Más que Amistad
Más que Amistad, Cap III,
-¿Lo veremos en el parque Profesor Teral?-, preguntó Kevin antes de salir del salón de clases después que el timbre anunciaría el final de la jornada escolar.
Esteban lo miró y negó con la cabeza, aun cuando uno de sus pasatiempos favoritos fuera estar con sus alumnos y asegurarse que estaban haciendo deporte antes que metiéndose en problemas, ni su cuerpo ni su mente estaban dispuestos a pasar otro día sin mirar a Terrence, la idea de que ella estaba tan cerca, el recuerdo de la forma en que lo hacia sentir era suficiente incentivo.
-Lo siento Kev, hoy tengo un compromiso-, contestó mientras el chico sonreía de forma casi cómica, un intento de parecer conocedor.
-¿Saldrá con su amiga de los hot dog?-, preguntó divertido
-Kevin-, le interrumpió el en tono serio, lo que ocasionó que el chico se despidiera con la mano alzando los pulgares en señal de aprobación y desapareciera por la puerta.
Esteban salió del salón y fue hasta la sala de maestros para recoger unos trabajos pendientes de revisar, mirando el reloj e imaginando la cara de Terri ante su inesperada visita.
-Creí que era la ultima en irme-, dijo una voz femenina bastante conocida a sus espaldas, el solo rodeó los ojos aun sin encarar a una de sus colegas
Aquella mujer le recordaba una y otra vez por que las relaciones laborales nunca debían mezclarse con relaciones personales.
-En unos segundos mas y serás la ultima-, le sonrió mirándola fugazmente mientras ella enarqueaba una ceja.
-Oí a Kevin decirle a Tom y Jared sobre tu conquista del parque-, siguió Karen, no era muy difícil imaginársela oyendo las conversaciones de los alumnos, no importaba el tema, fuera bueno o malo, ella casi siempre lo sabia, aunque casi nunca hacia nada para ayudarlos cuando tenían algún problema, esa había sido una de sus principales discusiones cuando salían juntos.
Pero no la principal.
-Es una amiga-, replicó Esteban
La profesora de Historia y Ciencias Sociales era alta y delgada, con grandes ojos negros que no se perdían de nada, aquellos que ahora lo miraban con burla.
-Claro, no pensaría nada mas que eso-, le recordó ella mientras el apretaba los labios, terminó de cerrar su mochila y enderezó sus lentes sin armazón mientras iba hacia la puerta.
Karen no se movió ni un milímetro.
-¿Es para que no halla rumores?-, le preguntó encarándolo
Esteban jamás quiso hacerle daño, cuando la invitó a salir hace dos años creyó que ellos podrían ser una buena pareja, pero simplemente no congeniaron…en ningún sentido.
Su mirada era la misma cuando lo había acusado de no admitir su vergonzoso secreto.
Esteban no había contestado en esa ocasión y no contestaría ahora.
-Buenas tardes Karen-, la esquivo usando su cuerpo y caminó sin mirar atrás deseando que encontrará a alguien mas, quien fuera, ella era un pequeño recordatorio de una parte de el mismo que no necesitaba recordar y que no entendía.
Quizás por ello anisaba estar con Terrence, verla y sentir como su cuerpo reaccionaba hacia ella.
Sintiéndose mejor consigo mismo
No erróneo, ni maldito.
Con ella podía respirar ligeramente y ser el mismo sin temor ni consecuencias.
A pesar de que no era la única persona que alguna vez lo había hecho sentir así, era la única que el podía permitirse alcanzar, luchar y conseguirla.
Su madre lo había llamado para contarle que había mandado un presente de disculpa por haber faltado a la cena de bienvenida de la hija de Henry Howard.
Ya que Esteban había rehuido de aquel desastre, sus padres no asistieron, su viejo podría ser demasiado testarudo en seguir la etiqueta y la tradición pero era demasiado inteligente como para evitar otra guerra fría entre Carol Smith y su madre, sin sus hijos como mediadores.
Esteban la había escuchado permitiendo que su madre le aconsejara después buscar a la que había sido su amiga de juegos y el había estado de acuerdo excluyendo la parte en que le explicaba que era justamente lo que haría ese mismo día por la tarde.
Se había sorprendido cuando la había llamado la noche anterior dos días después de la cena con su padre y ella le había explicado sobre su consultorio.
Terrence no era del tipo doctor, parecía una mujer que admirar y a la que tener dispuesta en todo momento, algo que el jamás había pensado de una mujer antes.
Pero se sentía orgulloso en cuanto al que ella hubiera respetado sus sueños
Tomó un taxi hasta la dirección del edificio donde trabajaría según le había dicho por teléfono, Terri planeaba tener todo listo en menos de tres semanas, así que era casi seguro encontrarla en el edificio donde ella atendería a sus pacientes, Esteban no dudaba que ella tendría éxito, que ayudaría a muchas personas que sin duda lo estaban necesitando.
El vecindario era de clase media, y el claramente podría ver la intención oculta de la elección del edifico.
Terrence no estaba interesada en atender a las chequeras de los socios de su padre, eso era seguro.
Pagó al chofer y entró al edificio, subiendo las escaleras hacia el tercer piso, un amplio vestíbulo en el cual fácilmente podría colocarse una secretaria y sillas para espera dando paso a una puerta de cristal ahumado, Esteban sintió su estomago tensarse solo de verla nuevamente, la tenue sombra de un cuerpo moviéndose del otro lado no le dejaba la menor duda que Terri estaba ahí.
Si, su lugar era a su lado, se sentía correcto.
Terrence miró el mobiliario a medio armar, la tensión en sus brazos estaba comenzando a pasar factura, había terminado el librero y su escritorio, solo faltaba un pequeño archivero y el mueble para su computadora personal.
Agradecía el trabajo físico y poder liberarse de sus pensamientos, y del desquiciado rumbo de estos que inevitablemnte terminaban hacia los dos hombres que habían sido sus mejores amigos.
Quería desesperadamente olvidar su actitud y sus reacciones en el mismo grado que ansiaba verlos nuevamente.
Estupida
-¿Estupida?-, preguntó Esteban sin comprender, Terrence levantó la cabeza, su cabello recogido en un moño flojo, llevaba una blusa de tirantes y unos jeans desgastados, se mira sorprendida y avergonzada.
Terri tenía la ligera sospecha que no solo había pensado la palabra, miró el mobiliario y luego de nuevo a uno de los dos hombres que se habían adueñado de su vida en los últimos días
-No soy muy buena en “Hágalo usted mismo”-, le explicó mirando el material restante.
El se rió y caminó hacia ella, el suéter negro que llevaba se amoldaba a su torso y sus lentes solo le daban un toque de familiaridad que la hacia sentirse mas segura.
Había pasado de las gafas horrendas de cuando era niño a unas de material ligero y que acentuaban los rasgos de su rostro.
-Yo creo que te defiendes bien-, replicó el mirando el escritorio
-¿Qué haces aquí?-, preguntó ella riendo
-Si, si, ¡Sorpresa!-, el extendió los brazos haciéndola sonreír
-¿Vienes de la escuela?-, murmuró Terrence sin poder apartar la vista de sus brazos extendidos.
El los bajó lentamente asintiendo con la cabeza
-Así que estoy aquí, ¿Necesitas ayuda?-, sugirió el sosteniendo en alto el desarmador que las manos de Terrence había aprendido a odiar.
Ella se sintió capaz de admitir cansancio y dejar que otra persona le ayudara en su proyecto mas preciado, el sonrió y besó su mejilla antes de ir hacia el mueble para la computadora.
Terrence se obligó a moverse e ir colocando sus libros en el mueble pegado a la pared para no parecer presa de la excitación que barrio su cuerpo, Esteban no parecía perturbado por haberle dado un inocente beso en la comisura de sus labios y ella no seria la que creara un momento bochornoso entre ellos.
Colocó la segunda de las dos fotografías que había destinado para su consultorio, la primera era su mamá y el retrato entre sus manos una foto de Henry hace unos años.
-No das demasiada información-, le habló Esteban colocándose a su lado mirando las fotografías.
-Esa es la intención-, le replicó ella.
-¿Y si quisiera conocer mas?-, le preguntó con su aliento acariciando casi imperceptiblemente la piel de su cuello.
-¿Qué quieres saber?-, preguntó Terri sin poder detenerse.
Todo
Esa era la única palabra que Esteban tenia en mente, sin embargo no daría ningún paso en falso, el no haría nada para perderla.
-No quiero ser solo un viejo conocido-, admitió al fin mientras ella sonreía
-No lo eres-, susurró
Esteban no pudo contenerse, conocía la frustración y el miedo muchas veces antes, en momentos que el había odiado, ahora no pudo ser el mismo que siempre se detenía. Se acercó hasta que sus manos prácticamente sostuvieron su cintura.
-¿Entonces que soy Terri?-, le preguntó muy cerca mientras ella pasaba la punta de su lengua por sus labios entreabiertos, lo miró por un largo momento.
Ella deseaba perderse en ese mar de miel de sus ojos y no tener que pensar o contestar, querer darle todo y dejar de pensar en Cameron.
-Ahora no se-, susurró acercándose hasta poder esconder su rostro en la curva de su cuello, el olor maderoso de su fragancia la tranquilizó como nada lo había hecho en la últimas horas, el la sostuvo sin decir mas.
-¿Te invito a cenar?-, le preguntó aun abrazándola mientras ella sonreía, siempre y cuando el no se fuera ella aceptaría cualquier cosa.
-El trabajo manual no ayuda a la dieta-, aceptó ella separándose para recoger su bolso y salir del consultorio.
Caminaron hacia las escaleras del edificio en un silencio cómodo y tranquilo avanzando uno al lado del otro.
Cameron los encontró cerca del primer escalón, Terrence sentía que la sangre debía haberse vaciado de sus venas, los ojos azules la traspasaban dejándola helada, supo mientras sus miradas se encontraban que Cam se iría, que daría la vuelta y se iría, se alejó de un Esteban estático para acortar totalmente la distancia entre ellos.
-Cam-, lo llamó en voz baja mientras el cerraba los ojos y se aflojaba la corbata
-Esto fue una tontería-, resopló dándole por completo la espalda.
-No vas a irte de nuevo-, dijo ella con la voz mas firme que pudo encontrar.
Cameron se detuvo un segundo girando nuevamente hacia ella.
Terri miró a Esteban mientras este alzaba la barbilla y miraba al que fuera su inseparable amigo con algo parecido al rencor.
-No se que diablos paso, pero necesito saberlo-, exigió ella casi suplicante.
Cameron arrancó sus ojos de un Esteban inalterable y le sonrió casi con ironía
-Pensé que si el estaba aquí no había mas que contar-, le replicó con el doble significado de sus palabras.
-¿Por qué huiste de la casa de Henry?-, recordó Terrence molesta
-Tu no lo entiendes Terri, siento no haberme despedido, quería verte de nuevo, comprendes; si te interesa, tu padre tiene mi teléfono-, gruñó Cameron girándose nuevamente, con su corazón latiendo a un ritmo frenético y todo ocurriendo de nuevo, mas intenso y con mucho mas significado.
-El entró en mi departamento mientras su prometida estaba desnuda en mis brazos-, la voz de Esteban lo detuvo en seco mientras Terrence se giraba sorprendida sin poder asimilar por completo lo que aquellas palabras significaban.
-Tu…tu…-, ella miró a Esteban deseando que el lo negara, pero el solo permaneció impasible retando a Cameron a decir algo mas, terminar la historia que ambos sabían, al menos, la que entendían.
-Ella montó todo para hacerme creer que el la había seducido-, terminó Cameron mirando a Terri.
Ella trataba de entender pero todo aquello parecía un mal chiste, la razón gritaba que aquella confesión para nada explicaba el sentimiento de aversión entre ellos, no si todo había sido culpa de otra persona.
-No lo comprendo-, admitió mirando a Esteban, pidiéndole alguna explicación.
Sus ojos se suavizaron lo suficiente como para que su garganta se tensara en nudos dolorosos.
El no la ayudaría, ella lo supo en ese momento.
-No importa si aquello fue puro teatro Terri, no puede ser explicado-, murmuró Cameron de pronto con voz demasiado cansada.
-¡Inténtalo!-, gritó ella reprimiendo un sollozo, acercándose a el, tocando la tela de su elegante traje.
-Daria lo que fuera por borrar esa noche, lo que fuera por borrar las palabras que ella gritó antes de terminar nuestra relación-, juró Cameron, el hombre que antes ella había considerado el niño mas valiente que ella había conocido, intentó tocarla antes de bajar la mano y salir sin mirar atrás.
Terrence dejó que las lagrimas salieran, y se giró para encontrarse con Esteban, el esquivo su mirada como un seco golpe en su pecho, lo esquivó sin decir nada mas y entró a su consultorio de nuevo, cerrando la puerta tras de si, llorando aun después de que lo oyó irse.
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9 Comentarios
fuaaaaa que mierda paso?? jajaja que habra hecho la zorra que le abra dicho a Esteban... mmm me voy a leer el prox!!
ResponderEliminarbesoo
What???? Que pasó??? Hay ya tengo que irme... a leer el proximo capitulo.
ResponderEliminarCel me matas con esto en serio.
Besos.
AH BIEN, YA SON CUATRO... REPARTIDOS EN DOS TRIANGULOS
ResponderEliminarME VOY A ESTUDIAR GEOMETRIA...
¿SE SIGUE SUMANDO GENTE AL BAILE?
Madre mia esto esta cada vez mejooor enserioo que sipp.... de una cap 4
ResponderEliminarsin palabras
ResponderEliminarme dejaste en shock
saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarmendiga vieja, ¿como pudo hacerles eso? ¿que fue lo que ella le grito a Cameron? varias preguntas se me vienen a la mente y más por que me imaginaba que era un secreto distinto o///o.
ResponderEliminartengo que seguir leyendo
:3
'Su mirada era la misma cuando lo había acusado de no admitir su vergonzoso secreto.'
ResponderEliminar'era un pequeño recordatorio de una parte de el mismo que no necesitaba recordar y que no entendía.Quizás por ello anisaba estar con Terrence, verla y sentir como su cuerpo reaccionaba hacia ella.Sintiéndose mejor consigo mismoNo erróneo, ni maldito.'
OK...XDD a este punto creeeiaaaa que el era gay o bisexual XD, que se habia enamorado de cam y que por eso se habian peleado jejeje ahora es todo un revoltijo XDDD, me voy por el siguiente hasta que no aguante el sueño, (k)!!
O_O que fuerte, yo tambien pensaba que había pasado algo de pido romantico/sexual entre estos dos jaja pero al parecer nop, me voi a leer el siguiente
ResponderEliminarDeja que fluya...