8

La llamada por la tarde el siguiente día a la declaración de Adam fue lo único que me hizo separarme de la cama y del mando a distancia del televisor, mi mamá había tratado de hablar conmigo sobre la “conversación” con el pero yo había logrado que me dejara en paz, prometiéndole que solo necesitaba tiempo, que estaría mejor y si no, se lo diría.
-¿Hola?-, contesté mientras mas pasaba una mano por el cabello, la coleta que me había hecho estaba casi desapareciendo.
-¿Cómo pudiste decirle a Zack sobre Peter?, eso debería ser un código de amigas o algo así, Nina-, se quejó Lara mientras yo cerraba los ojos.
-Lo siento, no quise causarte problemas-, murmuré
-¿Qué pasa?-, preguntó con el tono de voz ya sin ninguna enojo falso.
-Nada-, contesté
En el silencio que siguió agradecí que Zack no hubiera dicho nada sobre quien me esperaba el día anterior fuera de la casa.
-Te oyes…triste, mucho mas que los últimos días-, admitió mientras yo sonreí en aceptación, los “últimos días” era yo contra el engaño de Adam, ahora era yo contra el Adam que me había dicho que me quería y que no estaba mintiendo.
Era yo contra la parte de mi misma que quería creerle y la parte que ya no quería sufrir más, no quería ser la que siempre regresara, la que siempre estaba ahí.
-¿Qué te dijo tu hermano sobre Peter?-, pregunté llevando la conversación hacia terrenos mas seguros, no quería hablar de Adam con Lara o con nadie
-Me amenazó con decirle a mama que estaba enamorada si no le daba su teléfono-, contestó
-¿Tienes el teléfono de Peter?-, inquirí con una tenue sonrisa
-Si, bueno, el punto es que Zack le llamó y le propuso que fuéramos mañana al cine, los cuatro-, propuso
-¿Eso me incluye a mi?-, pregunté sin muchas ganas.
-Por favor Nina, no puedes dejarme sola, no con Zack como un tonto tercer acompañante-, exclamó mientras yo reía un poco.
-Me deberás una-, le dije y ella se rió.
-Tampoco seas tan dramática-, replicó antes de decirme la hora y el lugar del encuentro y colgar.
Deje el teléfono y apagué el televisor deseando poder dormir un poco.

El domingo por la tarde aun después de ducharme y cambiarme, pensaba que podría tomar el teléfono y excusarme con los hermanos Dawson pero al final no pude hacerlo, ya le había dicho a mamá sobre la salida al cine, y me lo estuvo recordando hasta que me despedí para ir la plaza comercial donde había quedado con Lara.

Veinticinco minutos después, especificados por Lara posteriormente, tres pares de ojos me observaron caminar hacia ellos.
-Hola a todos-, sonreí tenuemente mientras Lara miraba el reloj.
-Pensé que no vendrías-, murmuró.
-Yo pensé que no vendría-, admití, haciéndola bufar y girarse hacia las taquillas para el cine, Peter siguió a mi enfurruñada amiga y Zack me miró divertido.
-Solo tú puedes decirle eso a la cara y permanecer con vida-, admitió mientras yo me encogía de hombros.
-Beneficios de mejor amiga, supongo-, murmuré al tiempo que el me miraba perdiendo la sonrisa del rostro.
-¿Estas bien?-, preguntó serio.
Respiré hondo señalando hacia la fila de la cual Lara estaba saliendo ya con boletos en mano.
-Si, bien, lo mejor que se puede, ¿vamos?
Zack me siguió sin decir nada más.
No me sorprendió nada que la película fuera un conjunto de golpes, autos destrozados y hombres con pistola, típico gusto de las películas de Lara y al parecer ninguno de los dos hombres había estado en desacuerdo.
A su favor debía admitir que la trama no era una basura como otras tantas películas que me había visto obligada a ver con ella.
Cuando finalmente salimos de la sala, Zack me detuvo tenuemente con su mano en el brazo alejándome un poco de Lara y Peter.
-¿Podrías seguirme la corriente?, Lara quiere estar a solas con Peter aunque nunca lo admitiría-, aseguró a mi oído haciéndome sonreír.
-No se supone que seas el hermano celoso-, inquirí divertida.
-No les voy a dar más de veinte minutos-, me dijo entre dientes y yo reí sin poder evitarlo, Lara se giró hacia nosotros enarqueando una ceja.
-¿Creen que podrían seguir un rato sin nosotros?-, preguntó Zack con toda la inocencia de un elefante.
Rodeé los ojos junto a Lara pero al final ella fue jalada por Peter hacia una tienda de video juegos, esos dos eran un caso.
Miré a Zack que los siguió con los ojos hasta que desaparecieron dentro de la tienda.
-¿Puede preguntarte algo?-, dijo de pronto haciéndome fruncir el ceño.
-Puedes-, le dije sin decirle si le iba a contestar o no, el sonrió mirándome.
-El chico que esperaba en tu casa era tu vecino, ¿no?, a Lara nunca terminó de caerle bien, lo recuerdo-, admitió mientras yo medio sonreía.
-Si, ella odiaba que yo lo considerar perfecto, ella tenía razón, no lo era-, confesé mientras el fruncía el ceño.
-¿Qué paso?-, preguntó
Miré alrededor y caminé hacia las mesas en el centro de la plaza, tomé una silla en una de las tablas de la esquina.
Le soltó todo, (lo decorosamente posible), sin siquiera mirarlo, era mas como dejar todo salir y el, el solo escuchó hasta el final, a pesar que noté como apretaba su puño en ocasiones.
-Nina mi hermana tiene razón el no es perfecto, es un idiota-, dijo solo de terminar de contarle lo que me había dicho Adam el viernes por la noche.
Yo bajé la cabeza, era fácil decirlo, pero eso no cambiaba los sentimientos o aclaraba mi mente o me permitía dejarlo todo atrás y seguir.
-Lo siento, se que eso no soluciona nada, ¿tu lo quieres no?-, preguntó mientras yo cerraba los ojos un momento.
-Te digo un secreto Nina-, murmuró segundos después acercándose un poco, inclinándose contra la mesa, esa mirada traviesa me hizo sonreír, Zack era tan especial y tan diferente al chico que yo quería que ni siquiera podía olvidar que el azul intenso era el que hacía que las lombrices en mi estomago temblara, el azul, no el verde.
-A los hombres tienen que enseñarnos a querer, la mayoría del tiempo somos un asco para eso-, me di cuenta que lo decía en serio y eso me hizo fruncir el ceño, quise preguntarle que era lo que el había hecho mal, pero al final no pude, solo fui capaz de sentir su mano cuando tomó la mía.
-Eres especial Nina, no eres como las demás, por eso Lara te quiere tanto, por que ella tampoco es falsa o pretenciosa, no te digo que lo excuses por que el sea un hombre y eso le da derecho a ser idiota, solo te pido que recuerdes que puedes tener todo lo que te propongas, todo-, terminó mientras su otra mano acariciaba mi mejilla.
-¿Por qué no pude quererte a ti?-, pregunté sin poder detenerme y el se rió acercándose hasta besar mis labios suavemente.
-Supongo que no funciona así-, admitió mientras de la nada el era empujado lejos. El sonido de la silla al rechinar y de maldiciones entrecortadas mezcladas con otros jadeos convirtió los siguientes segundos en un caos.
Parpadeé confusa antes de mirar como Zack lograba colocarse en cima de otro cuerpo…
-¡Adam!-, oí el grito del señor Spencer tras de mi, estaba acompañado de su reciente novia.
Al final el y otro hombre lograron separarlos, estaban mas desarreglados que heridos.
-¿Qué te pasa hijo?-, preguntó su padre, mirándome fugazmente, tenía la ligera sospecha de que el señor Spencer hacia esa pregunta solo por decir algo.
Zack se alejó del hombre que lo sujetaba y miró de nuevo hacia Adam antes de acercarse.
-Iré a buscar a mi hermana, antes de que llegué y formé un espectáculo mayor-, susurró mientras yo asentía.
-Te esperamos en la entrada-, terminó antes de alejarse.
-Estoy bien-, le dijo Adam a su padre antes de soltarse de su agarre.
Miré al señor Spencer con una disculpa sin palabras y luego me alejé sabiendo sin dudas que el me seguiría.
Caminé hasta llegar a la entrada de los sanitarios, un pasillo largo y tenuemente despejado.
-¿Quién es?-, preguntó Adam recargándose contra la pared frente a mí.
-Podría no contestarte, ¿sabes?, no tienes ninguna razón para preguntar
-Lo se-, admitió al final en voz tan baja que pensé que había sido mi imaginación
-No te he pedido perdón por haberte mentido cuando viniste a mi casa pidiéndome que fuera tu novio-, murmuró mientras yo lo miraba abrazándome a mi misma.
-La palabras no cambian nada-, le murmuré y el se acercó lentamente.
-No, no lo hacen, lo que hice nunca podré borrarlo-, comenzó cerca, haciéndome sentir el aire que salía de su boca al expulsar sus palabras.
¿Cuándo se había acercado?
-Pero te necesito, creo que te necesitare siempre…-, comenzó
-Y necesito que me des otra oportunidad-, terminó alzando mi barbilla haciendo que lo miraba.
-No seré infeliz nunca más, no quiero-, le dije cuadrando los hombros, mirando dentro de sus ojos azules.
Sorprendida de lo mucho que creía en esas palabras.
Adam tragó visiblemente y después esbozo una tenue sonrisa, se acercó besándome la mejilla, solo un roce apenas perceptible.
-No lo serás, lo prometo-, susurró antes de alejarse sin otra palabra mas.

Cel.