La guerra del amor XI

Bando Uno
Mare
Cuando llegué a mi apartamento, dejé el bolso en el sofá y me quité las zapatillas caminando descalza hasta mi habitación, el espejo de cuerpo entero que tenia en una esquina me saludó.
La imagen que reflejaba era una con la que me había encontrado estos últimos días, una mujer llena de deseos y sentimientos, que habían despertado como si hubieran dormido mil años y se vieran encerrados a la fuerza en sus ojos.
Había deseado besarlo en la oficina, al salir, en el restaurante, cuando su voz chocaba contra la piel de mi cuello; no lo había hecho, por que simplemente me aterraba que el se alejara, me aterraba que lo considerara un impulso.
No, no lo haría de esa forma, cuando por fin besara sus labios, no bastaría un beso, la realidad era que cuando por fin fuera sincera con el no dejaría las mas minima posibilidad de que Anton huyera.
Bajo la bruma de deseo y frustración pude recordar el viaje, solo, el y yo, nada   -ni nadie- mas. Quería acabar con esta tortura de una vez por todas.
Iremos donde quieras
Anton me había visto un largo momento sin decir nada con los ojos entrecerrados, creí que al final diría que no podíamos viajar en un buen tiempo.
-Mañana-, fue la única palabra que había salido de esos labios delgados y definidos.
Parecía estar probando algo, y mi primer pensamiento fue recordarle que el curso no había terminado aun, faltaban dos días.
Sin embargo llevaba demasiado tiempo repitiéndoles a las mujeres que contrataban los cursos de IDEAL exactamente a lo que se resumía todo: “La única felicidad en tus manos, es la de ti misma”
-¿A dónde?-, le había dicho con el móvil en mano, el pareció sorprendido, sonrió y se terminó la copa de vino antes de desviar la mirada.
-¿México?-, Le sugerí sabiendo lo mucho que le agradaba las playas del pintoresco país, el negó y rió solo un poco.
-Nunca hemos jugado a lo grande-, sus palabras sonaban misteriosas, con un significado secreto, con una determinación intimidante.
Me había quedado un momento sin saber que decir, presa de aquellos ojos que parecían traspasar los míos.
-Las Vegas-, murmuré al fin, recordaba la cantidad de veces que Anton había comentado la posibilidad de ir pero jamás lo hicimos, no como ir a acampar o a Cancún de fin de semana, había algo en aquella ciudad de luces neón que siempre a la gente le parecía exótico, casi prohibido.
El asintió con una sonrisa.
-Yo pago cariño, tienes que conseguir tus ahorros en menos de 24 horas-, bromeó mientras yo rodeaba los ojos, pero para su sorpresa reservé el vuelo de las 3 de la tarde del día siguiente.
La mujer frente al espejo sonreía, no aquella sonrisa de felicidad o alegría, era una mueca de nerviosismo y excitación, era la certeza que ya no había vuelta atrás y que pasara lo que pasara necesitaba que el supiera.
Fui hasta el cuarto de baño y abrí la llave de la  tina para que el agua caliente la llenara a un ritmo constante, me desnudé lentamente, haciendo un moño flojo en mi cabello y sintiendo toda mi piel hormiguear.
Cuando me sumergí en el agua y la temperatura besó mi piel, cerré los ojos descansando mi cabeza sobre la orilla de la tina.
Estaba aterrada, por primera vez desde que había conocido a Anton, entre un mar de lagrimas, me iba permitir estar vulnerable frente a el, de nuevo, me iba a colocar en sus manos, y dejar que el hiciera lo que deseara.
La realidad era irónica, la única persona con la que me había permitido no defenderme era la misma que me había vencido, y quizás el ni siquiera se lo imaginaba.
Traté de recordar el momento en el que mis sentimientos habían surgido, por que si bien es cierto que Wen fue un catalizador, y quizás en el fondo debía estar agradecida por ello, -aunque jamás lo admitiría-, el amor no parecía ser algo que se pudiera explicar con una formula o con pasos básicos, un buen día, poco a poco, te despiertas ansiado que el espacio vacío a tu lado fuera sustituido por el hombre que significaba la rendición en tu vida.
Aquel con el que no tienes que luchar por que sea el enemigo, aquel que se había convertido en tu aliado y que al final, después de una batalla, te lamería las heridas hasta que ardieras por el.
 La imagen de los labios de Anton sobre heridas invisibles en mi cuerpo pareció dejar el agua tibia en comparación con mi propia temperatura.
Así que cerré los ojos y permití que mi secreto fluyera en imágenes y sensaciones imaginando que era el quien bajaba la mano por mi cuello hasta el valle ente mis pechos, los cuales se encogía en el agua, mis pezones estaban en alto clamando aquélla mano de mi mejor amigo, cerré mas los ojos imaginando la sensación , como seria su rostro cuando viera los botones erguidos que el provocaba, me mordí el labio anhelando y clamando que pronto lo supiera, su expresión exacta cuando me acariciara, sus sonidos cuando yo lo tocara y su mirada cuando me penetrara, mis manos encerraron mis pechos casi sin voluntad y retorcí mis pezones suavemente contra el pulgar y el índice, mis caderas se alzaron un poco y exclamé su nombre bajito, digno del secreto que nadie imaginaba.
-Anton-, gemí con los ojos apretados y los dientes juntos, bajé mi mano derecha por entre mi estomago y mi vientre y abrí las piernas completamente en la tina mientras mi mano presionaba el monte de Venus y mis propios dedos abrían los labios hinchados buscando el clítoris.
Podía imaginarlo mirándome mientras sus dedos me penetraban, podía imaginar el sabor de sus labios mientras me llevaba el orgasmo con solo el movimiento de su mano sobre mi sexo mojado y resbaladizo, gemí y bajé un poco mas hasta que mi dedo medio encontró mi entrada y comencé a moverlo contra mi mientras trataba de imaginar el peso de su cuerpo sobre el mío.
Mis caderas se alzaban una y otra vez, haciendo que mi cuerpo saliera y entrara en el agua que salpicaba hacia fuera pero no podía importarme  menos, retorcía mis pezones entre los dedos de mi mano libre una vez mas antes de que ambas estuvieran en mi sexo, haciendo círculos dolorosos en mi clítoris y con dos dedos en mi interior.
-Vamos cariño, di mi nombre-, la voz de el fue clara, nítida, como si estuviera a mi lado, sollocé de pura necesidad y grité su nombre mientras me corría, las convulsiones en mi vientre fueron casi dolorosas, tan intensas como no podía recordar otra ocasión.
-Anton-, seguí murmurando sin sentido, abrí los ojos, con la luz tenue del baño, sola, jadeando, con el agua fría cubriendo mi cuerpo enfebrecido.
Su voz, fruto de mi imaginación aun flotaba en mi mente.
Cerré los parpados con fuerza con poder evitar que las lágrimas traicioneras salieran de mis ojos.
En Las Vegas podría perderlo y aquella verdad era un hecho irrefutable y algo que no podía evitarse.
Yo ya no podía seguir imaginado su boca, sus manos y su cuerpo, le diría la verdad y sobreviviría con las consecuencias si perdía al hombre de mis días…y fantasías.
A la mañana siguiente llegué a IDEAL casi 10 minutos después de que Ava hubiera apenas abierto la puerta principal de la oficina, me miró con el ceño fruncido pero se retuvo de preguntar apenada aun de la situación en la que Anton y yo la habíamos encontrado con su “reciente novio”, alias: amor de su vida, alias: Némesis.
-Quién diría que el sexo te ha quitado la compulsión por las palabras-, ella atinó a sonrojarse un poco antes de rodear los ojos.
-Estas siendo cruel-, comenzó mientras yo enarqueaba una ceja
-Estas bien, esta bien, ¿Qué haces aquí?, porque nunca llegas hasta después de tu paso por Peter’s, ¿Paso algo?, Anton dejó hace unos minutos un mensaje para John, al parecer lo tiene que encontrar en el banco, ¿De que va todo esto?-, terminó mientras yo sonreía sin poder evitarlo, aunque claro esta, no iba a decirle que habíamos hecho una apuesta sobre nuestros amigos y empleados y que yo había perdido haciendo que esa misma tarde nos fuéramos a Las Vegas.
-Necesitamos viajar este fin de semana Ava, nuestro vuelo sale  a las 3-, le contesté mientras ella entrecerraba los ojos.
-¿Salir a donde?, ¿Sobre la oficina?, No me la creo Mare, por alguna razón algo no encaja, aunque si decidieron darse una escapada, yo seria la primera en hacerles las maletas, pero solo si me prometieras que dejaras que las cosas pasen Mar, en serio por experiencia, Anton podría ser…-, la corte antes de que dijera algo que aumentara el estado de mis sentidos.
-No es una escapada, es el pago de una apuesta-, le gruñí entre dientes y ella levantó sus manos exasperada.
-¿Una apuesta?, ¡eso es todo!-, me encogí de hombros sin tener le valor de decirle que pensaba seducir a su otro jefe en la primera noche juntos.
-¿Qué va pasar con el curso?-, me preguntó después de tomar aire.
-Nada, aquí quería amiga es cuando me cobró tu espléndido sexo en mi sofá-, sonreí cuando su cara se tornó roja combinando con su cabello.
-Les explicare que tengo un viaje de emergencia, no creo que se opongan a que termines el curso, ellas ya te tienen estima y confían en ti, lo harás bien, además existen manuales de los temas que faltan-, le dije mientras ella se mordía el labio y casi aterradoramente se quedo callada.
Cuando Anton llegó a la oficina, se sentó frente a mi escritorio y me tendió el café de Peter’s en una vaso desechable.
-Ava me dijo que llegaste temprano-, murmuró
-Tenia unas cosas que dejar terminadas-, le dije sin mirarlo, imaginaba absurdamente que si lo miraba a los ojo el sabría que la noche anterior me había corrido gimiendo su nombre.
-Cariño podemos posponerlo-, propuso en tono bajo, casi a regañadientes.
-¡No!-, la palabra salió con mucho más volumen del que hubiera deseado.
-No-, volví a repetir desviando la mirada.
-¿Es algún aromatizante nuevo?-, cambio de tema obligándome a encontrar sus ojos, el estaba sonriendo a medias mientras yo fruncía el ceño.
-Ava y tú se están comportando de forma extraña, quizás es algún químico-, explicó, rodeé los ojos, pero agradecí que me diera una puerta de escape.
-Ya no puedo cancelar la reservación tonto-, le recordé mientras el enarqueaba una ceja.
-Ava esta algo insegura de poder terminar el curso, se lo pedí, creo que esta preparada-, seguí, el asintió mirándome con ojos calidos.
-Lo se cariño, ella me lo dijo-, respondió mientras se levantaba.
-Me iré antes, te veo en el aeropuerto-, murmuró, asentí mirándolo apenas, caminó hasta la puerta y se detuvo en el marco.
-Mare-, llamó con voz alegre
-No llevare dinero, todo corre a tu cuenta, ¿Lo recuerdas?-, me miró.
-Idiota-, le especté mientras salía riendo.
Cuando entré a la sala de audiovisuales, Ava estaba esperándome como le había pedido al frente de las mujeres que nos miraban con cierta expectación. Todas se habían convertido en algo más que simples rostros, una semana mas conviviendo había formado casi una amistad, miré hacia una de las esquinas y Wen medio sonrió mientras yo tragaba sin poder devolverle el gesto aunque hubiera querido
La parte racional de mi cerebro me recodaba que ella no se merecía aquella actitud, la parte irracional solo quería alejarla de ahí, dejarle claro que…
-No me digas que paso algo-, dijo Esther, una de las mujeres causantes de los celos de Ava hacia nuestro Office Boy
-No, lo que sucede es que tengo que viajar de improviso y quería informarles que Ava terminara mañana el curso-, les propuse mientras ellas miraban a mi amiga que estaba sonriendo pero también parecía algo nerviosa, sus ojos lograban ocultarlo apenas.
-Nos hubiera gustado verte, mañana también, pero no hay problema por que Ava termine-, comentó otra mujer mientras Carmen reía.
-La verdad es que ya alargaste el curso por nosotras Mare y estas dos semanas han valido el dinero y el tiempo, Ava ha sido una parte importante también-, exclamó mientras todas la secundaban.
Les sonreí agradecida y dejé que nuestra recepcionista empezara a ser la instructora desde ese preciso momento sentándome como otra oyente más.
Recibí unos cuantos abrazos cariñosos y totalmente inesperados antes de que las mujeres salieran a comer, me despedí de ellas mientras agradecía tener la maleta justo en la cajuela del auto
Ava fue hacia el teléfono que sonaba en recepción y tomé mi bolso mientras Wen se acercaba siendo la ultima en dejar la sala.
-Espero que tengas buen viaje-, me dijo mientras yo asentía, desvié la mirada un poco y ella camino a mi lado.
-Me dio gusto cocerte-, alcancé a formular con un mal sabor en el paladar mientras ella asentía.
-Tengo mucho que agradecerte, y prometo que tomare cada una de tus palabras y haré algo por mi-, su convicción me obligó a mirarla deteniéndome por completo.
-Te declararas a…-, no pude terminar y ella se mordió el labio, su cabello negro le tapó la cara un momento antes que ella se lo echara hacia atrás.
-Eso espero-, suspiró mientras miraba hacia el suelo.
-Tal vez cuando regreses podamos comer y te cuente que ha pasado-, me dijo mientras yo solo la miré, algo posesivo y primitivo estalló en mi pecho, asentí sin pensar y hablé sin hacerlo tampoco.
-Claro, yo también tenga algo que contar, Anton y yo viajaremos juntos, sin trabajo ni obligaciones, ¿sabes?-, le expliqué dejando el significado volando entre nosotras, ella parpadeó, sonrió con una mueca falsa y dolorosa y bajo la mirada, la odié por estar ahí y hacerme sentir vil y cruel.
Pero yo no podía vivir sin el, era parte de Anton, era una parte de el.
-¿Te vas ya al aeropuerto?-, me preguntó Ava llamando la atención de ambas.
-Si, gracias por todo-, murmuré mientras mi amiga sonreía y miraba a Wen.
-¿Tienes planes para comer?-, preguntó, Wen parpadeó de nuevo varias veces antes de negar recomponiendo la actitud y sonriendo ahora si de forma sincera.
Me despedí de ambas mientras cerraba los ojos e inspiraba hondo.
Haría que aquellas palabras valieran la pena, pero no se las contaría a ella, lo que pasara entre Anton y yo, era privado, solo entre nosotros dos.

Publicar un comentario

13 Comentarios

  1. diiiioooossss
    ia necesitava d la guerra del amor
    dios mio son geniales
    o antoon!!
    ia kiero aunq sea un besiito jajajaj
    gracias

    ResponderEliminar
  2. ahh muero porque el halla entrado en su casa y le hubier dicho eso.. que genial!! jjaa eso le daria un impulso a anton!! jajaja

    besitooss!!

    Mel♥

    ResponderEliminar
  3. dioooooooos!!!
    necesitaba continuar con esto!
    espero con ansias ver la reaccion de Anton cuando Mare le diga lo que siente y viseversa!

    besos!

    ResponderEliminar
  4. Gracias, gracias, mil gracias por el 2x1.

    ResponderEliminar
  5. wow
    por el santo patron de los fics lemmoneros!
    dime ke va a pasar algo!
    te lo suplico!
    ske ya me tiene asi o mas espectante!
    te lo juro ke ya estoy asi o mas estresada
    porke las fantasias de mare....bueno algo me dice ke anton no anda tan lejos de lo mismo!
    porfis
    yayayyayya

    jajaj
    espero el siguiente

    bye

    ResponderEliminar
  6. Hay Cel si pudiera contarte toooooddddooooo lo que he pasado por leer este capitulo, me lo lei en pausas, pero ha valido la pena cada cosa que pase por poder hacerlo y para escribir este comentario ni te digo uufff!!!

    Pero bueno, no es que sea mala onda pero si yooooo (Aby) no me quede con Anton, Wen tampoco, el solo le pertenece a Mare y debe defender lo suyo. Aaaaaahhh y esa escena del baño, OMG!!! Mare se emocionó de mas. Mi amorsote tiene que estar igual yo lo seeeee... ya quiero leer lo que sigue.

    Muchos besos y gracias por el 2x1... a leer.

    ResponderEliminar
  7. Diosss,, como necesitaba de la guerra,
    ai ammo esta historia, esta uenisima cel,
    ya qiero leer lo qe sigue, y tiene qe aber cuando menos un besito♥!

    Cuidate Cel, besos gracias por esta historiaC:

    ResponderEliminar
  8. Oh Yisus!!!! ojala q la cabrona de Wen no se cague en el viaje...
    perdon por las palabras pero es q la mosquita muerta me cae del nabo? xD
    Dios animate Mareeee!!!! agarralo y destrozale la ropaaa!!!! y te le tiras encima y y bueno ... xD

    ResponderEliminar
  9. me gusta como es mare¡ gracias por el cap¡ muy bueno¡

    ResponderEliminar
  10. Anónimo16:13:00

    *O* dios es realmente posesiva esta chica XDDD espero que le vaya bien con l plan que tiene para estar con anton ^^

    ResponderEliminar
  11. me gusto el capitulo, y pon ningun motivo encuentro cruel o exagerado lo que hizo Mare al final con Wen, porque si los papeles estuvieran invertidos, ella haria lo mismo para retener al hombre que ama.
    esta muuuy buena la hisotria!! besos Cel

    ResponderEliminar
  12. kiero una orden de anton ya!

    ResponderEliminar
  13. Wauuuu!! ya casi!
    ay que perra se vio mare xDDD
    pero ta bien, aver si por fin anton se pone pilass!! XDD
    tan facilote que ess y shora se pone dificil...pff!
    vacasionesss!!

    ResponderEliminar

Deja que fluya...