solo Black Love conocía el significado.
Al salir casi se dio de cara con su asistente, una de las pocas personas que medio sospechaba lo que pasaba realmente con el grupo. Pero por órdenes de su manager era un tema del cual nadie hablaba, y les pagaban muy bien por eso.
Le sonrió a Silvia y dejó que entrara para recoger el resto de sus cosas, diciéndole que la vería en unos días.
Adam la estaba esperando con cara un tanto agria al lado de sus músicos, casi se rió de la escena.
-¿Y bien a donde iremos?-, preguntó ella con una sonrisa

***

Ash y Jasón se fueron en la camioneta de Black Love mientras ella se subía junto a Adam en la suya, recibiendo una mirada de advertencia de sus compañeros
Adam era buen conversador y un tanto adulador, el camino le pareció corto hasta que llegaron al club que había elegido, unos pocos reporteros en su ronda habitual los capturaron al llegar, mientras se acomodaban en una mesa privada, Dana pudo observar la forma en que las mujeres asediaban a los tres hombres, Adam se portaba encantador, Jasón sensualmente cortante y Ash demasiado atractivo.
Adam la tomó de la mano despidiéndose de sus fans mientras miraba a Ash escoger a tres rubias ganadoras que le harían compañía y buscarían robarle una sonrisa a Jasón, una situación nada nueva pero que aun le hacia revolver las tripas, y ellos se atrevían a recordarle…cosas
Bien, bien les enseñaría lo que eran los celos en verdad.
Después de tomar un delicioso daiquiri, miró a Adam con una media sonrisa y lo invitó a bailar, el actor le respondió con una mirada brillosa y sensual, cuando se levantaron acercándose a la pista privada en donde solo unas ocas personas también buscando privacidad convergían.
Adam llevó una mano a su cintura y la pegó un poco a su cuerpo.
Dana se obligó a no mirar los rostros de los hombres con las rubias, no aun.
-Desearía besarte-, dijo Adam a su oído, su cuerpo ya hace horas excitado se estremeció y se sintió algo culpable por no haber pensado en los sentimientos del actor, trató de alejarse un poco y la mano de Adam recorrió lentamente su espalda de forma tranquilizante.
-Pero no podre hacerlo porque tu no lo deseas-, le dijo mirándola a los ojos, Dana le sonrió sinceramente, se giró pegando la espalda contra su torso mientras sus cuerpos se movían al ritmo de la música.
Cuando se volvió por el rabillo del ojo pudo ver las expresiones feroces de ciertos músicos que ya había despachado a las rubias.
Dana sonrió y se estremeció por el chispas de excitación, aunque lo negara y a veces fuera un incordio, eran por mucho las mejores noches cuando ellos la reclamaban como suya en el modo más elemental, se alegraba al menos de que ahora los celos fueran por otro hombre y no entre ellos, les había costado mucho solventar los problemas de una relación de tres.
Adam la acercó de nuevo a su cuerpo y ella lo miró con una sonrisa.
-Es cierto eso que dicen que eres irresistible-, le aseguró ella y el soltó una carcajada baja y sensual.
-No para ti, para mi pésima suerte-, le dijo mientras ella se acercaba incitando sus labios, casi podía sentir el modo en que dos pares de ojos la quemaban al mirarla a la distancia.
-No es por ti, estoy arruinada para cualquier otro hombre-, le aseguró y el solo pasó el pulgar por su boca.
-Lo sé-, dijo sorprendiéndola.
Cuando llegaron a la mesa sus hombres se despidieron con expresiones agrias y casi golpearon a Adam cuando el se ofreció a llevar a Dana a su departamento.
-Como quieras-, dijo Ash mirándola mientras soltaba una sonrisa falsa típica del personaje que el mismo había creado para los medios.
-Jace y yo tenemos un trío de rubias que complacer-, les aseguró mientras se despedían.
Dana solo arqueó una ceja cuando cruzaron miradas, Jasón le dio un beso en la mejilla, un beso húmedo y con significado.
Sus bragas estaban empapadas, una bebida mas después de que se fueran, Dana miró a Adama esperando que pudieran irse también.
-¿Impaciente?-, preguntó el mientras pedía la cuenta.
Se subieron a la camioneta y Dana esperó que estuviera en marcha para mirarlo.
-Nadie lo adivinaría, ¿sabes?-, dijo Adam sorprendiéndola y diciéndole lo que ella sospechaba
Dana decidió no confirmarle nada.
-Estate tranquila, hay que tener mucha imaginación para creer en relaciones de tres, quizás he bebido un poco y todo se me olvidara mañana, aunque estaré soñando con pelirrojas unos cuantos días, si me lo permites-, aseguró haciéndola sonreír.
Dana le dio la dirección de su departamento en una de las zonas más lujosas de la ciudad y se despidió con un  ligero beso en los labios.
-Adiós Adam-, se despidió mientras él le sonreía.
-Fue un placer conocerte Dana-, aseguró mientras le abría la puerta y susurraba a su oído.
-Que disfrutes tu noche

***

Tomar su auto “invisible”, ese que había comprado modelo anterior exclusivamente para pasar desapercibida y dirigirse a casa le tomó casi una hora.
Estacionó su auto en el aparcamiento de un complejo de edificios de clase media, utilizando sus propias llaves abrió la puerta del edifico y luego subió las escaleras hacia el tercer piso, no pudo evitar recordar su video clip y aquello la hizo reír, ahora si estaba viviendo su pasión prohibida.
Cuando abrió la puerta del pequeño departamento, no hubo recibimientos, la sala y el comedor estaba a oscuras, encendió la lámpara de la sala mientras caminaba hacia la cocina, ambos la esperaban con cerveza en mano.
No podía hablar siquiera, estaba demasiado excitada y expectante.
-Tardaste-, murmuro Jasón antes de tomar su cerveza.
-Si-, dijo ella mientras Ash se acercaba
-Y bailaste con el-, le recordó mientras la tomaba de la cintura dejando la botella sobre el refrigerador, la cocina era un espacio pequeño y de repente demasiado caluroso.
-¿Sabes lo que fue mirarte así?, preguntó el contra su mejilla, su barba recortada le hacía cosquillas, recordaba cómo se sentía contra sus muslos.
-Lo mismo que fue para mí mirarlos con las barbies malibu-, aseguró ella mientras Jasón reía.
-No te han avisado Dana, no nos van las rubias-, le aseguró mientras él se acercaba para hacerla quedar entre los dos, Ash frente a sus ojos, Jasón a su espalda, dejó que le quitaran la blusa negra y el sujetador, pero no la tocaron como ella más deseaba, su respiración se aceleró y ella se mordió los labios.
-¿Qué quieres cariño?-, preguntó Jasón contra su cuello.
-Tóquenme-, murmuró mientras Ash comenzaba a desabrochar sus jeans.
-Si lo haces seria una recompensa, y te mereces un castigo-, le recordó Jasón mientras ella gemía cuando con expertos movimientos fue despojada de sus pantalones y sus bragas.
Ambos se separaron de ella y Jasón caminó hasta quedar junto Ash frente a Dana, mirando su cuerpo, haciéndola estremecer y sentirse hermosa, ellos era los incentivos para su autoestima.
Era tan placentero y sobrecogedor ser deseada por dos hombres, sus pantalones dejaban ver claramente sus erecciones unas que ella ansiaba sentir, saborear y tener dentro de sus cuerpo, aferrarlas contras sus paredes internas antes de…
-No fantasees con nosotros en frente hiedra-, la voz de Ash la trajo de regreso.
-Por que imaginarlo si puedes tenerlo, tócate-, le ordenó Jasón mientras ella gemía bajito y llevaba ambas manos de su vientre hasta sus pechos, contra sus pezones rodándolos contra sus palmas y pellizcándolos ligeramente.
Cerró los ojos un momento presa de sus miradas, tan cerca del orgasmo solo con ese estimulo, al siguiente segundo sus manos eran reemplazadas por otras cálidas y grandes, masculinas, Jasón estaba de nuevo detrás de ella mientras abría los ojos y miraba a Ash arrodillarse frente a ella.
-Como podemos darte un castigo cuando deseamos tenerte desesperadamente tanto-, le dijo su hombre rubio mientras Jasón seguía acariciando sus pezones haciéndola gemir, besó su cuello mientras Ash la acariciaba la pantorrilla derecha hasta llegar a la rodilla y le levantaba la pierna contra su hombro, acercándola a su rostro, haciéndole sentir el aliento contra su entrepierna.
-Esta húmeda e hinchada-, le dijo a Jasón mientras este mordía su hombro suavemente, Dana echó la cabeza hacia atrás presa de las sensaciones, gimió sus nombres débilmente.
-¿Te vas a correr en su boca, cariño?-, preguntó Jasón a su oído mientras acariciaba sus pezones y Ash la lamía, antes de abrir sus pliegues con los dedos y soplar contra su clítoris, ella se estremeció con el orgasmo ondulando en el borde.
-Ya estás en casa-, le aseguró Jasón antes de que girara su cabeza para un beso abrazador mientras Ash capturaba su botón entre los labios y su orgasmo estallaba contra Dana, se retorció entre ellos mientas Jasón sujetaba sus pechos y seguía besándola y ella seguía entregándole a Ash sus jugos, y el lamía, una y otra vez, follandola con su lengua.
La sostuvieron hasta que ella pudo volver a respirar y abrió los ojos para mirar la sonrisa de gato de Ash mientras pasaba la lengua por sus labios.
Se levantó y le dio un beso en los labios mientras Jasón se separaba de ella, perdiendo la sensación de su erección contra su trasero.
-A la habitación hiedra-, le señaló Ash mientras ella comenzaba a caminar delante de ellos sintiéndose observada, deliciosamente deseada, desnuda para que ellos la miraran.
Se subió a la cama extra grande, la única en el departamento de dimensiones modestas, un contraste que siempre le divertía.
Les dejo ver sus pliegues mientras se colocaba en sus manos y hordillas y los miraba sobre su hombro, ellos habían empezado a desvestirse mientras la observaban, ella abrió aun mas sus piernas mientras su clítoris punzaba.
Ash se acercó acariciándose su trasero, besó su espalda y sus manos separaron sus mejillas para poder encontrar la entrada estrecha que a él le encantaba, besó y lamió la pequeña abertura haciéndola gemir, preparándola para lo que vendría después, le dio otras cuantas lamidas dejándola al borde antes de alejarse.
Fuertes manos sostuvieron su cintura mientras la erección de Jasón se frotaba contra ella, su pene eres largo, le encantaba, se podía imaginar el color más oscuro de su piel contra sus pliegues rosados, ella gimió y se empujó contra él, mientras Ash se colocaba de rodillas frente a ella.
-Se buena con el hiedra, si no, se correrá antes de follarte-, le aseguró mientras acariciaba su pene con movimiento lentos junto a su boca, grueso, de venas fuertes y deliciosamente adictivo, ella se lamió los labios y luego gimió cuando Jasón comenzó a entrar en ella.
-¿Eso fue lo que recordaste cuando le dijiste que no, al despedirte del actorcito?-, preguntó Ash frotando la punta de su pene contra sus labios, ella lo lamió en una rápido movimiento y sonrió negando con la cabeza.
-No, recordé que me aman-, Ash le sonrió, la sonrisa sincera que solo guardaba para ella.
-Lo hacemos cariño, maldita sea, lo hacemos-, murmuró Jasón enterrándose hasta el fondo, Ash presionó contra su boca y ella lo tragó todo mientras los sentía dentro de ella, ambos empezaron a moverse y reclamarla con movimientos coordinados, cada vez mas rápidos.
-Vamos hiedra-, incito Ash mientras ella lo chupaba, haciéndolo jadear.
Jasón encontró su clítoris y comenzó a frotarlo con sus dedos mientras podría sentir sus bolas contra sus pliegues en cada embiste, ella cerró los ojos y chupó el pene de Ash una y otra vez jugando con su lengua, mientras contraía sus músculos internos encerrando a Jasón, deseaba que ardieran con ella, los sintió correrse a ambos mientras que su orgasmo la barría por completo, ellos la sostuvieron de nuevo, la ayudaron recostarse y la acariciaron suavemente.
-Yo también los amo-, murmuró ella haciendo que Jasón riera feliz y Ash le murmurara frases de amor que rivalizaban con las letras de sus canciones.