Lazos de Sangre
Lazos de sangre - Cap 11
Desperté con un dolor de cabeza que amenazaba
agujerar mi cráneo de un momento a otro, pero eso fue sólo la punta del iceberg
ya que la mañana empezó con sorpresas.
—Buongiorno a tutti —saludé a todos, haciéndome a un lado
para que Clara pudiera pasar y dejar el pan recién caliente en la mesa.
—Buongiorno cara ragazza —respondió papá y yo besé su mejilla
mientras me hacia el cabello a un lado y buscaba mi lugar en la mesa junto a
papá que estaba sentado en la cabecera.
—¿Come va? —preguntó mamá, una sonrisa
mesurada en sus labios.
—Me duele la cabeza —solté sin mirar por
ningún momento a mi hermano mientras me estrujaba el pelo, no lo había secado
del todo después de la ducha. La conversación que habíamos mantenido Gio y yo
durante la noche me había dejado como mínimo confundida, a ciegas.
Unté mantequilla en mi pan caliente y observé
fascinada como se derretía. Mi gemelo olvidó sus modales y estiró el brazo,
pese a estar sentado al otro lado de la mesa, para depositar una lámina de
queso sobre la mantequilla.
—Ahora, eso es lo que yo llamo un buen
desayuno.
—El tío Alessandro se viene a vivir con
nosotros —dijo mamá, interrumpiendo nuestra falta de modales mientras Clara
rellenaba la cafetera y Elena brillaba por su ausencia. Ayer, luego de que
Giovanni dejara mi habitación, olvidé momentáneamente que necesitaba su ayuda,
hasta hoy, pero cuando pregunté a Clara, ésta se limitó a encogerse de hombros.
Necesitaba hacerle llegar un mensaje a Paolo
o no me fiaba de Gio para enviarlo, la última vez que se las dio de celestina
terminó con Paolo siendo avergonzado en la mesa de nuestra casa.
—¿Cuándo? —pregunté, extrañada por la calma
que mostraba mi papá. Él y el tío Alex no se soportaban y eso era subestimar su
relación.
Mi tío era un gran hombre, o eso me gustaba
creer, ni el abuelo ni papá hablaban mucho de él y mis recuerdos se limitaban a
las memorias borrosas que quedaban de mi infancia.
Por todo lo que sabía, el tío Alex había
enloquecido, eso decía papá y el abuelo nunca desmintió este hecho.
—El Lunes —dijo esto mirando a mi hermano,
Gio abrió sus ojos de manera desmesurada y no fue disimulado a la hora de
tragar.
—¿Ha empeorado? —preguntó mi hermano.
—Eso me temo.
Que estos dos tuvieran una conversación
pacífica, estaba más allá de lo raro, era rarísimo, al parecer la muerte del
abuelo había ablandado a papá.
Di una mirada a mamá y ésta me respondió
igual de extrañaba, aunque no me pasó por alto el destello de brillo en sus
ojos. Estaba emocionada, no la culpaba, yo por otro lado estaba consternada.
Pánico, esa era la palabra. Nada bueno podría
salir de la unión de estos dos. No es que estuviera celosa… Quiero decir, me
alegraba por Gio, de veras, pero no era normal que papá y él estuvieran en
buenos términos.
—Bueno, supongo que era algo que se venía
venir —dijo mamá, uniéndose a esa extraña conducta que imperaba en nuestra mesa.
Clara se retiró en silencio y yo me quedé
viendo la escena sin terminar de creerlo.
Vamos, que tampoco era para tanto, quizás
estaba exagerando, no se habían abrazado o algo así. Sólo estaban… hablando.
Que es lo que hacen en todas las casas, después de todo.
Un poco de normalidad nunca está de más o eso
espero…
***
Luego del desayuno, me propuse buscar a Elena
por toda la casa, no la encontré. Tal parecía que el cielo se empeñaba en
enviarme un mensaje, era bastante claro a mí parecer:
«¡RESUELVE TUS PROBLEMAS POR TI MISMA!»
Al final, terminé caminando en círculos por
los viñedos, descansando de vez en cuando apoyada en los troncos o recostada
bajo la sombra de un árbol.
Con la llegada de Junio venía el aumento de
la temperatura, no es como si la primavera no fuera de por sí caliente, pero
Junio era infernal, Junio era asesino y ni en aroma fresco y frutoso de las
uvas, era capaz de distraerme de esos rayos crueles que estaban quemando la
piel de mi cara y brazos.
Tal vez no era blanca como la leche, pero
incluso una piel canela como la mía se veía afectada por temperaturas como
estas. Di un vistazo hacia mi izquierda. Mierda. Me había alejado demasiado de
casa y no estaba de humor para aguantar otros diez minutos caminando en
círculos. Sobre todo porque Elena se empeñaba en no aparecer.
—Tengo que conseguir un protector solar
—suspiré cruzándome de brazos y se sintió como si tuviera siete años otra vez y
estuviera teniendo un berrinche frente a Tony. Inmediatamente me pregunté cómo
estaría él. Habían pasado muchos años sin ver a mi primo, tampoco es que
tuviera los mejores recuerdos, él solía dejarme fuera de sus juegos, al menos
hasta que Gio lo puso en su lugar.
En cualquier caso, con la llegada del tío
Alex, la sensación de pertenencia, de formar parte de algo, había regresado e
incluso un idiota como Tony merecía que alguien lo extrañe.
Después de dar otro vistazo a mi brazo y
comprobar que estaba menos cerca del rosado y más cerca del rojo, resolví que
lo mejor sería caminar hasta el granero, eran sólo quince minutos, si lo
comparabas con lo que tardaría en llegar a casa.
Doble mierda, estaba demasiado cerca del
límite entre la hacienda Monnetti y la hacienda Berardi, papá estallaría de
rabia si se llegaba a enterar que estuve tan cerca del granero, sobre todo
porque había tanto "trabajador marginal dando vueltas", en sus
palabras.
«Donde mis ojos te vean» era su lema, con
veinticuatro años de edad, su percepción hacia mí no había cambiado.
Una parte de mí sabía que tenía que regresar,
no podía perder toda la mañana acá, rayos, no podía faltar al instituto, Perfezione era muchas cosas, salvo permisivo.
Pero, de algún modo, me encontré caminando en dirección al granero, sus enormes
puertas de madera y el techo en forma de "A" lucían cien veces más
cálidos y hogareños que la enorme hacienda en dónde vivía.
Faltaban varias tablas y las bisagras y
manillas de las puertas estaban oxidadas. El granero era más un recuerdo de lo
que alguna vez fue un sitio repleto de niños, de risas, de vida que un sitio
que funcionara en la realidad, era como un retrato, una fotografía. Papá se
había criado acá, era fácil imaginarlo corriendo por estos rincones.
El abuelo contaba historias que incluían a
papá, tía Laura y tío Alessandro, persiguiendo gallinas y pisando esos pobres
huevitos. Hoy en cambio, no había más que fardos de heno y ese estúpido viñedo
que le había robado a papá la cordura, la sonrisa.
—Si papá se entera de que estás acá sin un
arma o como mínimo una bengala, va a sufrir un infarto.
El aire que ni siquiera me di cuenta que
estaba guardando en los pulmones, salió expelido por mi boca. Abrí los ojos
sorprendida al ver que Giovanni se me unía en el interior del granero, ni
siquiera se molestó en cerrar la puerta, los rayos del sol entraban por los
tablones que faltaban en el techo y las paredes. No eran pocos.
—No es que tenga problemas con eso, claro. Tú
por otra parte…
—¿Qué haces acá? —pregunté sorprendida de que
me hubiera seguido, ni siquiera lo noté.
—Estaba jugando con Dante, el perro del
vecino.
—Sé quién es Dante.
—¿Y no te parece impresionante lo grande que
está?
Lo que me parecía impresionante era que
soltara una excusa tan patética. Él se encontró con el labrador la primera vez
que llegó, cuando me trajo en moto hasta la hacienda de los vecinos para que yo
pudiera hablar con Paolo.
—¿Mi stavi seguendo?
Gio apoyó su cadera en un vagón viejo, lleno
de heno y me dio una mirada seria, antes de guardar ambas manos en los bolsillos
de sus jeans gastados.
—Estaba con Dante, no voy a repetirlo.
Suspiré molesta, decidida a cambiar el tema.
Si él no quería hablar de un tema, no había fuerza en esta tierra que fuera
capaz de soltarle palabra sobre el asunto.
—Como quieras. Hoy temprano parecías otro… Tú
y papá lucían, no felices, pero casi normales.
Gio estiró ambos brazos. A continuación, dejó
caer su espalda y cabeza sobre la paja en la carretilla. Yo avancé hasta el
vagón para poder mirarlo. Así, hundido en la hierba seca parecía un niño otra
vez, yo misma me sentía como diez años más joven.
—Ya ¿Y? No veo por qué pones esa cara. Así es
como siempre debió ser.
Y nunca una verdad fue más clara, Gio tenía
razón y yo… Yo sólo me había pasado nueve estúpidos años buscando el porqué,
cuando la respuesta estaba acá, frente a mí, brillando con letras verdes en los
ojos de mi hermano.
—Entonces
eso era, por eso me odias —sus ojos verdes ni siquiera parpadearon—. Por eso te
fuiste.
—Cara…
Él no
pestañeó, pero claro, tampoco me miró, era una cosa de lo más descarada la
actitud que mi hermano adoptaba, como una marioneta, como un juguete… Como
nuestra familia de cartón.
—Yo. Esa
es la razón por la que anoche decías que no podías dejar de mirarme…
Gio tragó,
pero no añadió más, no hacía falta, el asunto era bastante claro, incluso para
mí que últimamente me creía una idiota.
—¡Claro!
Siempre pendiente de mí, siempre pensando en lo que te merecías y te fue
arrebatado: el cariño de papá, su comprensión, su respeto.
—Sorella…
Non si tratta di questo.
—Vaya, lo
siento —ironicé—. Lamento que nacer segunda te generara tantos inconvenientes,
nunca quise robarte el amor de nuestro padre.
—Si
sono confuso —insistió, enderezándose en la carretilla.
—Te pido
disculpas por ser tu hermana.
—¡Ya basta Cass! —gritó
poniéndose finalmente en pie. Luego arrojó furioso uno de los fardos de heno
contra la pared y una lluvia de hebras de un color dorado, como el trigo,
estalló sobre nuestras cabezas transformando el ambiente.
Por un
minuto, ambos nos olvidamos de todo, nos miramos y seguimos con la vista los
retazos que caían. Pero la felicidad es un tesoro efímero y mi mellizo un
maestro en hacerlo notar.
—No puedes
evitar que sienta lo que siento —su mandíbula tensa al igual que los dedos en
sus manos, como si se estuviera conteniendo. Nuevamente, dejó de mirarme—,
tampoco yo. Es lo que es.
—No te
creo.
—Non mi
interessa.
—Eres un
mentiroso, ¡un cobarde!
—Allá tú.
Mujeres, no entiendo esa manía de ustedes. Hacen preguntas, pero no pueden
soportar una verdad —su voz rasposa, como la caricia de una navaja sobre mi
piel— prefieren la mentira; ansían la mentira.
Gio estaba
yéndose por la tangente.
—Si estás
diciendo la verdad —lo cual comenzaba a preocuparme— ¿Por qué no eres capaz de
mirarme a los ojos?
Deliberamente
lo miré a los ojos, esos prismas verdes que ahora se negaban a hacerme frente,
un bosque de jade repleto de misterios indecibles. Me negaba a
conformarme con menos que la verdad, Gio estaba equivocado, yo no deseaba la
mentira.
Di otro
paso, el Heno se había adherido a su cuello y cabello, estiré mis brazos y en
un acto involuntario, sacudí su camisa. Supuse que yo debía lucir diez veces
peor, mi cabello era más largo y había recibido la peor parte en nuestro
infantil recreo a causa de su arranque de ira.
Comencé a
remover cada hebra de su cabello, cuello y hombros, hasta llegar a su cara, su
piel.
Gio cerró
los ojos cuando quité una fracción de pasto seco de su ceja. Su aliento tibio
aterrizó en mi palma cuando exhaló y un escalofrío violento y desconocido que
nació en su boca, terminó por contagiar mi mano y barrió con mis defensas.
—Por la
misma razón que tú no puedes enfrentarte a Paolo y rechazar sus sentimientos,
por los mismos motivos que me llevaron a huir nueve años atrás. Ya no puedo
hacerte frente Cass, lo siento, esto me superó.
Anonadada
como me sentía, quité mis dedos de su cara y tomé su mano, estaba caliente y
sudada, igual que la mía.
—Pues
yo no puedo, no puedo sólo… "Superarte". Eres parte de mí —me llevé
su mano hasta mi cara y la dejé ahí mientras tragaba, era la única forma de
soportar esto.
—No digas eso, Cara…
Tragué el nudo que se había formado en mi
garganta, pero seguía molestando, me estaba asfixiando por culpa de todas esas
palabras que era incapaz de decir, y solté su mano.
«No es lo
que crees», gritaban mis pensamientos.
«Es
justamente eso», intuía mi corazón.
Algo
extraño, superior, enfermizo e inequívoco tomo lugar en mi cabeza, una fuerza
oscura y desconocida, "algo" a lo que no podía dar nombre.
"Algo" que definitivamente estaba mal. Y de repente, todo estuvo
claro, no había dudas ni malos entendidos. Ya no importaba cuándo comenzó ni
cómo terminaría, para bienes prácticos, no parecía que mi problema tuviera una
salida, sólo tenía clara una cosa:
Me había
enamorado de mi hermano.
¡Ansío conocer sus opiniones sobre este capítulo, ya que es bastante decisivo!
Mañana edito, o más tarde, cuando el tiempo me sobre y mis dedos dejen de doler.
Les quiero y agradezco MUCHO su constancia, fidelidad. Son los lectores más fieles, tiernos y pacientes que alguien podría desear.
Doy gracias a Dios por contar con ustedes.
Muchos besitos y Bendiciones!
Liss
Publicar un comentario
28 Comentarios
lo que esperábamos desde hace 3 años!!!! :)
ResponderEliminarcomo siempre, gracias por el Capítulo Liss.
los nuevos personajes intuyo, van a ser un serio problema para los gemelos.
Espero con ansias el siguiente capítulo, no tardes en actualizar, créeme somos lectoras voraces, al igual que tu cuando lees algo que te gusta y se tarda años en actualizar (es un decir :)) así que piensa que tu estuvieras leyendo esta historia, y quieres que suban capítulo nuevo cuando antes n.n... Me despido.
ResponderEliminarHasta que al fin descubrio sus sentimientos!!!! Y Gio obvio siente lo
ResponderEliminarmismo!!!! Ame el cap!!! Epic ♥ Y sí ojalá haya un nuevo cap muy pronto!!!!
Se dio cuenta, ahora solo falta aceptarlo y exterorisarlo, que creo será lo más dificil
ResponderEliminarAiiii Liss! está genial :D me encanta GIO ♥ esto va tomando un camino interesante... quiero saber como siguee!! :) espero the next chapter con muchas ansias :)
ResponderEliminaraleluyaaaaa!!!...poooor fiiiin se diooo cuenta!!...esta maravilloso el capítulo, nos diste a los lectores todos los elementos para explayarnos imaginariamente y poder captarlo todo..y no se porque pero el "primo Tony" suena a problemillas...en fiin...es solo un vago intento por imaginarme con q nuevo y emocionante capítulo nos saldras!!...esperooo q prontooo ya haya un nuevo capítulo!!...
ResponderEliminarJajajajjaja, el primo Tony tiene una escena muy particular en el cap 1 o 2 si no me equivoco...
ResponderEliminarY que alegría que puedas imaginarte cada detalle. Es un placer para mí poder despertar en ustedes emociones, buenas o malas, todo vale.
Espero que el cap 12 te guste tanto como este!
ResponderEliminarExacto, sobre todo porque una de las partes ha tenido más de 9 años para "controlar" el problema.
ResponderEliminarGio siente lo mismo? En serio?
ResponderEliminarNo recuerdo que lo haya dicho... ajajajja
Uhhh, yo lo sé, también adoro leer Ere <3. Es sólo que me faltan horas en el día. Pero he intentado ponerme al día con esta novela.
ResponderEliminarTres años no fueron en vano, a que no?
ResponderEliminarxD
No mates mis ilusiones :( XD
ResponderEliminarHuajajja, no las estoy matando, sólo que no recuerdo haber escrito alguna escena donde Gio diga "te quiero y no como un hermano"
ResponderEliminarSiiii! segurisimo que si!!! Además va a aparecer la nueva zorra (cof cof) digo prima sin nombre (aún) :B ai ai ai.....
ResponderEliminarahahha, fineza!
ResponderEliminarAaaaaa! ahora solo falta Gio xDDDDD
ResponderEliminarMe encantó el cap!!!...como siempre vale la pena esperarte!!!..jajajaj...es una historia fuerte, aunque como hija única no sé muy bien que se siente por un hermano..de todas maneras en un tiempo este tipo de relaciones era muy común ..quizá lo llevemos en la genética..me pregunto cómo vas a resolverlo???...ganará el amor ose dejarán llevar por lo "que está bien" soscialmente???....actualiza pronto porfa!!!!
ResponderEliminarLo ame!!!! por fin ya publicado, estoy feliz espero el siguiente con ansias!
ResponderEliminaro .o....se armo la gorda! que va a pasar ahora...x.x
ResponderEliminarMe ha dejado con la boca abierta el que Gio le dijera a Cass que hace tantos años él se fue por los sentimientos que tenía hacia ella.
ResponderEliminarUn capitulo fantástico como siempre, muchas gracias por actualizar tan pronto.
Ya quiero saber que sigue, sin lugar a dudas Gio y Cass no la tendrán nada fácil.
Holaaa Ohh dioss en shock estoy por finn Sii Cass se dio cuenta de sus sentimientos bueno a mi parecer Gio siente algo mas que amor de hermanos nolose no voy a afirmarlo pero creo que puede que Gio también sienta algo por ella mmm supongo que con los nuevos personajes llegaran algunos problemas ...y ahora me pregunto que hará Cass son sus sentimientos mmm ella lo ama pero bueno es bastante complicado ah esperare ansiosa a leer el que sigue...me gustaría mucho saber que pasa por la cabeza de Gio...!!!!Ahhhh quieroo saber que pasaraaa!!!!besos nos leemos en el que sigue!Adioss!
ResponderEliminarSoy belu_Juanes Ahhhh por ciertoo me encantoo la imagennn!!!!
Eliminarme muero!!!! muchas gracias Liss ;D mi corazón late a todo lo que da...
ResponderEliminarme entra la duda de ¿quien de los dos sera el que trate de poner distancias? (si es que pasa y rompe mi corazón TT.TT) si seguirá siendo Gio o sera turno de Cass
me alegro de no tener la manía de comerme las uñas, pero aveces pienso que un día de estos tus historias serán la causa xD
Ohhh Liss, esto me lo esperaba un poco mas lejano pero llego y fue toda una bomba. No se si estoy respirando... Gio, no me esperaba de que se hubiese marchado por esos sentimientos, o sea, el se .... No lo puedo creer ¡Cass!. El tiempo pasa y los pensamiento transcurren sin que se les pueda dar pie para reconocerlos apenas. Besos...
ResponderEliminarioooooooooooooooooh así que se marchó por eso? Me encanta que pongas frases en italiano ^^ porque en estos momentos estoy viviendo en Italia jejejejejejeje
ResponderEliminarSigue así , y Gio dios me encanta!!!
lei los comentarios anteriores.... jodéme que tengo q esperar 3 años mas para saber como sigue esta historia?!
ResponderEliminarajajaja, no, es que la novela la empecé hace 3 años. Sólo eso, de hecho está el cap 12 publicado.
ResponderEliminarhttp://nuestrotintero.blogspot.com/2012/12/lazos-de-sangre-cap-12.html
Deja que fluya...