Lazos de Sangre
Lazos de sangre Cap 10
Gracias a Lau por la imagen. |
SON 2:10 A.M (Mañana corrijo el capítulo, está en bruto, ya advertí!!)
Gio y yo llegamos a casa a las dos en punto, ninguno
de los dos articuló palabra durante lo que duró nuestro viaje. Una vez dentro
él desapareció por las escaleras sin dirigir palabra ni mirada a nadie.
Pedazo de idiota.
No había terminado de cerrar la puerta tras de mí
cuando el olor a carne y especias penetró en mi nariz con la rapidez de un
azote. Se me revolvió el estómago y no precisamente por el hambre, sino todo lo
contrario. Acababa de llegar del cementerio, hace sólo unos minutos había
estado hablando con mi abuelo, lo último que me apetecía era comer. Me disculpé
con mis padres y me abstuve de comer, como era de esperarse él no me dijo nada
por pasar de la comida, de hecho, pude ver que me entendía, sus ojos verdes
lucían cansados y unas bolsas oscuras colgaban bajo éstos, mis sospechas eran
ciertas, papá estaba sufriendo más de lo que dejaba ver. Mamá era un caso
diferente, no obstante, el hecho de que papá estuviera de mi parte ayudó y ella
se limitó a dirigirme una mirada desdeñosa, como si le hubiera costado trabajo
preparar el almuerzo.
Minutos más tarde, me encontraba de pie en la cocina,
manos tras la espalda y cabeza gacha, me disculpé lo mejor que pude con Clara,
no conseguí mucho, pero esa mujer era cosa seria cuando se trataba de comida.
No vi a su sobrina ahí, así que subí al segundo piso, esperando encontrarla
ordenando las habitaciones, necesitaba ayuda de alguien y Elena era la única
capaz de ayudarme en esta situación.
No había señales de ella por ninguna parte, todos los
cuartos estaban hechos, lo más seguro era que estuviera tendiendo la ropa o tal
vez simplemente salió a caminar, Dios sabía que la pobre se partía el lomo
trabajando, pero esta vez no era culpa de mi madre, Clara era una cocinera
fantástica, pero como tía dejaba bastante que desear.
Al final, me di por vencida y me encerré en la
habitación, me puse el pijama, cerré las cortinas y me acosté. Desde afuera
podría parecer una imagen un tanto depresiva, pero en mi corazón no se sentía
así, todo lo contrario, mientras las lágrimas se deslizaban por mi rostro era
más sobre sentirme cómoda y menos sobre lucir como una joven malcriada. Ignoré
la temperatura en ascenso y me cubrí con la colcha.
A medida que creces, nadie te explica que al final del
día sólo estás tú y tus pensamientos, que estar sola es parte de la vida y
tienes que aprender a convivir con ello. No se trataba de no tener a nadie en
el mundo, sino de tener a una veintena y no poder contar con ninguno de ellos.
Pensé en Clara, esa señora con sus facciones aniñadas y su cuerpo
regordete me había dado más amor del que había recibido de papá y mamá juntos,
y aún así sus abrazos no eran la mitad de buenos que los de mi abuelo, pero más
que sentirme mal por el abuelo, más que el dolor de su pérdida o no tener a
nadie, lo que me dañaba, lo que me estaba carcomiendo por dentro era el
desconcierto. Me sentía extraña, insólitamente vacía y todo se resumía a una
sola palabra, una sola persona: Gio.
¿Cómo podía Gio
arruinarme de esta forma? En qué momento le di el poder de hacerlo, de
transformarme en esta porquería, toda yo hecha una bola en la cama.
¡Cómo se atrevía!
Demonios, sí que me haría bien tener a alguien, un
cómplice, alguien con quién pudiera ser yo misma sin correr el riesgo de
sufrir, eso descartaba inmediatamente a Paolo ya que con él corría el riesgo de
enamorarme, pensé que con Gio sería más fácil, compartíamos sangre, mi hermano
no me haría sufrir. ¿Había regresado, no?
En el fondo, yo sabía que no podía tratarse únicamente
por la lectura del testamento, había pasado ya un mes desde el suceso y pese a
que Gio y yo habíamos recibido una suma considerable, con la que él
perfectamente podría haberse largado si así lo quisiera, no lo había hecho. Mi
gemelo seguía aquí, soportando las humillaciones de mi papá y los hostigamientos
de mi madre, quién no dejaba de insistir en que sería bueno para él conocer a
las hijas de un par de amistades.
Me senté en la cama, pensando en mi gemelo, preocupada
por lo mucho que me importaba. ¿Cómo era posible que en tan sólo un mes hubiera
comenzado a depender de él?
¿Qué diablos iba mal conmigo?, ¡Apenas lo conocía!
Este nuevo Gio no se parecía en nada a mi gemelo, no era más mi compañero de batallas. No podía olvidar lo de esta mañana, él había mancillado la tumba del abuelo, me había humillado a mí.
Este nuevo Gio no se parecía en nada a mi gemelo, no era más mi compañero de batallas. No podía olvidar lo de esta mañana, él había mancillado la tumba del abuelo, me había humillado a mí.
Cerré mis ojos en un intento por alejar los malos
recuerdos, pero aún a través de la oscuridad era capaz de verlo: su cabello
alborotado, ese sesgo familiar en sus
ojos verdes.
—Cass —, su voz
fue apenas un susurro, pero aún así lo suficientemente certera para
distinguirla de alguna copia barata de mi imaginación.
Rápidamente me senté y lo vi, de pie en el borde de mi
cama, con las manos ocultas en los bolsillos de sus pantalones de mezclilla,
los mismos de la mañana al igual que su camisa a cuadros gris, seguía mal
abotonada, ni siquiera se había cambiado de ropa.
—¿Qué haces acá? —pregunté, mi voz un poco más ronca
de lo normal.
—Vine a hablar.
Pasé ambos brazos por encima de mi cabeza y me estiré
a la vez que fingía un bostezo. Yo no quería hablar, quería una disculpa.
—¿Cómo entraste?
—La puerta —lo dijo como si fuera algo obvio, pero yo
la había dejado con seguro, di un vistazo rápido y sí, seguía cerrada—, la del
baño —aclaró al ver que yo fruncía el ceño y aquello me hizo retroceder varios
años atrás, cuando aún éramos niños, cuando me escabullía a su habitación por
las noches para cuidarlo mientras lloraba después de esas interminables discusiones
con papá.
—Pensé que lo habían bloqueado —mentí, porque sabía
muy bien que la conexión entre nuestro dormitorios continuaba intacta, lo había
tenido más que presente ayer cuando Paolo se duchó y cambió en la habitación de
mi gemelo.
—Eres una mal pensada —ironizó mientras daba otro paso
en mi dirección y se sentaba en la orilla más lejana de mi cama—, supongo que
los viejos hábitos nunca cambian.
Sabía a lo que se refería, estaba recordando lo mismo
que yo, ambos, tiempo atrás, cuando aún éramos niños, cuando podíamos depender
del otro, cuando la confianza era ilimitada sin excusas ni mentiras.
—Te debo una disculpa Cass — murmuró usando sólo una
sonrisa tímida, la siguió una mirada arrepentida y ahí… Ahí yo no supe más de
mí, olvidé lo de hoy, esta mañana de mierda que habíamos compartido, olvidé su
descaro y su falta de empatía, olvidé incluso el incidente con el cigarro.
Probablemente yo no tenía orgullo, para ser honesta, no me importaba, porque en
estos momentos, en esta familia de cartón, tener a alguien lo significaba todo,
sólo un disculpa, nada más, ni siquiera pedía su cariño, por ahora me bastaba
con su arrepentimiento, mientras fuera real.
—¿Realmente lo sientes?
Él continuó en su lado de la cama y yo no me moví, de
algún modo parecía lo mejor, los abrazos fraternales eran mil veces mejor en la
televisión, no es que tuviera demasiada experiencia, pero prefería no forzar la
situación.
Una parte de mí estaba lista para enfrentarse al nuevo Gio, conocerlo y quererlo, aceptarlo tal cual, con sus irreverencias y sus faltas de tino, con sus malas costumbres y sus actitudes descaradas, pero la otra parte de mí se sentía aterrada, llena de pánico por renunciar al Gio anterior, al de mi infancia, mi guardián. Pero ese Gio ya no existía, me recordé, y tarde o temprano tendría que dejarlo ir.
Una parte de mí estaba lista para enfrentarse al nuevo Gio, conocerlo y quererlo, aceptarlo tal cual, con sus irreverencias y sus faltas de tino, con sus malas costumbres y sus actitudes descaradas, pero la otra parte de mí se sentía aterrada, llena de pánico por renunciar al Gio anterior, al de mi infancia, mi guardián. Pero ese Gio ya no existía, me recordé, y tarde o temprano tendría que dejarlo ir.
Había llegado la hora.
—Claro que sí, no debí gritarte —su mandíbula se
tensaba a medida que las palabras salían—. Tuve una noche mala, no fue justo que
lo pagara contigo.
—Es por el abuelo, ¿verdad? Por eso saliste anoche,
también te cuesta dejarlo ir. Te sientes culpable por abandonarlo-
—Sigues con eso, una y otra vez ¿Cuándo vas a dejar de
sacármelo en cara? —siseó, interrumpiéndome. Luego se puso en pie furioso y cerró la
puerta del baño que daba a mi habitación, encerrándonos a ambos en ella.
Gio se llevó las manos a la cabeza y tiró de su
cabello, dejándolo despeinado y casi gracioso, casi, salvo por la mirada
asesina que me daba ahora.
—Cuando dejes de importarme, entonces ya no dolerá.
—¿Te importo? —sus ojos reflejaban tanto dolor que tuve que desviar mi atención hacia la ventana, no fui capaz de hacer frente a su
mirada. Y ahí, desde mi cama, me di cuenta que ya había puesta de sol. ¿Tantas horas perdí encerrada acá?
Entonces comprendí, demasiado tarde, que sí, que no era novedad, mi cuarto y yo, mis propias emociones, yo era una bomba de tiempo, si
seguía guardándome todo, si continuaba escondiéndome, callando, tarde o temprano terminaría por explotar.
—Por supuesto que sí, eres mi hermano. No fui yo quién
se marchó… Quiero decir, no es que te lo esté sacando en cara, sino que-
—Tranquila, tienes razón, está bien.
Pero de algún modo no parecía estar bien. Algo sobre
su voz, supongo, tal vez la ronquera.
Volvió a sentarse en mi cama, esta vez un poco más
cerca. Entrecruzó sus manos y comenzó a jugar con sus pulgares, haciéndolos
luchar entre sí para ver quién quedaba arriba, el movimiento me hacía sentir
nerviosa mientras él guardaba silencio con la cabeza gacha y las rodillas
separadas, fingiendo concentración.
—¿Quieres hablar de esto?
—¿Esto? —Sus ojos destellaron con chispas jade cuando
bajó los párpados; el gesto le dio un aspecto adormilado, como si estuviera
cansado de discutir, de luchar contra mí.
—Sí, "esto" —repetí, adoptando un tono
paciente. Él se tensó de inmediato, parecía esos erizos de tierra cuando se
hacen bola, pero muy en el fondo yo pensaba, yo quería creer que dentro de esas
púas, de esa pared que estúpidamente se empeñaba en levantar, quedaba algo por
lo cual luchar, me prometí que dejaría ir al antiguo Gio. ¿Qué mejor momento para
conocer al real?
—¿Puedes explicarme de qué "esto" estaríamos
hablando? —ironizó mientras se arremangaba la camisa dejando a la vista sus
brazos hasta la altura del codo—. Digo, para saber, uno tiene que estar
preparado cuando se trata de ti.
—No tienes que pelear conmigo Gio —dije, estirando mi
brazo para agarrar su mano, su palma estaba húmeda, sudada, idéntica a la mía
por culpa del nerviosismo—, no soy tu enemigo.
Mi hermano tensó esos hombros corpulentos que se
escondían bajo la tela a cuadros y gotas cristalinas resbalaron por la piel de
su frente. Desvié la vista.
—Tienes razón, eres algo peor que eso. Eres mi
hermana.
—Lo haces parecer algo malo —tragué, mi corazón
latiendo escandalizado en el hueco de mi pecho.
—Sé que no hay nada que cambiar —se excusó él— , nunca
he querido nada más, pero…
—¿Pero?
Gio soltó mi mano y se la llevo hasta la frente,
limpiándose las gotas de sudor y dejando
un par de mechas azabache pegadas a su piel.
—Noestoyseguro, niséloquedigo —las palabras salían a
borbotones de su boca, lo entendía perfectamente, sentía la lengua pesada dentro
de mi boca, apenas era capaz de modular.
—Dame una pista por lo menos…
—¿Nunca has tenido el impulso de hacer algo
realmente estúpido?
Cerré mis ojos, incapaz de verlo, tal comprendiéndolo demasiado bien. Quizás incluso de forma errónea. Probablemente sólo se trataba de algo absurdo que yo deseaba creer, pero que no necesariamente era real.
Así que, simplemente asentí.
—Cuando eso ocurre, todo lo que quiero hacer es
esconderme —continuó hablando, pero su voz se había derretido hasta un
susurro—, pero no puedo dejar de mirar. No puedo dejar de mirarte Cass.
P.S: muchas gracias a quienes siguen esta novela pese a mis faltas, atrasos. Loquill@s su paciencia es envidiable, no tengo palabras para agradecer. SON LOS MEJORES.
Atte, Liss.
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32 Comentarios
Oooohh!!!! Gio se siente mal por tener cierta atracción por su hermana?? wow
ResponderEliminarBuena pregunta, eh?
ResponderEliminarBueno Liss! pero me dejaste muy picada, ains! xDDDD
ResponderEliminaraaaaah!!!!!pobre Gio,,,,,,es innegable la atracción entre ellos!!! me encanta :)
ResponderEliminarmuchas gracias Liss :D
Me encanta... hace mucho que esperó actualización y la verdad ha valido la pena...quiero leer más esperó que sea pronto,
ResponderEliminarasdfghjksd!!! Qué capitulo por Dios! me encantó, amo a Gio ♥ Ya quiero leer el prox cap :D
ResponderEliminarEsta muyyyy que muyyy interesante. Porfavor continua estoy esperando el proximo capitulo.
ResponderEliminarOhhh diosss Liss yo pienso también que se siente mal por que se siente atraído por su hermana ahhhhh necesito leer mas Ohh me vuelvo loca jajaja me encantoo el capitulo y esperare muy ansiosa el que le sigueee!! Liss eres una geniaa!!! Me encantaa Gio!! Ahhh suspiro de amor je! Besos buen fin de semana!
ResponderEliminarSoy belu_Juanes!!! Je besos
EliminarOh, pero si eso es lo mejor de escribir xD
ResponderEliminarTodo pasando!
ResponderEliminarEsperemos... :D
ResponderEliminarGracias linda! Estoy segura de que Gio te ama a ti.
ResponderEliminarTrataré de actualizar pronto.
ResponderEliminaraww Gio es inegable que se siente atraido por su hermana, pero esta sufriendo quiero mas Liss me encanta esta historia :)
ResponderEliminaraww Gio es inegable que se siente atraido por su hermana, pero esta sufriendo quiero mas Liss me encanta esta historia :)
ResponderEliminarpaciencia!!!
ResponderEliminarLiss, lo que nos das es un regalo, por lo menos yo no me siento con derecho a exigirte nada ;) solo a disfrutar lo que nos entregas
Ahhhhhhhhhh!!! que increíble estuvo este capítulo, gracias, gracias, gracias...extrañaba terriblemente esta historia, me muero por leer el próximo capítulo. ;)
ResponderEliminarAhhhhhh me encanto por favor actualiza pronto!
ResponderEliminarque linda!!! no puedo esperar hasta el proximo cap!!!..porfa no te olvides de nosotras!!
ResponderEliminarquiero maaaaas!!! gracias x el capii Liss ii a esperar aunq cueste jeje ;)
ResponderEliminarGracias a ti por darle una oportunidad a mis escritos.
ResponderEliminarNo, cómo crees, las tengo siempre presentes!
ResponderEliminarEstoy trabajando en ello!
ResponderEliminarGracias a ti por seguir pendiente de esta historia que bastante que me he tardado en seguirla!
ResponderEliminarque bella mi niña, gracias por tu paciencia...
ResponderEliminarPor fin pude leer el capitulo!!!
ResponderEliminarEsta woooooooow!!!!
Estoy expectante del proximo capitulo!!!!
Liss amo esta historia!!!!
Un besoteeeeee
Me mata esta historia, la soledad de Cass es tan triste...
ResponderEliminarwooow.. wooow... woow... me voy a leer el siguiente !!!!
ResponderEliminarOhh esto es ¡carajo! Liss
ResponderEliminar<> ¡cielos!, esto me fascina. Besos...
Ohh esto es ¡carajo! Liss me fascina. Besos
ResponderEliminarOhhhhhhhhhhhhh me he leído los diez capítulos de golpe... ya queda poco para el 12..... y después esperar puuuuuuuuuuf :S jaja escribes MUY bien ^^
ResponderEliminarDeja que fluya...