Mas que juegos - Quinto Capitulo

Capitulo 5

Kevin parpadeó varias veces hacia el mensaje en su móvil, era un número desconocido así que el primer pensamiento, era solo ignorar el asunto, tenía muchísimas cosas mas importantes que pensar, por ejemplo; que quizás hubiera perdido a su mejor amiga, y todo ¿Por qué?, por un beso, un magnifico, placentero e incorrecto beso.

En los últimos días había tenido demasiado tiempo para pensar las cosas ya que Sam parecía ya no estar en el departamento más que para encerrarse en su habitación a dormir.

Había pensado en lo imbecil que había sido en besarla, también había pensado en el hecho que ella lo había besado primero, había pensado en los sentimientos que tenía hacia Samantha y los que ella podría tener hacia el.

¿Que era lo que la mantenía apartada?, el mismo temor que Kevin sentía en su pecho al aceptar que ya no era solo su amiga, que podía perderla por un paso en falso, o era el hecho de que a sus ojos había besado a un hombre gay,

¿Gay?

Su cabeza había dado demasiadas vueltas a esa etiqueta dejándolo confuso.

¿Dónde quedaba ese término si había besado a su mejor amiga, si deseaba volver a hacerlo?

El ruido de la puerta de la habitación de Sam al abrirse lo hizo levantar su cabeza, la miró por unos segundos sin siquiera saber que decir, una parte de su cerebro registró que su amiga llevaba una blusa negra  y pantalón vaqueros que resaltaban su figura, su cabello estaba sujeto en una coleta alta, llevaba sus inseparables flats y su cartera, Kevin estaba conciente que para un sábado después de las siete esa no era la vestimenta que ella solía usar.

¿Iba a salir?

Inexplicablemente eso lo hizo enfurecer, estos días había siso un infierno para el y ella… ¡salía de fiesta el sábado!

Sam le dirigió una pequeña sonrisa, sin siquiera mirarlo a los ojos.

-Voy a salir-, anunció como si el ya no lo hubiera adivinado.

Kevin estrujo el móvil entre sus manos y casi por ejercicio mental recordó el mensaje que había estado leyendo solo unos minutos antes.

Kevin:
Desire Night Club

Cabina 3

Sábado 7 p.m.

Le devolvió la sonrisa fingida y se levantó para ir a buscar su chaqueta.

-Genial, yo voy a hacer lo mismo-, le dijo entrando a su habitación y evitando observar cuando ella saliera por la puerta.

***

A pesar de no saber nada sobre el lugar a donde se dirigía, el taxista lo dejó fuera de lo que parecía un bar extremadamente lujoso, Kevin se volvió a repetir que esto era una tontería pero estaba demasiado enojado y herido para ponerse a pensar detenidamente, el solo hecho de imaginarse a Sam divirtiéndose con alguien mas lo sacaba de quicio

Además quien fuera que le hubiera invitado a ese lugar sabía quien era y por lo que se veía tenia preparado algo, así que quizás eso era lo que necesitaba, sexo y olvidar.

Su cerebro aun gritaba con grandes letras, ¡Tonterías!, cuando llegó hasta la mujer con el vestido ultra corto de la entrada y le dio su nombre y el número de cabina.

Ella lo condujo por la que parecía el área común del bar hacia un pasillo con puertas a ambos costados, se detuvo en la que tenía el número tres en material plateado sobre el negro y la abrió deseándole una placentera estancia.

Kevin casi se ríe de lo inverosímil de la situación, casi.

Hacía solo una semanal su vida era tan aburrida que el estaría en ese momento leyendo algo con Sam a su lado escribiendo algún ensayo, solo pensar en ella le hizo dar un paso dentro.

La “cabina” era un cuarto pequeño con un sofá de cuero negro, con una ¿cesta? y lo que parecían ser condones y lubricante, una mesa de café plateada en el centro con una botella enfriándose y tres copas…

¿Tres?

Las manos de Kevin sudaban cuando notó que aparte del escaso mobiliario la pequeña habitación carecía de cualquier otra decoración.

El sabía que esto había sido su mayor tontería, estaba decidido a salir de ahí cuando la puerta se abrió de nuevo, miró fugazmente a la mujer que lo había traído también antes de que Sam entrara y la puerta se cerrara tras ella.

El mundo se quedo quieto por un minuto, quizás dos, el cerebro de Nick había dejado de pensar, pues sabía que quizás no le gustarían las teorías que explicaran que hacía ella justo ahí.

¿O si?

-¿Qué haces aquí?-, preguntó ella verbalizando sus pensamientos.

-Yo…no… ¿tu que haces aquí?-, murmuró Kevin pasándose la mano por el cabello varias veces.

Ella maldijo cerrando los ojos y apretó los puños a ambos lados de su cuerpo, Kevin tuvo que admitir que jamás la había visto tan hermosa.

-Es ese estupido, el hizo todo esto-, susurró Sam mientras el fruncía el ceño.

-¿Quién?-, preguntó

-Nick Colton, me llamó al móvil, dijo que me explicara finalmente que era lo que quería, yo solo… pensé que si le aventaba lo que dijera en la cara…

El enojo traspasó su cuerpo, su mandíbula se tensó cuando miró los hombros caídos de Sam.

-Debiste decírmelo, ¿Qué esperabas al venir sola?-, preguntó molesto

-¿Y tu?-, le replicó ella mordaz.

-Ni siquiera sabía que era el-, contestó Kevin antes de que pudiera detenerse.

-¿Y te encuentras con todos los desconocidos que te invitan a un bar Kev?-, preguntó ella en voz muy baja, desviando los ojos, sonando decepcionada, dolida.

-¡Claro que no!-, le gritó lleno de la frustración de los últimos días, antes de que pudiera explicarle, antes de que pudiera alcanzarla y besarla de nuevo, la puerta se abrió de nuevo, estaba vez Nick la cerró por si solo.

-Nos vamos de aquí-, le dio Kevin al idiota mientras este se recargaba en la puerta enarqueando una ceja.

-No se vayan por favor, ¿y la botella?-, les preguntó Colton señalando a la mesa.

Sam negó con la cabeza y su cabello se movió rítmicamente a su espalda.

-¿Qué quieres para que nos dejes en paz?-, preguntó ella

-Que sean sinceros uno con el otro-, murmuró Nick encogiéndose de hombros

-¿Y a ti que diablos te importa?-, preguntó Kevin riendo sin humor.

Nick caminó hasta la mesa y tomó la botella, sirviendo una copa con manos expertas, para su frustración, ambos, Sam y el, se habían quedado como idiotas mirándolo.

-Es liberador, hacer lo que deseas, cuando lo deseas-, explicó Colton mientras Sam se acercaba a el.

-¡Quien diablos te crees que eres!, solo olvídate de nosotros, búscate alguna muñequita con la cual jugar y déjanos…-, le murmuró ella muy cerca, Nick sonrió y bebió de su copa.

Se acercó aun mas, tanto que Kevin dio un paso hacia ellos, si el llegaba a tocarle un solo cabello.

Sam lo empujó por los hombros y Colton le tomó de las muñecas acercándola.

Kevin fue hasta ellos, empujando el cuerpo de Nick, haciendo una maraña de brazos entrelazados, ninguno se soltó, el aire se volvía más denso por minuto.

-Suéltala-, susurró Kevin en voz baja.

-Te besare ninfa, pero hasta que tu lo desees tanto como yo-, le dijo Nick mirando a  Sam antes de acariciarle las muñecas y soltarla.

Kevin encaró a hombre, sin saber muy bien por que estaba furioso, pero lo estaba.

-¿Y tu que deseas Anderson?-, preguntó Colton, Kevin no iba  contestar, pero no pudo evitar que sus ojos miraran los labios de Nick, la forma segura de decir sus palabras, no pudo evitar recordar el beso con Sam.

Todo se entremezcló

¿Qué deseaba?, buena pregunta, ni el mismo la sabía.

Y quizás debía agradecer que Colton no esperará una respuesta, tomó su chaqueta y lo jaló hacia sí para chocar sus bocas en un beso, los labios de Nick buscaron abrir los suyos, el cuerpo de Kevin respondió, casi por instinto, abrió la boca y su lengua jugo con de el, se hundió en el abanico de sensaciones, enterró una mano por el espeso y largo cabello negro y barrió el sabor del otro hombre gimiendo cuando Nick soltó su ropa jadeando.

El sonido de la puerta cerrándose lo regreso a la realidad.

Sam

-Déjanos en paz-, le gruñó Kevin a Nick empujándolo lejos mientras salía maldiciéndose mentalmente.

Salió del lugar justo para mirarla subirse a un taxi, corrió hasta el auto y evitó que cerrara la puerta, una lucha de voluntades paso por la mirada de Sam antes que ella se recorriera dejándole un lugar.

Ninguno dijo nada en el camino de regreso hasta su viejo edificio.

Sam solo quería correr y esconderse, solo quería borrar de su mente ese beso, solo quería mirar a Kevin  y mirar a su mejor amigo, solo eso, sin otros sentimientos, sin nada mas.

Ella abrió el departamento y dejó las llaves en la mesa y caminó hacia su habitación antes de que una mano tomara su brazo defendiéndola.

-Sam-, murmuró Kevin su voz ronca y quebrada.

Ella cerró os ojos.

-Lo olvidé Kev-, dijo ella girándose con la vista nublada.

-Olvide que tu…-, el la cortó besándola, sus brazos alrededor de la cintura, atrayéndola a su cuerpo, Sam se estremeció, su cuerpo explotó por todo lo que llevaba conteniendo, se rindió con un gemido, enterrado las manos en su cabello y besándolo igual, abriendo su boca para que la lengua de Kevin compartiera su sabor.

Un sabor que ya había sido compartido…

¿Estaba probando también a Nick?

Eran demasiados sentimientos, ¿buenos o malos?

Ella lo alejó por los hombros quebrando el beso, pero sin que el la soltara.

-No necesito que hagas esto por mi, tu no…-, el volvió a besarla, esta vez lentamente, un roce de labios gentil, un sentimiento inexpresado, su lengua dibujó el contorno de su boca lentamente.

-El solo tiene razón en una cosa… “es liberador, hacer o que deseas, cuando lo deseas”-, murmuró Kevin a sus labios mientras Sam entreabría los suyos, inmersa en el placer de su cuerpo rozando contra el suyo, de sentir su erección, una que había ido creciendo contra ella, prueba de un deseo que ella provocaba, solo ella.

Hacer lo que deseas         

-Lo que deseo eres tu, desde hace días, deseo terminar lo que empezamos-, terminó Kevin antes de besarla de nuevo, sus manos bajado hasta ahuecar su trasero, y mas abajo, obligándola a subir a su cuerpo y enlazar sus piernas en su cadera, ella notó solo fugazmente que entraban en su habitación, no la de el, y quizás eso fue lo ultimo que la hizo aceptar lo que estaba apunto de suceder, el la conocía, la había llevado a su lugar seguro, el, solo el.

Por un omento no quería pensar solo quería tenerlo.

Kevin la recostó sobre el colchón y la besó de nuevo batallando con su lengua, humedeciendo sus labios y bajando hasta su cuello mientras sus manos se deleitaban con su cuerpo, Sam sonrió ligeramente ante la timidez de sus movimientos, era una explorador en tierras desconocidas, ella sabía que el no había pasado de unos cuantos besos con la única novia que tuvo en el instituto y ahora el le estaba quitando la ropa con extrema delicadeza y sensualidad, besando la piel que quedaba expuesta cada vez, ella ardía, se desesperó y comenzado a quitarle la chaqueta y la camisa, el se estremeció cuando desabrochó sus pantalones, pronto ambos estuvieron desnudos mirándose fijamente, con las respiraciones desiguales y el aire espeso y caliente.

El se cernió sobre ella, Sam gimió sin poder evitarlo ante el contacto y abrió sus piernas acunándolo.

-Esto es lo que deseo-, murmuro el en voz baja, jadeando mientras enterraba el rostro entre sus pechos.

-Y yo-, gimió ella mientras el se llevaba un pezón a la boca

Reprimiendo un gemido, Sam tomó la mano de Kevin que permanecía en su cadera y la guió junto a la suya a su humedad, el se estremeció cuando ambos encontraron la fuente femenina, ella se arqueó y le mostró los movimientos, lentos, fáciles, ambos la penetraron un poco con los dedos mientras el jadeaba besándola casi desesperado.

-Sam-, murmuró entre besos, gimiendo al sentirla estremecerse, ella lo había deseado cuando había perdido su virginidad, deseando que fuera el y no otro el que la desnudaba y tomaba, esta vez no había ojos lujuriosos mirando solo su cuerpo, esta vez eran los ojos de el hombre que ella había querido siempre, llenos de placer y gratitud mientras la penetraba, tomando su coleta en un puño y jalándola para otro beso mientras se enterraba en ella y conocía el calor del interior de una mujer por primera vez.

Cel.