La guerra del amor X
Bando Dos
Anton
-Son las 6:30, ¡de la mañana!, solo por si no te has dado cuenta-, murmuró Mare al teléfono en cuanto contesto.
-Buenos días cariño-, sonreí mientras me dirigía a la ducha
-Anton-, gruñó y su voz sonó amortiguada por la almohada
-Vamos Mare levántate y arréglate que tenemos que comprobar mi victoria-, le aseguré mientras ella gruñía, aun recordaba su imagen el día anterior cuando me desperté ante el dolor del cuello para encontrarla contra mi pecho, dormida en el sofá, aquella era una imagen que un hombre respetable y con una amistad de años no debería atesorar en sus recuerdos húmedos, sin embargo la forma en que me había despertado hacía unos minutos dejaba mucho que desear.
Aun tenía un ligero problema matutino, al diablo, un gran problema matutino
-No habrá ninguna victoria si te ahorco primero-, sentenció ella.
-Te espero en una hora en la oficina, no entres, no quiero que veas algo que sobre pase tus límites altamente susceptibles, llevare café de Peter’s-, terminé mientras oía un tanto de ruido al otro lado de la línea.
-Cuando no haya nada que ver te echare el café donde mas lo sientas-, murmuró
-Para eso tienes que levantarte-, le aseguré
-¡Ya voy!-, gruñó de nuevo haciéndome reír
-Nos vemos cariño
-No has ganado y te cobrare doble Anton-, susurró antes de colgar, totalmente despierta al fin.
Dejé el móvil en la repisa del lavabo y abrí la puerta de la ducha, el agua caliente corrió entre mis dedos sin embargo era mas de lo que alguien cuerdo podía soportar y sinceramente no sabia si yo lo estaba aun, solo sabia a ciencia cierta que John no había vuelto a su departamento, lo había comprobado por mi mismo, me alegraría que el estuviera con nuestra parlante recepcionista, y no solo por la apuesta, John la amaba, el ser correspondido es lo mínimo que debes desearle a alguien a quien estimas, pues en realidad conocía lo diferente que era el otro lado de la moneda
Soñar y despertarte con una ducha fría
Gruñí y alejé los nubarrones de mi cabeza, me estremecí ante el cambio de temperatura al girar hacia la temperatura más baja y me recordé lo más importante: Si Ava y John se habían declarado, Mare había perdido y tenía una cuenta pendiente
El día iba ser nublado debido los vistazos de nubes en el cielo, agradecí que Peter’s estuviera vacío, lo que se esperaba a tales horas, ni siquiera el sequito de meseras asesinas que eran tan amigas mías estaban rondando aun, pedí dos cafés americanos debido a que el sueño aun rondaba después de una mala noche.
Cuando aparqué el auto en IDEAL Mare me miró desde dentro de su propio cuatro ruedas.
Bajé sosteniendo los vasos de líquido humeante y entré en el asiento del copiloto.
-Te odio, ¿lo sabias?-, me dijo mientras tomaba su vaso.
-Palabras de perdedor-, le contesté mientras ella miraba hacia la oficina, no se veía ningún movimiento a través de la puerta de amplios cristales.
-Vamos Anton hablando en serio, esto es ilógico, ¿que esperas?, encontrarlos In fraganti, prácticamente ayer Ava pudo cometer un asesinato
-Tu vena melodramática esta intacta a estas horas-, le bromeé mientras ella miraba hacia mis pantalones, a mi entrepierna
Un estremecimiento me recorrió la nuca antes de poder ser conciente que su mirada no era lasciva, en absoluto, ¿Verdad?
-Aun puedo echarte el café en cima-, me recordó mientras el alivio y la rabia se abrían paso a parte iguales en mi mente, a veces, existían días que era casi insoportable estar cerca de ella, nadie dijo nada por unos minutos, traté de encontrar la camarería anterior pero a veces era demasiado.
-El la ama-, susurré mirando por la ventana, gran traición a mi mejor amigo, un hombre no habla de los sentimientos de un conocido, no habla, punto, eso es para el manicure, pero era mucho mejor en mi opinión hablar de los sentimientos de John que de los míos, eso era seguro.
-No puedo decirte lo que Ava siente-, se encogió de hombros.
Mare probablemente considerara estupido que su amiga se enamorara, eso solo aumento mi rabia, iba a salir, tenia que hacerlo, todo estaba resultando ser una pésima idea.
-Creo que ni siquiera ella lo sabe, a veces, las cosas no son perfectas, a veces darse cuenta cuesta mucho trabajo, mucho tiempo, muchos sentimientos-, me miró un segundo antes de desviar la mirada impidiendo que abriera la puerta, por un momento dejo de ser la mujer altiva y sexy, la dueña de una empresa como IDEAL y solo quedo la chica que era cuando nos conocimos, no, mas que eso, era una combinación de ambas, el pinchazo de deseo y desesperación, la necesidad de arrancara el café de sus manos y solo hablar de lo difícil que era darse cuenta, hablar sin palabras, hablar sin nada mas que …
¡Agh!
-Regularmente eso pasa si aprietas demasiado un vaso con un liquido caliente-, me dijo riéndose apenas y quitando el liquido caliente de mi mano con un pañuelo desechable mientras colocaba el vaso de café entre nosotros.
-Preferible mi café a tu café-, dije entre dientes mientras ella se reía ahora si con gusto.
-Vamos Sherlock acabemos con esto-, me miró mientras yo asentía.
Salimos del auto y abrí con sumo cuidado mientras ella rodeaba los ojos.
-¿Qué esperas encontrar sinceramente?-, preguntó
-La verdad, a dos muy dormidos amigos después de una buena noche de sexo-, le respondí mientras ella se adelantaba pasando la recepción.
-O una oficina total y completamente vacía-, susurró ella indicando el escenario con sus manos, entrecerré los ojos mientras iba hacia la sala de juntas, igualmente intacta.
-¿Serás un mal perdedor?-, preguntó a mi oído mientras miraba sus ojos divertidos antes de que un ligero rechinar metálico interrumpiera el silencio, solo un momento, ambos caminamos hacia las escaleras mientras intentaba alcanzar a Mare que seguía en la delantera.
-Cariño-, llamé entre divertido y expectante pues ella parecía algo molesta.
-Viene de mi oficina-, susurró entre dientes, sonreí mientras ella me miraba haciéndola bufar.
-Los voy a matar
-Deberías atender esos instintos asesinos-, respondí, ella tomó la manija de la puerta.
-Mare quizás…-, comencé demasiado tarde, ella había abierto el espectáculo mas equivoco del mundo y el mas vergonzoso, no había sentido mis orejas arder desde, desde que la en secundaria una compañera me había tocado donde seguramente no tenía edad para ello.
No es que ni Mare ni yo desconociéramos el mecanismo que implicaba tener relaciones sexuales, pero no era sexo en vivo, era mirar a dos personas que conocías y a las que apreciabas perdidos en una sensación diferente, ni siquiera nos notaron al principio, sus ojos cerrados, sus cuerpos enlazados en la “queridísimo sillón” de Mare, la forma en que sus manos y sus frentes se tocaban como si pudieran ir juntos a cualquier lugar, no era grotesco, era privado.
Mare cerró la puerta de nuevo, lo suficientemente fuerte como para que se detuvieran sin embargo no me miro, no dijo nada.
Se quedo apoyada sobre la pared frente a mí con los ojos cerrados.
Cuando los abrió no pude desviar la mirada, era imposible, su pecho subía y bajaba haciendo que su blusa azul se mirara frágil, una barrera ínfima hacia su piel, las mujeres hermosas jamás estaban tan cerca, tan libres y tan vulnerables, no como ahora, no como ella. Jamás ella había estado así, sin ninguna barrera
Sin siquiera pensarlo estaba a solo un palmo de ella, un centímetro mas y nuestros cuerpos se tocarían, un centímetro mas y su frente tocaría la mía, como Ava y John, un centímetro mas y podría entrelazar sus dedos con los míos y besarla.
Y lo deseaba, no una noche, no solo sexo
Deseaba lo mismo que mis ojos había visto, el mismo sentimiento guardado en los parpados cerrados y las respiraciones combinadas, deseaba lo mismo…con Mare.
Lo deseaba incluso más ahora que la primera vez que admití que era una mujer deseable, mi mujer deseable.
-Anton…-, sus labios formaron la palabra pero el sonido no salió, no había necesidad
La puerta se abrió como un viento helado en un clima perfecto, apreté los dientes y me recargó de nuevo en la pared opuesta.
John se aclaró la garganta vestido a toda prisa con Ava detrás mirando con ansias a su amiga.
-La sala de juntas era mas segura-, le dije mientras el bajaba los ojos.
-Lo sentimos Mare en serio, no lo pensamos, no era, Mar mírame, en serio, lo siento mucho y se que es totalmente fuera de un comportamiento profesional, pero tenias razón, la tenias, ahora parece que el cerebro se me fundió, cada minuto es como un regalo, en serio, por favor perdóname, yo…-, John interrumpió la palabras de la querida parlanchina tomando su mano mientras sus ojos serios se encontraban con los míos.
-Sabemos que esto repercutirá en nuestro trabajo, pero ustedes conocían esto, mas que nosotros mismos, de hecho tenemos que agradecerles-, terminó mientras Mare cambiaba su peso de un pie a otro, me miró fugazmente con una sonrisa bailando en la comisura de sus labios, a pesar de un dejo de tristeza en sus ojos difícil de describir.
-Claro que repercutirá en su trabajo, tendrán que trabajar muchas horas extra para comprarme otro sillón, por que aquel será mi regalo-, terminó señalando hacia la ofician, Ava dio un chillido de sorpresa y alivio y abrazó a su amiga mientras John rodeaba los ojos y soltaba también el aire contenido.
Enarqué una ceja divertido mientras el gruñía
-Sabias lo que pasaría al encontrarme a la fiera celosa de ayer, una diminuta mujer sexy acusándome de…-, me señaló mientras Ava sonreía a su lado.
-Ya te pedí perdón-, fue toda su repuesta mirándolo con una sonrisa deslumbrante.
-Ava dijo solo cuatro palabras estoy impresionado-, le bromeé a Mare mientras ella reía
-Temo que al no estar hablando la mayor parte de la noche, el torrente de ideas se ha perdido-, aseguró mientras la recepcionista y el office boy de IDEAL se volvían a un rojo profundo.
Haciéndonos reír aun más.
El trámite que se supondría John haría me tomó la mayor parte del día, ya que ambos fueron enviados a sus respectivos departamentos para una necesaria ducha.
Al regresar Mare aun permanecía con el grupo del curso en la sala de juntas, subí a las oficinas mientras sonreía al mirar el sillón puesto en la esquina de la habitación, me senté en el cómodo sofá restante y esperé hasta que ella subiera al haber terminado.
Cuando por fin entró su rostro se mostró sorprendido y alegre en igualdad de proporciones, su cabello estaba recogido permitiendo que la luz de la tarde también acariciará su cuello, era hermosa e inalcanzable, jamás debía olvidarlo, no si quería tenerla a mi lado a pesar de jamás poder compartir lo que John ya tenia.
-No sabía que había llegado-, admitió
-Acabo de hacerlo-, le expliqué mientras ella miraba le reloj
-Aun estabas con el grupo-, terminé mientras ella me miraba casi con un dejo de terror
-¿Entraste?
-¿A la sala de juntas?, no-, contesté contrariado, quise preguntar por que era importante pero ella se giró un poco, asintió y miró el sillón con gesto ausente, luego con un dejo de molestia.
-Amaba ese sillón
-No es como si tuviera residuos radiactivos-, le expliqué mientras ella recogía su bolso.
-Claro, ya quisiera que hubiera sido en tu adorado escritorio-, sonrió mientras avanzaba de nuevo hacia la puerta.
-Aun así habría ganado la apuesta-, le afirmé.
La seguí en auto hasta el restaurante de comida internacional que Mare había insistido durante semanas en visitar, la edificación era sumamente elegante casi refinada, hice un excesivo gesto de caballerosidad al bajar del auto y ella respondió con una inclinación humorística.
La Hostess sonrió a ambos de forma centellante y nos llevó a una mesa apartada.
-Nuestro mesero estará con ustedes en un momento-, murmuró con voz dulce mientras asentíamos, dos segundos mas tarde Mare estaba a puto de soltar una risita.
-Prefiero la cerveza en casa-, le recordé
-Yo también-, aceptó mirando la forma en que dos madres seguramente de la alta sociedad de la ciudad tomaban sus copas delicadas de un liquido trasparente.
Sin embargo la comida mereció toda la pena a pesar del ambiente estirado y algo estresante.
-Deseo que sean felices-, le dije a Mare mientras ella terminaba la copa de vino que había acompañado su cena, era la primera conversación sobre el tema después de la escena del amanecer, ambos sabíamos de que estaba hablando
-No pareces muy convencido, se que no crees en el amor, pero ellos se aman, siempre lo supimos-, dijo ella mirándome con una sonrisa, a pesar de la perdida de su sillón
-¿No creo en el amor?-, arqueé una ceja, no era falta de fe, era envidia, secretamente envidiaba la felicidad en los ojos de John cuando abrazaba a Ava, solo podía admitirlo en silencio
-No creemos-, corrigió ella y yo me acerqué a su oído.
-Yo si creo en el amor, pero el Sr. Cupido y yo nos separamos hace mucho, cada uno tomó su camino, el se quedo con el lado cursi, yo con el sexo-, le dije cerca de su oído.
Ella me miró fijamente por unos momentos.
-Anton…-, comenzó pero yo negué, últimamente tenía la cabeza llena de sentimientos que creía borrados, cosas que nunca pensé sentir, de nuevo, que me habían lastimado, yo había elegido la amistad de Mare, había elegido tenerla siempre a confesarle que la amaba hace tantos años.
-Se me subió el alcohol cariño, no hagas caso-, le dije mientras ella sostenía la mirada.
-Además hablemos de cuando me pagaras la apuesta-, cambié de tema, enterrando aquella verdad, comos si nunca hubiera existido.
Ella pareció no saber que contestar durante un momento antes de que toda su determinación se vislumbrara en sus ojos.
-Creo recordar que te debía un viaje-, murmuró
Sonreí con ganas y un ligero escalofrío.
-Paris es caro
-Paris esta fuera del presupuesto, estaba pensando en el Zoo-, concordó mientras yo asentía
-Estoy hablando en serio cariño-, susurró
-Lo se-, sonrió antes de inclinarse hacia mi
-Fuera de Paris Anton, iremos donde quieras
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14 Comentarios
Ya ando por aqui poniendo gorro ahora en la nueva direccion, en fin...
ResponderEliminarQuien viera a Mare y su mirada lasciva a la entrepierna de mi adorado Anton, jaja.
No entiendo porque se resisten a decir: Si me gustas, te amo, que onda yo a ti tambien o que?? jaja creo que fui muy directa.
Diooooos y luego estuvieron a un pelo de besarse!!! Que angustia senti, crei que por fin pasaria, pero noooo, se que Cel me hará sufrir un poquito mas, pero esta bien lo aguantare.
Chicas se que les ira excelente en este nuevo hogar, aqui estare como siempre poniendo gorro y para lo que se les ofrezca...
Muchos besos y abrazos a las dos.
holas, me encanta esta historia, es genial...
ResponderEliminarlos personajes tiene un no se y un ke se yo; ke te deja pegada...
jajaja
saludos
Es ciert0 tienen esa resistencia el uno por el otro a pesar de que se mueren si no estan juntos!
ResponderEliminarhasta donde nos lleva la autoproteccion??
whaoo me encanta anton, besos cel¡¡
ResponderEliminarme encanta!!!!!!!!
ResponderEliminaramo a anton, ya qiero qe esten juntos
y se amen siiiiii
Me encanta!!!
ResponderEliminarVamos Mare tu vas a desenterrar esa verdad!
Besos Cel ♥
wow ke xvr seguirlas en el blogspot! ahora siempre me mantendré informada cuando publiquen! :D
ResponderEliminarbueno, tengo que decir que estoy enamorada de esta historia... sueño con el dia en que estos dos venzan el miedo...
ResponderEliminarFelicitaciones por su nuevo hogar chicas!
Hey chicas primero q nada felicitarlas, porque el blog les quedo fantástico jejjeje me gusta mucho...
ResponderEliminary Pasando a la historia...jejje me encantó... felizmente los dos son correspondidos jejjeje... y Antón ufff... ese hombre es.... Dios... de verdad q es un amor... y claro Mare no se queda atrás... Ojala q reoonozcan sus sentimientos y dejen de envidiar lo que tienen a la mano...
Hola chicasss, me encanta esta historia, soy nueva invitada y os lo agradezco, ¡q haria yo sin sus historias!!!!! besitosss, sois geniales.
ResponderEliminarwoow, qe geniaal!!!
ResponderEliminaresa parejita tiene algo en especial....
los adoroo!!!
pero es tan dificil decir, sabes qe?, me gustas te amo, desde cunaod nose, pero lo sientoo, me correspondes?, seria genial!, sino sigamos con nuestras vidas ckomo amigoos!!! xD
okeey, si la vida no es asi de sencilla xD
besoos Cel, me encantaa!!
hola Cel.
ResponderEliminaral fin, por lo menos, una pareja feliz por el momento.
Mare y Anton, cada vez están teniendo más valentia paea coquetear con el otro. Ojalá eso sea un avance.
besos tu histiria es genial,
cuando terminará este arroz por cocerse? uff!
ResponderEliminarWaaaa casi, casi , casi!
ResponderEliminarparece que a anton numas nu le sale!
hahaha esta genial! sigo...
(k)
Deja que fluya...