Cap XIX
La guerra del amor - XIX
Bando Uno
Mare
Miré el vaso que había colocado para que se escurriera después de enjuagarlo mas veces de las que eran necesarias, solo había tomado un poco de agua.
En mi mente seguía escuchando una y otra vez la voz de Anton antes de que colgara la llamada.
No estaba bien, estos días parecía que nada estaba bien.
Por primera vez era como si hubiera hablado con un extraño, y aquello era insoportable, miré su casa, nada me había dolido más que la llamara su casa, como si inconcientemente nos alejara, haciendo una distinción, no importaba que llevara más de una semana prácticamente viviendo en ella.
Escuché el sonido de la puerta principal y cerré los ojos, sintiendo alivio y nerviosismo a partes iguales.
Segundos después el entró a la cocina, llevaba la camisa desabrochada del botón superior, y su corbata en la mano, la dejó en el desayunador mientras yo le sonreía un momento, a pesar de todo, el verlo llenó una parte de mi corazón que siempre lo añoraría cuando estuviéramos lejos, que necesitaba el contacto de su piel. Me gustaba creer que el sintió lo mismo por que caminó hasta mi y enmarcó mi rostro entre sus manos dándome un beso tierno y exigente a partes iguales, mis manos se quedaron en su pecho mientras nos separábamos.
-Hola-, murmuré sin saber que más decir.
-Hola-, contestó acariciando mi mejilla una vez mas antes de girarse hacia el refrigerador y sacar una cerveza, la destapó mientras salía de la habitación sin otra palabra, miré el vaso nuevamente antes de seguirlo cruzándome brazos como si pudiera protegerme de algo que desconocía.
El estaba sentado en la sala mirando el televisor apagado, me observó finalmente y no dijo nada ante el gesto de quedarme parada frente a el.
Bebió un trago largo de cerveza y señaló mi vestido.
-Siempre me ha gustado el color beige en ti-, aseguró mientras cerraba los ojos un momento.
-¿Qué tienes Anton?-, pregunté tragando la bilis en mi garganta, las manos me sudaban, y mis pies odiaban los zapatos de tacón, quisiera habérmelos quitado como era mi costumbre pero ahora parecía inadecuado, como quedarme indefensa, ante el, y eso era horrible pues no debía de temer hacerlo.
-¿Vas a contarme lo que te ha estado pasado estos días?-, preguntó en respuesta mientras yo me estremecía como si me hubiera lanzado una ráfaga de aire frió.
El no podía saberlo, ¿no?
¿Cuál era la posibilidad que de todo, el supiera lo que me pasaba?
La forma en que nos había defraudado a ambos, dañando a una persona.
Pero esa era la ley cuando mentías, cuando hacías algún daño, siempre volvía hacia ti, quizás yo no había querido dañar a Wen, pero a veces pensaba que haría lo mismo, solo por haber compartido lo que había vivido al lado de Antón.
¿Demasiado egoísta?
No le contesté, no encontraba las palabras.
Anton me miró un momento, una fracción de segundo en la que supone que el sabía sobre ella, sobre su curso, sobre todo.
Una fracción de segundo en la que el miedo congeló mis huesos por el temor de perderlo por una estupidez.
-Solo dime que tu no le dijiste a Wen sobre nosotros, sabiendo lo que ella “pensaba” que sentía por mi-, suspiró mientras yo desviaba la mirada.
Quería pedirle perdón, quería decirle que había cometido un error y que había tratado de pedir perdón, quería decirle que había sido una tonta por dejar que otra me mostrara lo que yo sentía por el, pero en su lugar, me puse a la defensiva.
Los humanos a veces no somos más que animales con la capacidad de hablar ¿no?
-¿Y si lo hice?-, pregunté retándolo.
El soltó una risa baja y burlona.
-Entonces serias una perra, cariño-, murmuró mientras yo me acercaba herida, como si dándole una cachetada aliviara el dolor de mi pecho hacia sus palabras, pero no lo hice, bajé la mano y el esquivó mis ojos tapándose el rostro con las manos.
-Lo siento-, susurró mientras se levantaba dejándome parada mirando hacia el sillón ya vacío
-¿Por qué?-, volvió a preguntar
-Tenía miedo-, contesté cerrando las manos en puños evitando llorar.
-Tendrás que explicarlo de mejor manera Mare, por que no puedo entender por que no me dijiste lo que ella pensaba, pude haber hablado con ella, decirle, dejaste que tomara el curso, que supiera sobre nuestra relación, como si ella necesitara saberlo-, exclamó
-Has sido mi amigo por años, siempre a mi lado, siempre, y yo sabía todo lo que tu eras, todo lo que tu podrías darle a cualquier mujer que amaras, y después ella se llegó y se inscribió en un curso para conquistarte, ¿Cómo iba a permitirlo?, yo había desperdiciado años sin tenerte, sin hacerte mío-, susurré con la voz desapareciendo al final de la ultima palabra. Parpadeé hacia el sillón a mi vista, cada vez más borroso.
De pronto su mano me sobresaltó, el me giró para quedar frente a frente tomándome por los hombros.
-¿Fue por eso?, el viaje, nosotros, fue solo tu orgullo-, inquirió herido.
-¡NO!-, exclamé tomando sus manos.
-Yo me di cuenta de cuanto te amaba, y solo actué, sin pensar, solo actué-, le dije sin poder contener una lagrima surcando por mi mejilla, el la miró, casi sin darse cuenta, la limpió con su pulgar y luego me soltó sentándose en el sillón.
-Tenía miedo de que pudieras enamorarte de ella-, terminé mientras el reía sin humor.
-No podría-, aseguró y yo lo miré si creerle, el lo notó.
-No te voy a mentir, cada vez que la miraba, las pocas veces que Wen y yo coincidimos era como mirar algo que yo quería, que siempre he querido-, aseguró mientras yo cerraba los ojos.
-Mírame Mare-, pidió con voz firme, casi molesta, yo no lo hice, no al principio, no podía hacerlo, dolía.
Se levantó de nuevo y enmarcó mi rostro.
-Mírame-, prácticamente gruño mientras yo encontraba sus ojos.
-Te miraba a ti-, aseguró soltándome ante mi gesto de sorpresa.
¿A mi?
Anton pasó sus manos por su corto cabello mientras negaba con su cabeza en gesto de perplejidad.
-¿No lo entiendes verdad?
No había necesidad de contestarle
-Ella me recordaba a ti, cuando te conocí, un poco tímida, un poco temerosa, un poco inocente, un poco hermosa sin necesidad de nada más.
-¿Antes?-, murmuré como autómata.
-Quizás tú te hayas dado cuenta de que me amas hace solo unas semanas, pero yo he estado amándote durante años, desde ese día en el pasillo-, termino saliendo de la sala, rumbo a su habitación.
Mi corazón quería seguirlo, mis pies estaban anclados al piso.
Mas lágrimas querían salir de mis ojos mientras me obligaba a moverme, cuando por fin llegué a la habitación el se había quitado la camisa y su espalda tensa era todo lo que podía ver de el, no se giró.
-No lo pedí, no me interesaba enamorarme, pero pasó, cada día te amaba mas, quería aliviar el dolor que el idiota ese te había causado, quería hacerte sonreír, adoraba tu humor, tu forma de trata a las personas, tu forma de ayudar, tu sonrisa para todos…los que no fueran hombres mirándote como mujer.
Quería que se girara, pero el no lo hacía. Seguía sentado en a orilla de la cama mirando a la nada.
-¿Cómo podía decirte sobre mis sentimientos cuando tú aborrecías a todos los hombres con un apéndice funcionable?-, lanzó como un dardo, burlándose sin muchas ganas de reír.
-Lo entendía, te habían engañado y te habías encerrado en un caparazón, nadie llegaría a tu corazón, así que decidí ser tu amigo, y empujar lejos todo lo demás, nada desapareció solo…esperó que tu te dieras cuenta, y tu lo hiciste, y yo era el mas feliz-, terminó, por fin girándose hacia mi.
-Pero tú de entre todas las personas, debías saber lo que dolía que te engañaran y aun así la lastimaste-, reclamó mientras yo tragaba el nudo en mi garganta no soportando más.
-¿Crees que no se que hice mal?, le pedí perdón, pero sabes que eso no cambia las cosas, no deshace nada-, grité mientras el me miraba.
-Sabes lo que no entiendo Anton, que no comprendas que solo luché por lo que quería, y me equivoqué, lo se, pero yo ya no soy la mujer débil que alguien engañó, la mujer débil que lloró frente a ti en ese pasillo-, le dije sintiéndome dolida, odiado que me hiciera parecer la mala del cuento.
La gente puede herirte con palabras, lo quiera o no.
-A veces no sabes cuanto odio que no lo seas-, murmuró.
Si, las palabras herían, profundamente.
No me quede aun cuando dijo mi nombre, no me quede aun cuando me llamó bajando las escaleras tras de mi, no me quede después de que intentara tomar mi brazo, tomé mi bolso y salí oyendo mi nombre escapar de sus labios una vez mas.
Necesitaba huir.
No se puede manejar y llorar al mismo tiempo, no es posible, no supe como llegué a casa, pero no bajé después de aparcar, mi cuerpo temblaba como una hoja en medio de una poderosa tormenta.
Anton estaba equivocado en una cosa, en la Universidad no odiaba a todos los hombres, no, hubo uno al que fue imposible odiar, uno que me hizo prometerme que resguardaría mi corazón.
No fue la traición de un idiota lo que me hizo convencerme a mi misma que seria fría, que el sexo y una sola noche, era mejor que una relación que podía terminar mal.
Fue el.
Fue una noche.
Habíamos salido al cine, antes de los exámenes finales del semestre, fue la primera vez que noté la forma en que las mujeres me miraban a mi al estar con Antón.
Pero el no las miraba, no al verme a mi, claro que hablaba con ellas, recordaba sus nombres, bromeaba, pero al final cuando me acompañó a mi dormitorio y se despidió con un beso en la mejilla, diciendo que olía a palomitas y que debía escogerlo como mi perfume favorito, me di cuenta que podía enamorarme de el, para siempre, y eso me llenó de pavor, así que lo negué y al siguiente día, Antón fue solo mi mejor amigo.
Bajé del auto finalmente y subí hasta mi departamento, incluso antes de abrir la puerta, escuché el timbre del teléfono, me di cuenta debido a una parte diminuta de mi cerebro que el móvil debía de haber sonado, entré y cerré la puerta tras mi espalda mientras dejaba el bolso y me quitaba los zapatos con movimientos lentos, como si mi cuerpo pudiera romperse.
El contestador sonó y la voz de Anton me hizo estremecer.
-Mare por Dios, solo toma el teléfono, ¿quieres?, sino iré a tu departamento y…solo toma el teléfono-, gruñó mientras yo descolgaba, me limpié las lágrimas secas en mi rostro y apreté el auricular.
-Te veo mañana en la oficina-, murmuré antes de colgar.
Miré el teléfono sintiéndome extraña, indefensa, añorándolo tanto pero con temor a pedirle que estuviera conmigo.
Al final de cuentas, el amaba a una mujer que yo ya no era, no del todo.
Cel.
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23 Comentarios
dios... me hizo querer llorar.. mare si eres tu todavia!!! jajaja arrrrgg!!! no se pierdan mutuamente porfaa!! jajajaj
ResponderEliminarme encanta... *.*
besitos
Mel
:( se están haciendo daño por una mentira y no aceptar lo que sienten desde hace tanto...
ResponderEliminarEspero se solucione pronto...!
Nos Leemos
xoxo
Nooooooooooo no se peleen un amor asi no se vale.....o sea se amaron desde siempre pobrecitos....waaaaaaa
ResponderEliminarahi tan duro q es la mentira..
saludos!!
waaaaaaaaaaa.... ia extrañaba la guerraaaa
ResponderEliminarmushas graciias d vdd
ojala i pronto subas el prox capii
muuuak
Ok.... No se valee.. ando aqui toda chillona por culpa del cap.. ash ash Dios como le viene a decir Anton "-A veces no sabes cuanto odio que no lo seas-"... Dios como puede.. ay Mare no es justo con ella... ese Cap Dolioo... :s Pobrecitos!
ResponderEliminarnoooo después de tanto por una estupida mentira van a dejar lo que tienen.. casi me pongo a llorar con el capi y Mare tu no has cambiado en el interior sigues siendo esa chica de la universidad ;D gracias Cel ya extrañaba la Guerra del amor =)
ResponderEliminarDios esos dos están hechos un enredo, pero Anton estaría errado si pensaba que Mare podía ser igual toda la vida...
ResponderEliminarHuy... como extrañaba La guerra.....
ResponderEliminarEstos dos me encantan... que no se rindan! Mori con las palabras de Anton xD
Simplemente Lloro... necesito leer más! XD
ResponderEliminarBuenísimo!
Casi siempre pasa que los hombres defienden a quienes estan "desvalidas", era inevitable que Wen sufriera porque amaba a alguien que no le correspondia y si no fue Anton quien se lo hizo ver eso no singnifica que él no la hizo sufrir, de hecho creo que ella sufrio mas porque Anton no la quisiera a que haya sido Mare la que se lo hizo ver.
ResponderEliminarQUe penaaaaaa! por que se pelean ejalá lo arreglen prontoo!
besos
ay mujer! me has hecho llorar...
ResponderEliminarpobre Mare, aun cuando se equivoco, esta tan herida y tan vulnerable.
Siempre me he preguntado porqué los hombres siempre defienden tanto a las desvalidas y vulnerables...
besos!
holaaaaa noooo que se arreglenn por favorrr...buenooo ahora que pasaraaa...ella esta heridaa y anton con la ultima frase que le dijo la lastimo muchooo...ahhhh lloreee con este capiiiii!!!!! voy a esperar deseperada el proximo!!!! besotes!!!!
ResponderEliminarUff, se me rompio el corazoncito, Dios! Anton fue demasiado duro, no sabe que Mare todo lo hizo por lo que siente por el, apuesto que el en una situacion similar haria lo mismo, pobre Mare, todo por culpa de Wen, pffffff... q duro todo lo que le dijo en especial cuando le dijo q odiaba que no fuera la de antes T_T golpe bajo sea tonto, ojala y se arreglen T_T o personalmente ire a arrancarle todas las mechas a la cabrona de Wen -.-' osea entiendo que este dolido y todo pero en el nombre del amor se pueden hacer cosas inimaginables *.* (o como se escriba)
ResponderEliminarhaaaa llore cel, eres mala jajaja espero que se solucione, hablando se entiende la gente, CEEEELLL porfis porfis no dejes la historia de sin medidas. Con esa historia me identifico y me encanta leerla es de las mejores, nos vemos cel, ERES UN GENIO, me encanto el capi :)
ResponderEliminarrecuero ke esta fue la 1era historia ke comencé a seguir de ustedes....
ResponderEliminarme encanto desde un principio y lo sigo afirmando, son geniales, saben describir a sus lectores completamente las sensaciones y sentimientos ke kieren transmitir kon sus escritos...
gracias ^^
agggrrr! odio a Wen! como es posible que siga haciendo tanto daño, y todo porque Anton la miro una vez!!.
ResponderEliminarAnton reacciona!! tu tampoco eres la caridad andando no? En la guerra y en el amor todo se vale.
Mare, hiciste bien, el amor no esta a la vuelta de la esquina ni se enamora uno cada semana, Y si no lo hubieras intentado y se hubiera ido con Wen?? estariamos todas llorando, asi que no se valen los reclamos y esa va xti anton
que tristeza
ResponderEliminarme encantaron los ultimos cap
ResponderEliminarmuy profundo e intenso ja ja ja
ResponderEliminarNooooo
ResponderEliminarPrimero que nada.... como es que no vi esta actualizacion antes??? Esto de ser chica responsable y estudiar me deja desconectada del mundo :P
Debo decir que me sorprendio el cap... fue una pelea fea... en el sentido de que no se pelearon a los gritos y por alguna estupidez, sino que la pelea fue por decepciones y resulto en un gran dolor.... como dijo Mare: las palabras tambien lastiman y esta herida la veo profunda... cuanto tardara en curarse totalmente? Espero que no mucho, jaja
Me encanto la parte del flashback... Anton siempre estuvo enamorado de ella... y ella tambien... tanto tiempo simulando ser solo amigos :(
Besotes, Dany
:'(
ResponderEliminarhay no me gusta que se peleen. ojala resuelvan sus diferencias pronto.
ResponderEliminarno se por que no vi la actualiczacion?
besos
oh por dios , habia dejado esta historia porque tu habias dejado de publicar pero hoy me encuentro conque estas publicando de nuevo &este capitulo es mi favorito , llore , pobrecita D: !
ResponderEliminarporfavor sube en cuanto puedas porfavor porfavor , ame este capitulo , me encanta <3 <3
Deja que fluya...