La guerra del amor - XV

Bando Uno
Mare

De regreso al hotel tomamos un taxi después de que Anton explicara aquel teatro de las amiguitas, había perdido la cuenta de las veces que el había repetido lo siento -algo que secretamente estaba disfrutando, no lo había oído tan arrepentido jamás-, el pequeño juego de los celos se había salido de proporciones, no lo culpaba, ni si quiera consideraba el estar enojada, al final a pesar del mal trago había aceptado algo que aun me costaba, decirle cuanto me importaba, el aceptar estar celosa era solo el principio.
Dicen que la humanidad di un paso en enorme cuando aprendió a comunicarse de forma verbal, aun así todos nos volvemos cavernícolas en algún momento, creemos que las palabras sobran
Ya basta de juegos y medias tintas, este viaje era por nosotros y no callaría ni un segundo más.
Sin embargo aquello no lo exentaba de una pequeña venganza como preámbulo..., reprimí una sonrisa mientras salíamos del vehiculo y caminábamos hacia el hotel, al entrar al vestíbulo lo miré medio sonriendo mientras hacia detenernos a ambos.
-Espérame aquí, ahora vuelvo-, le dije mientras el asentía con el ceño algo fruncido, los sanitarios del vestíbulo eran amplios con un gran tocador y solo tres cubículos, me metí a uno de ellos y maniobre quitándome el sostén morado, tenía que admitir que no deseaba quitármelo, adoraba todo de el, sobretodo por que era la primera prenda que Anton había elegido solo para mi.
Cuando salí para reunirme a su lado le sonreí ampliamente mientras me miraba de fijo.
-¿Que pasa?-, preguntó pero como repuesta solo obtuvo a mi mano jalando la suya hacia al ascensor.
-Mare-, llamó mientras las puertas se cerraban.
-¿Quiero ir a bailar?-, le dije apretando su mano, sin soltarla ni un momento, por un instante se tensó y después me miro fijamente, mi pulgar rozó su piel y el pareció estudiar con detenimiento la situación, sabía que no tardaría en darse cuenta de que iba todo pero eso no le ayudaría de nada.
-No es una buena broma cariño-, exhaló como si todavía se estuviera insultando mentalmente.
-Nadie se esta riendo Anton, juro que quiero ir, ya sabes, la musica y yo nacimos juntas-, le dije con un suspiro y el me miró, alzó una ceja y lentamente una sonrisa se fue formando en la comisura de sus labios.
-¿Que planeas?-, pregunto
-Nada-, le contesté inocente mientras las puertas se abrían y ambos salimos en un mismo movimiento.
-Te veo en una hora-, me despedí besando su mejilla y mirándolo con una sonrisa, me volví para avanzar hacia mi habitación y conté hasta cinco antes de girarme de nuevo me acerqué mientras podía disfrutar el lujo de ver pocas veces a Anton sorprendido, acerqué mi rostro al suyo antes de acercar mis labios a su oreja.
-¿Me lo guardas?-, pregunté enganchando el sostén a la bolsa delantera de sus vaqueros y me giré para caminar lo mas rápido posible a mi habitación, cerrando la puerta tras de mi.
Con el atardecer delineado en aquélla vista resplandeciente elegí un conjunto negro, el pantalón se pegaba como una segunda piel, la blusa de idéntica tela no llevaba tirantes, coloque una gargantilla en mi cuello y zapatos altos, acomodando mi cabello sobre mis hombros terminando en suaves ondas hasta mis pechos, me maquillé sintiendo el ligero cosquilleo en mi cuerpo de esperar a ver su reacción, nunca me había vestido pensando en el pero siempre había sido reconfortante verlo sonreír al escanearme por completo en todos estos años, como si cada día aprobara lo que veía, no había nada sexual en ello, solo admiración y cariño, todo eso se había triplicado con solo una mirada, recordé la sensación cuando el me observaba en el restaurante, sentía que me estaba quemando.
Se merecía hacerlo sufrir un rato, pero solo un rato pues estaba tomando en cuenta la cachetada y ya ansiaba estar de nuevo a su lado, sin nada mas que el cansancio y su olor y el mío entremezclados 
Dos golpes en la puerta me hicieron reír mientras terminaba de aplicarme brillo labial, me miré al espejo una vez mas antes de caminar y abrir.
Ver a un hombre sin palabras es quizás común, -si contamos a más de uno con el cerebro en la región sur-, en cambio ver al hombre que amas sin palabras es único.
-Te ves... hermosa-, lo dijo casi avergonzado como si no supiera como expresarlo, le sonreí mientras el avanzaba un paso, cerré la puerta tras de mi lista para salir, el me apresó contra el material a mi espalda y reprimí un gemido de la pura cercanía.
Reaccioné antes del último segundo, le coloqué dos dedos en los labios.
-Sabes he estado pensando en tu manía con mentir sobre tu sexualidad-, comencé, el rodeó los ojos y separó solo un poco sus labios.
-Tu eres la que se pasa inventándome novios falsos-, replicó el
-Seria bueno darte un tiempo para analizarlo detenidamente-, dije adoptando la mirada fraternal que le dedicaba a mi hermano cada vez que daba un consejo.
-Mare...-, comenzó algo irritado, mi mano había bajado de sus labios a su hombro deteniendo mas su avance.
-Solo quiero confirmar, así que no habrá mas besos por hoy, tu decisión será totalmente objetiva-, le prometí.
-¿Castigándome cariño?-, preguntó con voz contenida, casi entre un susurro y un ronroneo aderezado con una nota de incredulidad y dos de comicidad
Negué con el rostro sin expresión y una mirada inocente.
-¿Yo?, no soy rencorosa, no has oído que la venganza no es buena...-, le dije mientras el reía, se alejó un paso y se cruzó de brazos, aquel movimiento me permitió registrar sus vaqueros y su suéter negro debajo de su chaqueta gris.
-Esta bien, lo merezco, solo espero que pueda convencerte de mi decisión muy pronto-, me recorrió entera haciéndome temblar interiormente, el lo sabía y yo la sabía pero de hacer lo que deseaba y besarlo no habría justicia, el equilibrio del mundo debía superar a mi libido. 
-No te apresures quiero que estés cien por ciento seguro-, aseguré guiñándole el ojo antes de caminar hacia el ascensor
Al subir al taxi Anton me sorprendió dictándole al conductor una dirección, el hombre asintió y el se giró mirándome.
-¿Hasta cuando tendré tu...s cosas conmigo?-, preguntó el con una sonrisa de lado, sabía que estaba hablando del sostén, miré al conductor que parecía no escuchar
-No lo se-, dije encogiéndome de hombros y mirando por la ventana.
-Solo avísame, yo lo estaré cuidando bien-, se palpó la chaqueta cerca de su corazón y yo abrí mucho los ojos cuando el brillo en los suyos fue abrasador, ¡era imposible!
Metí mi mano entre las solapas y encontré la bolsa del interior sentí el encaje del sostén mientras reprimía un gruñido.
Volví a sentarme derecha y sonreí.
-¿Lo ves?, necesitas pensar sobre tus...gustos si traes eso contigo, solo espero que no decidas usarlo-, suspiré y el rodeó los ojos riendo
Bajamos frente a un restaurante de diseños modernos donde aun había varias mesas con turistas, subimos por las escaleras aun lado de la puerta principal del establecimiento, la planta alta del edificio era un bar, la puerta de un sencillo material no se parecía en nada al club más chic de cualquier ciudad.
Desires
Se leía en la camiseta del hombre joven y atractivo al lado de ella, sonreí con mi corazón dando un vuelco, no era el bar del que habían estado hablando Anton y Marcie en la comida, el había buscado otro lugar, nuestro lugar, aquel gesto casi me hizo besarlo ahí mismo, casi...
El hombre me sonrió mientras nos daba la bienvenida, era un lugar amplio a pesar de la estrecha entrada, con la oscuridad cerniéndose en cada rincón, había un desnivel que te llevaba a la pista de baile frente a un escenario donde un grupo tocaba música en vivo, en los costados había sillones rojos, blancos y negros donde varias personas bebían sus tragos riendo y llamando a los chicos que esperaban en la barra, todos con sus playeras negra y sus letras formando la palabra "deseos".
-¿Te gusta?-, preguntó Anton mientras yo asentía, nos sentamos en un sillón rojo a un costado de la barra mientras veía hacia el escenario, la música no era electrónica ni estridente era una música para bailar, soul, country, pop y rock entre mezclado.
-¿Quieres algo de tomar?-, preguntó acercándose a mi oído, el se quedo un poco mas ahí y yo deseé que terminara el camino pero en cambio me levanté y lo miré desde arriba, Solo un poco mas
-Quiero bailar-, le aseguré sin esperar a que me siguiera, caminé hasta las personas que bailaban contoneando sus cuerpos, había parejas y grupos pequeños moviéndose y riendo, dos chicos se acercaron, había estado cerca de una pareja que ahora se besaba, me saludaron mientras yo sonreía esperé contando hasta el dos antes de que “alguien” tomara mi cintura con una mano caliente.
-Hola-, les saludó por encima de mi hombro mientras los dos chicos asentían y se perdían otra vez entre el mar de gente, la música tronaba en mi oídos y aun así parecía que podía escuchar y sentir su respiración, comenzamos a movernos sin girarme para mirarlo.
-¿Y yo soy la que tengo que aceptar mis celos?-, pregunté sonriendo mientras el me giraba sin dejar de bailar.
-Yo jamás los he desmentido-, aseguró.
Bailamos unos minutos mas sin decir nada
-No son celos, es instinto de posesión Anton-, le replique mentaras el reía, nuestros cuerpos apenas se rozaban pero yo ya sentía mis piernas temblar, la excitación bajando hasta mas allá de mi vientre y mi boca seca, necesitaba su humedad.
-Todas las mujeres creen que el instinto de posesión nos vuelve a los hombres idiotas, pero siempre han querido escuchar, mía, del hombre que aman, lo acepten o no-, argumentó con una sonrisa mientras yo lo miraba no podía despegar mis ojos de los suyos..."el hombre que aman"...
Sí, lo amaba y de pronto no podía recordar por que no podía besarlo, el acercó sus labios y sentí su aliento justo antes de romper la bruma que el astutamente había creado.
-Ahora si quiero tomar algo de beber…

Regrese a mi tortura un poco después bailando con el y sintiendo todo mi cuerpo temblar pero esquivando cada intento de que sus labios tocaran los míos, era una cacería lenta y sensual, estaba ardiendo.
El grupo en el escenario empezó con las notas lentas de una canción tranquila, varias parejas se amoldaron un cuerpo contra otro mientras Anton me abraza sin decir nada, sin pensarlo recosté mi mejilla contra su hombro.
I know that the bridges that I've burned along the way
have left me with these walls and these scars that won't go away
and opening up has always been the hardest thing until you came
Levanté mi rostro, buscando sus ojos con el corazón latiéndome con fuerza, nuestros cuerpos se tocaban todo lo que era posible, el me sonrió y delineó con una mano mis labios pero no intento besarme.
So lay here beside me just hold me and don't let go
this feelin' I'm feelin' is something I've never known
and I just can't take my eyes off you and I just can't take my eyes off you *
-No necesito mas tiempo cariño-, susurró a mi oído con su dedo delineando la línea de mi cuello, guardé silencio el resto de la canción adorando la sensación de tenerlo junto a mi, cuando terminó, lo miré sonriendo un poco.
-¿Nos vamos?
El camino de regreso al hotel fue como un sueño difuso, una nube de deseo nublaba mi mente, Anton no había intentado nada salvo entrelazar nuestras manos, entramos al hotel y subimos el elevador, caminamos por el pasillo en silencio y el soltó mi mano hasta que estuvimos frente a mi habitación.
Abrí la puerta girándome hacia el de nuevo.
-Aun no hay besos-, le dije con la voz temblando ligeramente.
El sonrió con una ceja arqueada antes de asentir, no encendí la luz, no había necesidad, la vista nos recibió con aquel centenar de luces.
Escuché la puerta cerrarse y después nada…
-Mare-, llamó, me giré ligeramente y lo encontré mirándome con una intensidad que me hizo nudos el estomago.
Avanzó hacia mi, por un momento creí que me besaría acortando todo nuestra distancia, pero no lo hizo se quedo lo bastante cerca para sentir su respiración pero sin tocarme.
-Lo haré hasta que me lo pidas cariño-, dijo tan suave, como si hubiera leído mi mente, casi un rezo en su tono de voz.
Y aquello fue suficiente, por completo
-Bésame-, susurré mientras el lo hacia acortando toda nuestra distancia, abrazándome con fuerza, sus manos apresaron mi cadera y lentamente subieron pro mi espalda hasta mi cabello enterrando sus dedos en el, igualado mi movimiento, su cabello corto rozo las yemas de mis dedos mientras nuestras lenguas se unían, luchaban como siempre, amábamos esa guerra.
Lamió mis labios y yo gemí bajito mientras capturaba su labio inferior entre los míos, el aire parecía no importar solo queríamos estar mas cerca, mucho mas, mis caderas encontraron las suyas emulando movimientos que habían de venir, mi piel ardía y el solo la aliviaba con sus besos, la humedad de su boca en mi cuello.
Jadeé buscando un poco de aire mientras sus manos iban subiendo mi blusa, se detuvo un momento en la curva de mis pechos y me miró con sus ojos quemando y adorando.
-Te amo-, susurré casi sin voz, por que ya no tenía reservas, algo pareció cambiar en el, fue como si lo hubieran golpeado fuertemente y a pesar de haber sido noqueado sonrió ampliamente besándome de nuevo tan tierno y suave que derritió todos los miedos.
-Y yo a ti....tan condenadamente tanto-, aseguró haciéndome reír, lo había imaginado exactamente así, volvió a besar mis labios, mis mejillas, mis ojos, mi cuello y mis oídos mientras quitaba por completo mi blusa, pude deshacerme de la chaqueta y su suéter, ambos estábamos desnudos salvo la parte inferior con las respiración subiendo y bajando en forma desigual, se acercó lentamente tomando mis pechos en sus manos, sus pulgares rozaron ligeramente los pezones erguidos.
-Voy a besarte aquí-, aseguró mientras su boca alcanzaba las puntas, me estremecí por completo gimiendo y arqueando mi espalda, acercando su cabeza cada vez mas, sus manos sostuvieron mi espalda mientras lamía, y succionaba contra mi piel haciéndome gemir cada vez mas fuerte, estaba húmeda y necesitada cada tirón de placer me acercaba cada vez mas a la cima, mordió ligeramente haciéndame estallar.
Me sostuvo mientras mis piernas fallaban, me abrazó besando mi frente, me besó una vez mas en los labios mientras me giraba para pegar mi espalda a su torso.
-Quítate los zapatos cariño-, susurró mientras sus manos me abrazaban una debajo de mi pechos otra envuelta en mi cintura, lo hice al instante, mientras el comenzaba a desabrochar mi pantalón, sus manos juguetearon con mis bragas mientras deslizaba la tela hasta mis rodillas dejándome desnuda, sus dedos presionaron mi entrepierna solo un segundo haciéndome gemir, podía sentir su erección presionando mi trasero y su respiración en mi oído.
Salí de mis ropas mientras el besaba mi nuca.
Una de sus manos acaricio mis pezones sensibles, solo una tenue caricia mientras que la otra la sentía en mi espalda, el estaba desabrochando sus propios pantalones sentí el movimiento y luego su piel desnuda, me mordió el labio mientras el rozaba su erección en mi.
-Abre tus piernas Mare-, susurró lamió mi cuello mientras yo me apretaba mas contra el, una de sus manos bajo a mi entrepierna mientras hacia lo que me había dicho, encontró mi clítoris suplicante y esparció la humedad sin penetrar si quiera ni un solo dedo.
-Anton-, gemí con mis manos aferradas a su brazo.
Mi garganta se cerró cuando tres dedos entraron en mi tan fácilmente, me estremecí empujando otra vez mi cuerpo hacia el, jadeó en mi oído y me inclinó un poco, pude sentí su erección acariciar mi sexo húmedo.
-Te amo.-, murmuró, como un secreto que ha sido revelado, besando mi cuello y penetrándome con un solo movimiento, las piernas parecía que no podían sostenerme, ya un así seguimos parados uno contra el otro con el empujando suavemente con su erección totalmente enterrada dentro de mi, jadeamos mientras yo apretaba mis muslos, haciéndolo gemir, mordió mi hombro y sus manos se unieron a las mías en mis pechos.
Me empujé a mi misma cada vez mas, ansiando que me marcará y ansiando llevarlo al límite, sus manos me aprisionaron y empujó sus caderas mas fuerte antes de separarse y salir de mi por completo, jadeé y solté un quejido de pura rabia.
El me giró antes de que pudiera decirle lo que había pasado por mi cabeza y me besó de nuevo, sus manos se aferraron a mis piernas y me levantaron, su erección rozó mi entrepierna y busqué llenarme de nuevo sin conseguirlo, el caminó hacia la cama y me recostó siguiéndome y cubriéndome con su cuerpo, me abrió las piernas por completo y acarició mi clítoris suavemente.
-Por favor mi amor-, gemí cerrando los ojos mientras el presionaba un poco mas, los abrí para encontrarme su sonrisa perfecta, sensual y resplandeciente.
-Será un placer cariño

Cel.
Can't take my eyes off you-Lady Antebellum

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15 Comentarios

  1. OMFG!!!!!!!!!!!!!!!, esta re buena esta historia, cada vez se ponen mas emocionante, hacen tan buena pareja q hasta saben a q limite llegar, sencillamente ME ENCANTA!!!!!!!!!!!!!.......besos chicas cdnse :)

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  2. aaah los adoro (suspiro), esta relación va perfecto...
    cel has pensado en darle un final feliz a wen?? estara devastada en cuanto sepa que nunca lo tendrá (a Anton).

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  3. holaaaaaa Celll .....ohhh noo quede locaa con estee super espectacularr capitulooo me encanto me dejo sin palabrass ohhh se dijeron que se aman me gusto muchisimo fue tan tiernooo!!! y tan maravillosoooo!!! esta pareja me encantaa y estan super enamorados el uno del otroo!!! y anton llevando el sosten de ella en la chaquetaa jaja! bueno Cel el capii estuvo estupendoo!!!! nos leemos en el que siguee!!! besoss!!!!!

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  4. Anónimo11:05:00

    *O* oh cell eres maravillosa este capitulo me dejo con los ojitos brillando ahh por fin salieron a flote eso sentimientos tan guardados se lo merecen son una pareja excepcional muchas garcias :D

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  5. Estos dos me matan de la risa y del gusto! hahahaha definitivamente estan hecho el uno para el otro no? hahaha, espero que cuando regresen a ala realidad digan asi, pero los problemas pueden regrersar uno nunca sabe!
    saludos!! y gracias por actualizar

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  6. Cel, me has dejado literalmene con la boca abierta!!! He descubierto mi instinto de posesion por MIII ANTON!!
    Cada vez lo amo mas y tu tienes la culpa... y es que en cada capitulo me gusta mas, cada vez le veo una nueva cualidad.
    Reconozco que siempre pienso en mi Anton de manera sexosa, jajaja, lo admito, pero ahora lleve mi imaginacion a tope reina, con esa escena del final... UUUUFF!! Me dio calor..,

    Antooon ven por miiiii!!!Aaaah Y esa cancion esta hermosaaaa...

    Todo, absolutamente todo de esta historia me gusta. He amado cada cosa que has escrito, todo lo juro, pero Esta en especial me mataaaa... La amooo, Cada capitulo, cada frase, los celos, los personajes, la trama, cada cosa que escribes de ella siento como que si es para mi.

    Gracias Cel.. Besitos reina.

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  7. Uff.... uff... no tengo palabras

    Amo esta historia santa madre patriotica es wow!!!!

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  8. Anónimo5:46:00

    me encanto el capitulo, pero me dejaste en .......esta historia me tiene en suspenso, ya se confesaron sus sentimientos, ahora espero que venga el capitulo hot de la historia. gracias por la publicación

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  9. ohhh ke genial, por fin se confesaron y obviamente muy a si estilo ;)

    me encanta la historia XD

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  10. o_o me encanto el bailesito que hot!! y el TE AMO puff me derritio!
    gracias por el cap cel
    besos!!!

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  11. amo esta historia, es buenisima, uff anton es unico eres una gran escritora Cel.
    quiero mas, por favor jajajaja.
    cuidate muchisimo guapa
    miles de besos

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  12. aaaaaaaaaaaaaawwwwwwwwwwwww!! los adoro! son tan monos! Anton es único en su especie!

    besos!

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  13. Hola!!!
    Adoro esta historia... XD
    Dany

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  14. dos esto es tan sexy!! que no se que mas decir, me quedo sin palabras!! es tan perfecto que espero que no la caguen, por lo menos no tanto cuando vuelvan al mundo real!!!

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  15. ayyyyyyyyyyyyyyyy me encantooooooooo cuando el le dice que tambien la amaaaaaa

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Deja que fluya...