Mas que juegos - Tercer Capitulo

Capitulo 3

Kevin volvió a leer la misma línea por enésima vez, y no logró entender más que las dos primeras palabras, suspiró frotándose los ojos.

Le quedaba poco menos de media hora antes de que la biblioteca cerrara, hace mucho que se habían encendido las luces indicando que el día estaba terminando, al menos para otros.

Prácticamente no había avanzado nada, le esperaban horas de trabajo en el departamento.

Todo por culpa de Nick Colton

 Aun después de tres días repasaba la extraña conversación en su cabeza y no le encontraba nada relativamente cuerdo.

Debía admitir que a el le había costado reconocer a uno de los playboy mas populares en toda la USC, podría decirse que estaba mas atento a la imagen frente a el que a sus palabras, para alguien que decía preferir a los rubios, Kevin se había quedado sin palabras ante un cabello de ébano.

Cuando su cerebro pudo pensar de nuevo, el había llegado a la conclusión que Sam tendría que alejar a nada mas ni nada menos que a uno de los estudiantes mas populares de toda la comunidad universitaria y ella había pensado lo mismo hasta que Colton había dejado entrever que podría estar considerándolos a ambos.

¿Decbían considerarlo “un grandísimo honor”?

Cuando finalmente habían cerrado la puerta por ultima vez,  Sam lo había mirado por un momento confundida como el…y molesta por ambos.

-Olvídalo, nunca caeremos en sus jodidos juegos-, espectó regresando a su habitación.

Kevin estaba de acuerdo, al menos una parte de el, la otra sin poder evitarlo, quería desesperadamente oír que tenia en mente Nick, solo para saber, solo para poder negarse con todo el orgullo.

Quizás era estupido.

Pero el saberlo no había quitado la sensación en su estomago.

Su cabeza no deja de dar vueltas.

¿Desde cuando Nick Colton coqueteaba con hombres?

¿Desde cuando perseguía futuras conquistas?

¿Desde cuando Sam y el se habían puesto en su radar?

¿Qué pensaba sobre Sam?, sería tan idiota para considerara altiva y huraña como todos los demás

¿Qué pensaría de el?

-Jodete Kevin, lo que necesitas es concentrarte en el maldito trabajo-, se murmuró a si mismo mientras comenzaba a recoger sus cosas.

Las respuestas a todas esas preguntas no tenían ningún sentido, no verdadero, si Nick estaba en el closet era muy su problema, con tal que se mantuviera alejado de Sam y de el.

Quizás lo que necesitaba era considerar iniciar algo con alguien, lo que fuera, pero se había mantenido tan apartado de todo que apenas y había compartido unos besos calientes con algún chico en el instituto, “salir del closet” no era una noticia tan agradable de decir cuando la gente se aleja de ti, la única que seguía siendo la misma con el era Samantha.

El la quería mas que a ningún otra persona, y no dejaría que ningún playboy la lastimara y le ratificará la idea a su amiga de que todos los hombres estaban hasta abajo de la cadena alimenticia.

Cuando por fin salió de la biblioteca, caminó entre la primer fila de autos del estacionamiento antes de detenerse en seco.

Nick estaba recargado en un deportivo negro mirándolo con los brazos cruzados sobre el pecho y la mirada enmascarada con unas gafas negras.

Kevin rodeó los ojos sin siquiera detenerse.

-¿No quieres que te lleve Anderson?-, preguntó al pasar a su lado y Kevin bufó, esto ya parecía una mala comedia.

-No-, fue toda su respuesta y siguió caminando con el cuerpo tenso.

-Que bien por que no vine en auto-, siguió Colton acompasando su paso al de Kevin.

Genial, se esforzó en ni siquiera mirarlo y seguir caminando.

Estaba enojado con Nick por seguir con lo que fuera que el encontrara divertido y con el mismo por que su estomago estaba hecho nudos.

-Tengo una pregunta para ti-, dijo Nick quitándose los lentes

-¿Quieres que te felicite por eso?-, sugirió Kevin entre dientes.

-Vaya, de todas las personas que hablaron sobre ti, ninguna sugirió que tuvieras garras Anderson-, replicó Nick y Kevin se obligó a ignorar eso ultimo.

Caminaron unos momentos mas antes de que la voz de Nick rompiera el silencio.

-¿Has besado a un hombre o sigues escondiéndote en el armario de mamá?-, preguntó medio bromeando, medio en serio.

Casi como una sugerencia y un reproche.

Kevin se detuvo abruptamente, apuntándolo con fuerza contenida

-No es de tu maldita incumbencia-, se giró de nuevo y siguió caminando, esta vez sin nadie que lo siguiera, solo el recuerdo en la cabeza de la sonrisa de Nick y una ceja de ébano enmarcando unos ojos brillantes y oscuros.

***

Una de las cosas que más amaba Sam de Kevin era su trasparencia, no había nada de el que ella no pudiera saber con solo mirarlo.

Y justo al cruzar la puerta del pequeño departamento, ella supo que algo estaba mal, la saludó con la cabeza, aventó sus cosas en la mesa de la cocineta y huyo a su habitación.

Ella dejó su portátil en el suelo al pie del sofá y lo siguió con el ceño fruncido, tocó dos veces… sin respuesta.

-Kev-, llamó ella y solo el silencio precedió su voz

-Estaré aquí ¿si?-, se despidió después de unos minutos de esperar, obligándose a darle su espacio.

Casi siempre era al revés, casi siempre el era el que la buscaba, el que la anima y sonsacaba, pero había ciertos temas que encerraban a Kevin en una armadura casi impenetrable, la relación con sus padres después de decirles sobre su sexualidad, el rompimiento con su única novia, …su ultimo baile juntos.

Lo cual era una tontería.

Sam se había tratado de explicar lo que paso, se estaban divirtiendo, se tenían confianza, y bailaban demasiado juntos, fue una respuesta natural de sus cuerpos.

Por que aunque solo lo supiera ella, Kevin no había sido el único en terminar el baile con cierta frustración física.

Fue solo un momento extraño, para nada era otra cosa.

Ella no cometería el error de ver a Kev de otra manera, no, no lo haría, aunque fuera el único hombre que alguna vez ella querría en su vida.

Miró la puerta cerrada de nuevo y trató de ser paciente y esperar, pronto sabría que había pasado.

Al día siguiente lo encontró haciendo dos tazas de chocolate, el infalible modo de disculpa de Kevin.

Ella sonrió tomando su taza sin decir nada.

-¿Ya eres capaz de conversar como una paresota civilizada?-, preguntó Sam mientras el rodeaba los ojos.

-Nunca he conversado como una persona incivilizada, simplemente no converso-, replicó Kevin mientras ella tomaba de su chocolate.

-No le des mas vueltas Kev-, pidió ella mientras el sonreía y se acercaba limpiando un poco de espuma de sus labios.

Suspiró mirando a sus ojos azules.

-Ayer me esperaba Nick Colton fuera de la biblioteca-, comentó el en voz baja.

-¿Para que?

Ese idiota estaba jugando con los sentimientos de Kevin, no se lo iba a permitir.

-Quizás para seguir con su broma pesada, yo que se, quizás a la siguiente le quite la sonrisa del rostro-,  terminó el mientras Sam sonreía tomando mas de su chocolate.

-¿Crees que alguien te demandaría?, hay personas enamoradas de esa sonrisa-, bromeó ella.

Rieron ante la inverosímil pero factible situación.

-No lo se Sam, solo espero que tu no le veas el día de hoy-, dijo el besando su frente y tomando sus cosas para salir.

-Deséame suerte-, pidió ella con una sonrisa y no fue hasta que el se fue que paso sus dos casi inconcientemente donde el había tocado.

***

Samantha tuvo suerte, no miró a Nick en todo el día, pero no fue necesario.

Justo al terminar su clase de las cuatro, su móvil comenzó a sonar, y ella ni siquiera pudo imaginar quien era el número no identificado.

-Hola, pequeña ninfa en pantalones-, saludó la voz baja y atrayente al otro lado de la línea.

Sam rodeó los ojos, supo que era el, solo lo supo.

-Hola, gran idiota-, contestó, aunque sin darse cuenta que podría colgar.

-¿Cómo esta Anderson hoy… mas tranquilo?-, preguntó Nick mientras ella bufaba.

-Déjalo en paz-, le espectó caminando hacia su departamento aun con el teléfono pegado a al oreja, mirando hacia ambos lados, como si el la estuviera viendo a distancia.

-Esta bien, además, hoy es tu turno-, le dijo con una sonrisa en su voz.

-En tus sueños-, repudio ella tajante.

-Me hieres, ninfa-, contestó el, nada dolido

-Tengo solo una pregunta… 
¿nunca lo has besado?-, terminó Nick antes de cortar la llamada.

Samantha tardó aun varios segundos mas en darse cuenta del tono de termino aun contra su oreja, su corazón latía mucho mas rápido, su mente gritaba una repuesta que debía ser inmediata pero su boca esta a cerrada.

El móvil en su mano sonó y ella abrió el mensaje sin pensar.

Más importante aun, ¿Lo has deseado?

Cel.