Sin medidas - Cap 3

-¿Hola?-, contestó Sami el teléfono, ya había dado el segundo timbre cuando cerró la puerta de su departamento tras de si.

-Grita antes de morir-, bromeó la voz de su hermana al otro lado de la línea.

-Fanny por favor, ¿nadie te ha dicho que las mujeres, casadas y embarazadas deben comportarse con un mínimo de decoro?-, preguntó mientras entraba a su habitación dejaba su mochila al lado de la cama y se sentaba aun sintiendo su corazón martillar y su respiración agitada después de la ultima conversación con "Derik"

-Estupida galleta salada-, murmuró por lo bajo

-¿Samantha de que hablas?-, preguntó su hermana con un dejo de sonrisa en su voz

-De nada-, contestó Sami recostándose en su cama.

-Entonces por que te oyes tan molesta, estoy segura que ahora mismo entrecierras los ojos-, aseguro Estefanía Prats

Sami rodeó los ojos al darse cuneta que estaba haciendo justamente eso.

-Fui haber una película horrible, una mezcla entre Propuesta Indecorosa y Una pareja de Idiotas-, contestó Sami mientras su hermana reía.

-Estás loca

-¿Todo bien?-, preguntó mirando el techo dejando pasar el último comentario

-Salvo el hecho que parezco crecer un kilo cada día...-, contestó su hermana mientras Sami reía.

-Yo culparía más a la comida que a mi futuro sobrino.

-Muy graciosa, yo culpo a Peter, todos los días trae algo a casa, pastel, flan, pay, panecillos-, contestó su hermana.

-De novios flores, después panecillos, el romanticismo aumenta-, aseguró Sami con sarcasmo.

-Si lo comes de su boca sí-, susurró su hermana mientras ella jadeaba riendo.

Sacudió la cabeza, su hermana tenia el cabello castaño pero en lo común se parecían bastante, era casi pervertido imaginarla en plan seductor con Pete, un hombre delgado y alto con lentes de montura que sonreía solo cuando su esposa le tomaba el pelo.

-Demasiada información-, cortó Samantha

-En serio Sami ahora todo es más...

-¡Estefanía!

-¿Quien eres la madre Teresa?-, bromeó su hermana

-Solo no quiero imágenes mentales antes de dormir, no me gustan las pesadillas.

-Recordare esto cuando estés casada y quieras presumir.

Sami bufó sin creer que su tímida hermana le estuviera hablando de aquello por teléfono, definitivamente las hormonas volvían locas a las mujeres.

-Aun así estamos hablando de muchos años.

-Sabes que no me refiero al matrimonio sino a que te enamores y estés con un hombre que merezca la pena presumir.

Sami estaba analizando si Peter era de los hombres que valía la pena presumir pero dado que el y su hermana se amaban -algo que se notaba al instante-, suponía que si valía la pena algo de presunción.

-Fanny no esta noche-, suplicó Sami mientras recordaba a Derek, el tonto de "Ken" y su apuesta, definitivamente nada digno de presumir, que triste.

-Esta bien hermanita, solo llamaba para saludar, duerme bien-, se despidió

-Gracias, tu...duerme bien también-, murmuró Sami

-Oh, si-, dijo su hermana antes de colgar, causándole una sonrisa.

La clase del profesor Stelin era una de las mas pesadas para Sami, ya que a pesar de que los temas eran sumamente interesantes e importantes para su carrera, Stelin parecía mas una enciclopedia que un catedrático era muy difícil entenderle algo sin perderse con alguna palabra rebuscada.

Miró como todos comenzaban a levantarse para caminar fuera del salón, Sami tomó su mochila y suspiró, le dolía la cabeza y aun así esta clase era batalla perdida, no había logrado entender ni la mitad.

Caminó hacia la puerta con aire desganado buscando en su mochila el reproductor de música.

-Stelin o Lifehouse-, murmuró segura de que la banda era mucho mejor que escuchar la voz desesperante del profesor.

-Lifehouse sin duda-, contestó alguien a sus espaldas.

Bien, lo iba a admitir, su mente solo visualizó a cierto hombre de cabello castaño rozando sus hombros.

Se giró para encontrar a otro chico, su cabello rubio y sus ojos casi del mismo color que los de ella la miraban de arriba a abajo, no del todo sutilmente, se parecía bastante a “Ben-Ken” pero sin ese aire arrebatador.

Sami frunció el ceño y lo miró un poco mas, no fue muy difícil recordarlo en la mesa de aquel día. Era uno de los de la apuesta

-Tonto 1-, susurró Sami

-¿Que?-, preguntó el medio sonriendo

-Nada-, dijo ella comenzando a caminar de nuevo.

-Tu trabajas en la cafetería ¿no?-, preguntó, ella rodeo los ojos.

-Aja-, murmuró sin dejar de caminar.

-No te había visto en esta clase-, aseguró el

-Ni yo a ti, mi coeficiente intelectual aun lo esta procesando-, murmuró Sami

-¿Que?-, preguntó el de nuevo caminando a su lado con cara de poker perfecta

-Creía que la cátedra de Stelin era difícil-, terminó ella

-Como sea, me preguntaba si te gustaría tomar algo…o comer si quieres-, dijo rápidamente como si no quisiera pensarlo con detenimiento, sus ojos volvieron a recorrerla y Sami rodeó los ojos, tampoco era la tía bruja para que el se estremeciera.

Su jeans y su camiseta negra junto a sus zapatos ahora con vistos rojos no eran tan malos.

-¿En donde "tomaríamos algo", en la cafetería?, ya entiendo, tu bebes yo sirvo-,explicó ella girándose para mirarlo, el abrió y cerró la boca sin sonido alguno

-Adiós-, sonrió Sami triunfal dejándolo ahí, y caminado un poco mas rápido antes de que lograra alcanzarla.

Sami llegó a la cafetería cerca de las 4 de la tarde, entró por la puerta trasera y se puso el delantal mientras se hacia un moño flojo en el cabello

Saludó a Erik mientras este le sonreía, Sami se giró para lavar algunos utensilios  que estaban en la tarja mientras su compañero se acercaba.

-¿Es mi imaginación o te están esperando?-, preguntó el mientras miraba a una esquina de la cafetería, Sami siguió su mirada y encontró directamente los ojos de Derek

Bufó de modo poco femenino

-¿El café caliente causa quemaduras de tercer grado?

Erik sonrió enarqueando una ceja pero no dijo nada.

Algo dentro de ella estalló, se sentía indignada en ser parte de una apuesta, molesta por el tonto en la clase del profesor Stelin, y confundida por Derek y su confesión.

-Ven-, jaló a Erik hacia el cuarto del almacén olvidando que aun estaban trabajando, no cerró la puerta para escuchar si alguien lo llamaba.

-Me apostaron-, le dijo antes de que el incluso le prestara toda su atención, el frunció el ceño y ella le contó todo, su amigo pasó del aturdimiento a la sorpresa, después a la diversión y finalmente a la indignación.

-A veces odio a mi genero...por eso trato de ser lo mas diferente posible-, le guiñó el ojo en un gesto algo femenino y ella sonrió

-El hecho es que aun tendré que aguantar a cuatro idiotas-, murmuró ella con el ceño fruncido, de todo lo que le había contado hacia un momento a Erik, el plan de Derek seguían en su cabeza dando vueltas sin parar

-¿Que diantre estas pensando Sami?-, preguntó su amigo como si leyera sus pensamiento

-Aceptare bajo mis condiciones-, contestó mientras salía sin decir mas, directa hacia la mesa de la esquina.

Derek se consideraba a si mismo muy pocas veces idiota, esta debía ser una de ellas, había estado esperando Samantha, pensando en:

Convencerla

Disculparse

Decirle era algo histérica

Aun no lo decidía del todo.

Estaba pensando en levantarse y salir de ahí después de que ella desapareciera con el otro chico, ¿le había mentido acerca de que era gay?, movió la cabeza decidiendo que no importaba, estaba dispuesto a levantarse cuando la vio avanzando hacia el, se había quitado el delantal.

Se sentó frente a el mientras su ceja se arqueaba.

-Hola-, saludó solo para hacer que ella rodeara los ojos haciéndolo reír.

-He estado pensando sobre...el proyecto-, comenzó ella.

El estaba algo sorprendido pero aun así no dijo nada haciendo un ademán para que continuara.

-Si el proyecto tiene tres "etapas", se harán en un limite de un mes, de hacerlas todas en pocos días, seria un proyecto muy fácil ¿no crees?-, dijo ella con inocencia, Samantha Winter era desesperante aun así se encontró riendo.

-Tres etapas, tres semanas-, negoció el

Ella frunció el ceño pero asintió.

-Sobre el....ensayo final-, inquirió el y ella le sonrió irónicamente por seguir su analogía

-Te daré las pruebas…NADA MAS-, le aseguró mientras el asentía.

-Así que tres semanas, pruebas y el 50%, ¿Estamos claros?-, preguntó Derek ya sin pude reprimir una sonrisa de lo inverosímil del asunto.

Ella negó.

-Una cosa mas-, aseguró mientras el esperaba, por la mirada de Sam, Derek se estremeció ligeramente.

-Quiero que les digas a todos que fue el mejor ensayo que has hecho-, sonrió triunfante

-¡Que!-, exclamó el.

-Si, si, imagínalo en tu cabecita, tu sabes exactamente como convencer al jurado solo quiero que ellos estén seguros que es genial hacer equipo conmigo, para que todos los demás sepan lo que se perdieron-, explicó mientras recogía la lata vacía del refresco de Derek

-Tengo que volver a trabajar-, anunció al ver que el no decía nada, Derek trataba pero aun estaba sorprendido, muy, muy sorprendido.

-Samantha...-, llamó mientras ella lo mirada.

-Sami-, corrigió sonriente, el solo asintió.

No podía decir nada más pero había algo en ella que le incitaba a decir la última palabra

-¿Si?-, dijo ella con el ceño fruncido

-Nada, solo estaba pensando en tus talentos con los ensayos, ya se me ocurren uno o dos-, le dijo mirándola detenidamente, ella rodeó los ojos y el captó un leve sonrojo, gruñó y se fue.

Cierto, quizás Samantha no tuviera el mejor cuerpo pero eso que diablos importaba en los “ensayos”, siendo totalmente prácticos ella tenia todo lo que se necesitaba y quizás una o dos cosas mas…, Derek sonrió negando con la cabeza y miró a Sami una ultima vez antes de salir, ella agarraba una jarra de café con fuerza...