La guerra del amor XX

Bando Dos
Anton

Miré nuevamente el reloj de a computadora maldiciendo la impaciencia, un rasgo horrible que te carcome el estomago, eso o podría ser la acidez estomacal. Mare estaba equivocada, los negocios no causaban el dolor en la boca del estomago, era estar alejado de la persona que amas, es ver como ella se cierra más, y más, es saber que algo salió mal, que una palabras y unos actos valen mas que los sentimientos
El reloj haba avanzado otro minuto, ahora eran las cuatro cincuenta y tres, faltaba aun otra hora de curso.
Esta vez, Mare no se iría con solo dos palabras cruzadas conmigo, estaba vez, no me alegraría de nuevo.
Necesitábamos hablar, o quizás solo no necesitábamos hablar en absoluto, no lo sabía, pero la necesitaba cerca.
Ella había sido muy eficiente evitándome.
Comía con las mujeres del curso, se iba antes de la oficina, y no me había abierto la puerta la única vez que fui a su departamento.
“Tal vez necesitamos tiempo”, me había dicho.
Que se joda el tiempo.
Lo que más dolía era saber que estaba sufriendo, seria mejor verla alejarse inmune y saber que aquello solo me lastimaba a mí, pero detrás del maquillaje estaban las líneas bajo sus ojos, detrás de sus ojos estaba una tristeza cruda, detrás de su sonrisa estaba la actuación.
No la dejaría hacernos esto, no habría más terquedad.
Ava tocó la puerta entreabierta de mi oficina mientras yo asentía con la cabeza, rara vez pasaba de la oficina de Mare, pero ella debía seguir en el curso.
-¿Puedo hablar un momento contigo?-, preguntó.
Si no me sintiera como la mierda hubiera estado sorprendido que solo formulara una pregunta de cinco palabras.
Asentí con la cabeza de nuevo.
-Necesitas hablar con Mare, arreglar lo que sea que haya sucedido, que sinceramente creo que debe ser una tontería, ustedes son perfectos el uno para el otro, y sé que quizás decirlo es cursi, pero es la pura verdad.
Ni siquiera me dejo responder
-Ella no esta bien, el curso no va muy bien que digamos, no cuando ella parece una autómata y bueno eso no es lo importante, sinceramente el curso se puede ir al carajo, ya se que es mi trabajo, pero ella es mi amiga y si no haces algo será que no eres lo que yo pensaba.
Se calló, mirándome con esos ojos grandes que tanto fascinaban a Jonathan.
-¿Dejarías a John?-, pregunté mientas ella negaba extrañada.
-¿Por qué?-, repliqué
-Porque lo amo-, contestó rodeando los ojos aun algo confusa.
-Pues yo amo a Mare, ¿eso te deja más tranquila?-, inquirí mientas ella sonreía y salía de la oficina en una silencio extraño en ella, casi aterrador.

Los siguientes cuarenta minutos solo estuve pendiente de los sonidos que provenían del pasillo, supe el momento en que ella entró de nuevo en su oficina.
No tardé ni dos minutos en entrar en la misma y cerrar la puerta con seguro.
Mare se sobresaltó, miró la puerta y después a mí, y otra vez, cuadró lo hombros y tomó su bolso.
-No vas a salir de aquí hasta hablar conmigo-, le dije y ella cerró los ojos un momento negando con la cabeza.
-Ya escuche bastante, Anton-, replicó.
-Además Ava vendrá a buscarnos antes de irse si no bajamos-, aseguró altiva, perfecta, salvo por sus ojos dolidos, delatándola.
No había nada más que deseara que abrazarla y empezar de nuevo, prometiendo no volver a pasar por lo mismo.
-No, gracias a mi llamada, le dije que nosotros cerrábamos-, admití con una media sonrisa, me acerqué un paso y ella se tensó visiblemente.
Eso dolió
-Necesitamos hablar cariño-, susurré acercándome quitándole el bolso del brazo, ella lo soltó sin ganas.
-No lo creo-, dijo desviando la mirada.
-Pues yo pienso lo contrario, ¿sabes que es lo mas irónico de las discusiones?, que se pueden decir muchas cosas, y olvidar las que son más importantes-, comencé mientras ella chasqueaba la lengua sin mirarme.
-No olvidare nunca que odias la forma en que he cambiado-, aseguró en voz muy baja.
-Lo siento Anton, no puedo ser la estúpida y tímida niña llorona de ese pasillo-, alzó la barbilla con sus ojos repletos de lagrimas sin derramar.
-¿Lo ves?, pasaste por alto la cosa mas importante, Mare, yo te amo-, le dije con las palabras quemándome la lengua, tomé su rostro con una mano y la sentí temblar.
-Amas a la chica de la universidad, una idea-, murmuró, sin alejarse del contacto, mi oportunidad.
-No, cariño, me enamoré de ella, sí, pero amo mas, mucho mas a la mujer en que te convertiste, esa que cometió un error, como cualquier ser humano, a la que lo reconoció, a la que quiero para el resto de mi vida.
Ella sollozó y después me miró con una sonrisa
-Si crees que puedes hacerme llorar mas no lo vas a lograr-, reclamó mientras la atraía hacia mí y la besaba con todo mi ser.
Enterré mis manos en su cabello mientras ella pasaba las suyas dentro de mi saco hasta tocar la camisa y hacer que el calor se extendiera por todo mi cuerpo, concentrándose en el estomago y más abajo.
Los días sin ella habían sido un martirio, prueba de que no me conformaría nunca más con la amistad de la mujer que amaba, había desaprovechado 10 años 2 meses y tres días.
Mi lengua encontró la suya, me deleite degustando su sabor, era adictivo y reconfortante a la vez, calmó el ardor en mi estomago y la herida que parecía sentir en mi pecho, mi piel se calentó y mi erección se hizo presente, mis manos bajaron delineando su cuerpo hasta sujetar sus caberas y apretarla contra mí, Mare sonrió contra mis labios y volvió a besarme con más ímpetu, su lengua barrió con mi boca mientras sentía la plenitud de sus pechos rozando contra mi torso.
Pero como todo lo que es humano, aquello no duro para siempre, nos separamos solo un poco, jadeantes, con las frentes unidas.
Una parte de mi cerebro o quizás la mayor parte estaba concentrada en quitarle la ropa y volver a hacerle el amor, cobrar las noches perdidas, hacerle gritar que me amaba y sacarle la promesa de que no volvería huir de mi.
Pero finalmente ella alzó la mirada, por un instante, sonrió fugazmente y me besó en los labios dulcemente de nuevo.
-Yo también te amo
Se alejó caminando hacia la puerta que daba a su baño en la oficina.
Y yo maldije por lo bajo
Mare debía saber que era la única persona que quizás la conocía más que ella misma, ella no me creía, no al menos la parte importante, apreté la mandíbula y la seguí hacia el pequeño cuarto de dos por dos.
Cuando abrí la puerta del todo ella se sobresaltó y se pasó una mano por la mejilla ya sin rastro de lágrimas, miró al espejo frente a ella.
-No lo entiendas, ¿verdad?-, susurré en el marco de la puerta.
Ella se encogió de hombros riendo sin humor.
-Soy demasiado egoísta para alejarme de ti Anton, pero se que una parte de ti siempre añorara a la chica indefensa, buena e inocente, y sabes que son tus palabras no las mías-, murmuró ella con los dedos aferrando ambos lados del lavábamos
Maldije por lo bajo presa del miedo y la desesperación, me acerqué a ella y me coloqué a su espalda mirándonos a través del espejo.
-¿Quieres que te pida perdón por arruinar tu idea del amor inalterable?-, le pregunté entre dientes con la mirada dura clavada en la suya, ella frunció ligeramente el ceño mientras yo seguía.
-Te tengo una notica cariño, el amor también cambia, crece, madura, se equivoca, al igual que las personas que lo sienten o quizás por ello, te he amado por diez años, y nunca ha sido de la misma forma por que ni tu ni yo hemos sido los mismos al paso del tiempo-, terminé acercándome un poco mas hasta que pegué totalmente nuestros cuerpos, ella entre abrió los labios pero no se alejó.
-Mírate Mare-, susurré a su oído oliendo su piel, acariciando el lóbulo de su oreja con mis labios.
-Ya se que tu no eres la misma que hace tiempo, te tengo una noticia, amor, yo tampoco-, murmuré contra su piel mientras delineaba la línea perfecta de su cuello con mi lengua, ella aferró mas sus manos mientras yo la acercaba mas con mis brazos en su cintura.
-Y el hombre que ves en el espejo no necesita nada mas que la mujer que eres ahora, no añora nada mas que pasar el resto de su vida a su lado y seguir creciendo, madurando y mejorando a su lado, ¿Puedes entenderlo?, ¡maldición!-, susurré enterrando mi rostro en su cabello mientras ella sollozaba.
-¿Lo entiendes?-, presioné mi cuerpo contra el suyo, separando sus piernas con las mías, aferrándola a mí y encontrando su mirada contra el espejo.
-Si-, murmuró Mare con una sonrisa enmarcada por lágrimas en sus mejillas.
Yo suspiré soltando el aire que estaba conteniendo 
Por fin rendición.

Aparte el cabello de su nuca y besé la piel expuesta mientras ella se acercaba a un mas, haciendo que mi erección quedara acunada en aquella perfecta curva femenina, moví la cadera contra ella, sin siquiera pensarlo mientras Mare me miraba a través del espejo, suspirando mi nombre.
Nuestros ojos hablaron sin palabras, nuestros cuerpos gritaban, ansiando estar juntos, y yo asentía con la cabeza de nuevo sin darme cuenta.
Si, si.
-Te extrañe malditamente tanto-, susurré contra su oído mientras mis manos subían hábilmente su vestido y lo enredaban en su cintura al tiempo que mi dedo frotaba por su entrepierna, comprobando la humedad de la fina tela de su ropa interior.
Ella soltó una risita, femenina, feliz.
-Solo fueron unos días y ni siquiera me dejaste de ver-, murmuró ella mientras me miraba a través del reflejo, yo enarqué una ceja y alejé mi mano que ya había comenzado a bajar sus bragas.
-También te extrañe-, susurró al fin bajándose ella misma la prenda, aquello fue suficiente invitación, una que acepté gustoso.
Mis manos delinearon cada curva de su piel, caderas y la cuna perfecta antes de encontrar el camino hacia su sexo.
Ella se estremeció mientras yo esparcía la humedad que emanaba de su entrada anhelante y necesitada.
Mare se estremeció mordiéndose los labios, la imagen en el espejo era tremendamente erótica.
-Comprare un espejo de cuerpo completo para nuestra habitación-, le susurré antes de girar su cabeza un poco para alcanzar sus labios, ella se estremeció al tiempo que mi lengua igualaba el movimiento de mis dedos en su sexo, Mare se separó gimiendo y movió su cuero contra el mío, haciéndome sisear, aquello iba  a ser mas rápido de lo que me había imaginado.
-¿Lista, cariño?-, pregunté por mero placer mientras ella se movía contras mis dedos, completamente húmedos dentro de ella.
La incité a abrir mas las piernas mientras la sujetaba envolviendo mi brazo justo bajo su pecho encontrando mi mano su lugar contra su corazón, llevé mi erección hacia su entrada y mirándola al espejo me hundí en su calor.
Diablos, si, el paraíso, estrecho, caliente…
Y perfecto, me moví sin dejar escapar su mirada de la mía, la mirada de la mujer que amaba y que deseaba tener en mi cama un día y otro y otro, mi mejor amiga.
Mare.
Empuje
Los dos juntos.
Empuje
Juntos. Frente a ese espejo
Empuje
Por fin del mismo bando.

***
Más de una hora después terminé de cerrar la oficina y subí al auto donde Mare ya esperaba, sonreí ante la vista, aun tenía al cabello algo despeinado y arrugas en su vestido.
Mi creación.
¿Quién dijo que los hombres no tenemos una vena artística?
Ella miró por la ventana hacia su auto por última vez, el cual esperaría hasta mañana para dejar el aparcamiento del edifico por que no iba a dejarla regresar a su apartamento, no esta noche, al menos.
Tomé la avenida mientras encendía la radio en un silencio confortable, intimo.
Ella me miró y trató de alisar la tela de su vestido,
Nuevamente. Sin éxito.
-Tengo un perdón de reserva-, dije antes de que me volviera a repetir que yo pagaría el envío a la tintorería de su ropa, ya que yo la había seducido.
-Eres un idiota-, murmuró cariñosamente divertida
-No, en serio, yo tendré un error humano y tú me perdonaras-, bromeé mientras me detenía en un alto del semáforo.
Mare me miró con los ojos entrecerrados.
-Si me engañas te castro-, dijo contundente mientras miraba hacia mi regazo, debía estar loco cuando me excitara mientras su boca pronunciaba la palabra castrar.
Sonreí cuando la luz cambiaba a verde.
-Eso también sería triste para ti-, le murmuré
-Volverte un eunuco solo sería el comienzo, pero no permanecerías vivo mucho tiempo-, terminó con una linda sonrisa.
-Calma asesina, me refería a errores como no tapar el water u olvidar algún aniversario-, le dije mientras aparcaba frente a la casa.
Nuestra casa.
-¿Errores humanos como “terminar” antes que yo?, podríamos intentarlo-, incitó arqueando una ceja con una sonrisa bajando del auto dirigiendo hacia la casa.
Y mi subconsciente por fin se empato con le conciente, esa era la estampa que había esperado toda mi vida.

Cel.

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14 Comentarios

  1. uff uff.. Grandiosoo ... Anton es simplemente esplendidooo!!! chan que hermozas palabras!!

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  2. que lo castren y yo mato a mare. No puede eliminar a tal monumento natural protegido por la UNESCO.
    Pensé que este podría ser el principio del fin ya esperaba encontrarme el FIN pero no paso....anto un poco mas!

    saludos

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  3. Me encanto el cap! Adoro a Anton XD
    La tan esperada reconciliacion.... todos esos dias separados, jaja
    Besotes, Dany

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  4. muy pero muy bueno me encanto!!!!!

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  5. ese si que es un verdadero amor y un buen amante. el que toda mujer desea

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  6. Amo a ese hombre!!! Lo A-M-O!!! Es la perfección, tan tierno, cabelleroso y jodidamente sensual!

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  7. Me encantan tanto!!!! son tan divinos! perfectos! Awwww me dan como un no se que!!! *.*, lo mejor de las peleas es la reconciliacion 1313!! jajajaja *¬* dichosa Mareee que buen tiempito se llevo :P jajajajajaja, siento que ya casi va a terminar mas que todo por

    Juntos. Frente a ese espejo Por fin del mismo bando.

    y los empujes de por medio claro! jajajaja pero me da tristeza en mi corazoncito T_T, no quiero que termine T_T

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  8. holaaa sii se arreglaronnn ya me iba a dar algo si no se arreglabannn jaaaa...meencantoo Anton fue muy dulce y romantico con todo lo que le dijo a Mare y le costo hacerseloo entenderr pero lo consiguiooo lo de Por fin del mismo bando quedo espectacularr ...me fascino el capituloooo...y esta pareja me re gustaaaa....

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  9. Anónimo8:13:00

    mu bun capitulo con la tan esperada reconciliacion ^^ me encanto Anon cuando le aclara su amor a Mare

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  10. jajajaja estoy de acuerdo con eni, es un monumento natural protegido por la UNESCO jajajaja, me encanto ese comentario. Cel me encanto el capi, me enamoro mas de Anton, y me ecanta poder seguir leyendo mas de esta increible historia :)

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  11. Anónimo15:32:00

    anton es una amor!!!11

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  12. Me encanta Anton!! porque no hay hombres así por aquí!!
    Esta buenisima la historia!
    besos

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  13. harael .22:57:00

    gracias gracias gracias ,
    en verdath , yo a d o r o a Anton , lo a m o !
    enserio enserio .
    me e n c a n t o , lo que le dijo Anton me hizo llorar , por dios cel , eres magnifica en verdath .
    muchas gracias por permitirnos leer tus historias .
    tequiero mucho <3

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  14. wooww,, em encantoo tenia varias semans sin meterme al blog yy me di cuenta k estaban 3 capiss ii wow los ame los 3 :D estaa maravilloso ia kieroo leer mas !

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Deja que fluya...