La guerra del amor VI

Bando Dos

Anton

Nuestro patrocinador tenía elegantes oficinas, ahora parecía poder fijarme un poco más en los detalles, menos preocupado por el contrato, no es que me interesaran demasiado, pero todo aquel edificio destilaba poderío y un cierto toque de sensualidad, muy apropiado para una empresa de lencería femenina, aunque en desacorde con la recepcionista.

En definitiva esta no era Wen, miré con el ceño fruncido a la mujer afroamericana de mediana edad y su tenso moño en el cabello, cuando levantó la vista, mi animo parecía haber caído por los suelos, quien lo hubiera dicho, dejé de apretar el manual con fuerza, absurdo en verdad.

-Buenas tardes-, le saludé mientras ella enarqueaba una ceja y sonreía casi como si conociera un plan macabro, era de verdad atemorizante, me recordaba a mi maestra de la niñez, solo esperaba el jalon de oreja, en definitiva Wen y sus mejillas rojizas eran una vista mucho mas agradable.

-Buenas tardes, ¿le puedo ayudar en algo?-, preguntó aun con su ceja arqueada

-Soy Anton Clark, socio de IDEAL-, le contesté, ¿Dónde estaría Wen?, ¿Por qué había dejado a Miss Tormento en su lugar?

-Si, si, el manual, sobre su escuelita-, murmuró, aquello me hizo sonreír aunque también apretar con fuerza el encuadernado que sostenía.

-¿No cree que eso es algo brusco?-, le pregunté sonriendo.

-Ya que no he estudiado relaciones publicas y solo estoy cubriendo a esa niña, no-, susurró, ¡Gracias a Dios!, nadie tendría que sufrir del látigo de su desprecio, al menos por mucho tiempo.

-¿Wen esta de vacaciones?-, le pregunté casi de forma despistada, dándole el manual.

-¿Está casado?-, me replicó mirándome, como analizando si alguien hubiera hecho una buena elección, y vamos, si hubiera sido una persona normal solo hubiera sostenido la mirada, mi terror de maestra parecía analizar mis defectos, horrible.

-No-, le contesté, esperando que ella también lo hiciera, intrigado de que diablos pretendía preguntando eso.

-Tenía algunos pendientes, volverá la siguiente semana-, me respondió mientras me señalaba el cuaderno.

-Entregare esto-, terminó

-Vaya gracias-, le sonreí mientras ella hacia una mueca, muy en el fondo era algo divertida.

Me despedí con la mano y di media vuelta, sentía sus ojos en mi espalda, así que me giré y le mostré las manos para que checara la falta de anillo, ella sonrió y negó con la cabeza haciendo que su rostro mascarado y algo maduro se volviera jovial.

-Ahora lo entiendo, eres majo-, respondió mientras yo reprimía una carcajada y salía.

Me subí al auto conciente de que aquello había sido otro momento freak que Mare me recordaría en cuanto se lo contara y además, el hecho de que de verdad había querido ver a Wen.

Me estacioné fuera del departamento de Mare y me quite el saco y la corbata dejando solo el pantalón y la camisa que arremangué hasta los codos.

Subí cuando presioné el timbre y la puerta se abrió dándome la bienvenida.

Jaime abrió incluso antes de llegar a tocar.

-Creí que no llegarías-, mencionó, vestido de forma casual y los ojos brillantes de expectación, aun recordaba mi primera compra legal del alcohol, las luces, el mareo y la inconciencia, el hermano de Mare tendría una iniciación en toda regla y mucho más saludable.

-Tranquilo hermanito, aun tienes unas horas antes de la medianoche-, menciono mi amiga con su camiseta de tiras y sus pantalones de chándal.

-Qué elegante, ¿a donde vas?-, le pregunté mientras ella me sacaba la lengua, a penas darían las ocho, a pesar del gesto de abatimiento de Jaime me senté junto a su hermana en el sillón

-¿Pasaremos por John?-, preguntó el chico impaciente.

-Si viejo, tranquilízate-, le pedí y su hermana sonrió mientras intentaba robarle un puñado de su tazón de palomitas.

-Olvídalo, esto es solo para los que nos quedaremos mirando un poco de sarcasmo con House-, murmuró ella alejándome el traste sonriendo.

-No deberías olvidar que Jaime estará bajo mi custodia, su seguridad depende de mi-, bromeé, ella entrecerró los ojos y luego sonrió encogiéndose de hombros.

-Llamaré a mamá si no lo traes temprano-, la mera mención de esa mujer me dio escalofríos y sus hijos se miraron divertidos.

-Eso es bajo Mare-, exclamó Jaime.

Comenzó otro capitulo de la serie que nos habíamos pasado mirando tardes enteras mas de una vez, el chico de 18 años en el lugar se removía en su asiento comos si le hubieran puesto polvo picante en los pantalones, Mare bufó y se giró para verlo.

-¿Por qué no vas a mirar el peinado?, creo que el lado derecho parece demasiado perfecto-, le sugirió mientras su hermano brincaba cual resorte haciéndome sonreír, cuando nos quedamos solos se giró hacia mi totalmente seria.

-No dejes que tome demasiado-, me dijo, Jaime era una de las personas mas importantes para ella, una de las pocas que de verdad le importaban.

-Claro que no, si el será le conductor designado-, le aseguré mientras ella me aventaba un puño de palomitas, abrí mi boca capturando dos, haciéndola reír.

Miró hacia el televisor mientras se recargaba en mi hombro.

-¿Entregaste el manual?-, preguntó, asentí con la cabeza mientras le robaba un puño del tazón sin que ella hiciera un solo movimiento.

-Aun no logro imaginarme mas que mujeres en traje de baño y tu pasando en el medio-, enarqueó una ceja mirándome contra las pestañas, como queriendo que confirmara algo.

-En realidad no he visto a muchas personas es demasiado snob, hasta para ti-, le aseguré mientras elle rodeaba los ojos.

-Nada de mujeres enseñando-, dijo con un mohín, triste por mi mala suerte, sonreí recordando a la recepcionista que se sonrojaba solo con un vistazo o a Miss Tormento.

En realidad quizás era solo una fachada, como lo era la apariencia de Wen, ese domingo en el centro comercial, había sido diferente, incluso solo dejando observar su cabello y su línea de piel entre su blusa y vaqueros, era una mujer que atraía a moscas.

Parpadeé mientras Mare me lanzaba otro puño de palomitas, esta vez todas cayeron en el regazo, le hice una mueca y ella otra.

-Tenías cara de idiota-, me aseguró

-Yo también te quiero cariño-, le respondí mientras ella sonreía, una sonrisa genuina, con su cabello en una coleta floja y su casi pijama, parecía justo como yo la recordaba en la Universidad.

-¿De nuevo?-, preguntó

-¿El que?-, le repliqué.

-Estas en la luna, me esta dando de verdad preocupación dejar a Jaime en tus manos-, me aseguró.

-Olvídalo Mare-, respondió su hermano casi con un puchero. Ella se rió y le di un beso en la mejilla levantándome.

-Lo traeré a salvo-, le aseguré

-A las doce hada madrina, prometí que se acostaría temprano-, le sonrió al chico para girarse a ver a su doctor favorito.

Jaime casi saltó los escalones hacia el auto, se subió en la parte trasera mientras recorríamos el camino hacia la casa de John.

-¿No es raro que Mare no salga?-, me preguntó mirando por la ventana.

-Regularmente no salimos los viernes-, expliqué.

Se quedo un momento callado y después me miro por le retrovisor.

-¿Puedo preguntarte algo?-, susurró, sonreí y asentí.

-¿Es fácil tener una amiga?, como tu con Mare, sin que lo confundan-, comenzó, un ligero estremecimiento bajó por mi columna, pero despejé la cabeza, aquello estaba enterrado, evitando como el decía, malentendidos.

-Se que hay pocas probabilidades de que una sociedad mucho menos una amistad entre un hombre y una mujer funcionen…sin embargo ¡Mare se hubiera visto ridícula con bigote y mocasines!-, le dije haciéndolo reír.

-Ninguna amistad es fácil, solo debes decidir si quieres ha esa persona en tu vida-, terminé mientras el sonreía, Jaime era muy parecido a Mare, el cabello castaño algo rizado, los ojos expresivos.

-¿Quieres una amiga?-, le pregunté intrigado mientras hacia sonar el claxon, John salió casi de inmediato.

-No lo se-, admitió.

-Decídelo, se supone que las indecisas son ellas-, terminé mientras Jonathan rodeaba los ojos.

-Mare sabe que has comenzado a lavarle el cerebro-, inquirió mi mejor amigo.

-Cuando se entere ya será demasiado tarde-, concluí.

Llegamos al bar que Jaime había escogido y que presumiría a todos los menores de edad que dejaran que se regodeara, John parecía divertido con el entusiasmo de nuestro joven pupilo.

Fue directo a la barra mientras yo saluda al barman y señalaba tres cervezas.

-Yo quería una bebida preparada-, aseguró Jaime

-No hoy-, le repliqué mientras John sonreía.

-Hazle caso a papá-, le dijo mientras miraban hacia la pista, tomé un poco de cerveza y alguien chocó a mi espalda, la mujer era alta y estilizada, su cabello corto y rubio enmarcaba su rostro, me sonrió y bebió un poco mas de su bebida.

John codeó a Jaime captando mi atención, dos chicas se acercaron, apenas estarían en al liga de nuestros chico mientra pasaban la mirada por nosotros, una le sonrió a Jaime mientras este dejaba la botella en la barra y se iba hacia la pista, la otra le sonrió a mi amigo y se lamió los labios mirándome.

-¿Bailamos?-, nos preguntó a ambos, enarqué una ceja y el negó con la cabeza.

-Su novio lo mataría-, le palmé el hombro a John y ella frunció el ceño.

-¿Y que tal tu?-, me preguntó.

-Tu amiga no tiene por que bailar sola con el-, señalé a la pista y ella sonrió algo intrigada por la posibilidad, pronto Jaime estaba bailando entre dos chicas entusiastas.

-Eres lo peor-, murmuró mi amigo.

-¿Querías jugar al Kinder?-, le pregunté mientras el negaba con al cabeza.

-Además con la estatura fácilmente podrías confundirte y pensar que es Ava-, terminé mientras el me miraba malhumorado.

-¿A ti no te recordaría nada el cabello marrón de la chica verdad?-, murmuró

-Cállate idiota, aun soy tu jefe-, le repliqué

-Me consigo otro trabajo, y aun seguirás soportándome-, me aseguró mientras pedía otras cervezas.

Al parecer Jaime se había olvidado de que podría beber legalmente con un baile tipo emparedado.

John señaló el sanitario mientras yo asentía, vigilando a distancia al entusiasmado hermanito de Mare.

-¿Hermano?-, preguntó la mujer de cabello rubio, su sonrisa era clara y directa.

Nada de sonrojos, o de amistades, fácil.

-No, es el hermano de mi mejor amiga-, ella enarqueó una ceja pero no dijo nada, bebió mas de su bebida y la puso en al barra.

-¿Quieres bailar?-, preguntó

-No ahora-, le contesté, no podía perder de vista al menor de los Santos, alguien me mataría.

-Igual podríamos movernos en privado y mucho más tarde-, me aseguró, dejando una tarjeta frente a mi botella y yendo de nuevo con sus compañeras.

Me guardé la tarjeta y miré a John volver con gesto de fastidio, no había pasado solo poco más de una hora de haber llegado.

-Solo un poco mas amargado-, le tendí otra botella y el se rió señalando a Jaime y sus dos bailarinas.

-Por el-, brindó mientras yo también reía.

Jaime regresó hasta media hora después, intercambiando números telefónicos, feliz y sobrio, perfecto, John le invitó la ultima cerveza antes de irnos.

Dejamos a mi amigo en su departamento y me estacioné fuera del de Mare despertando al chico dormido.

-Casanova llegamos-, le dije abriendo la puerta trasera del auto, el refunfuñó y salió mientras su hermano nos abría al primer timbrazo.

Estaba aun perfecta con su desaliñado atuendo, me sonrió al comprobar el estado somnoliento de su hermano.

-Quién lo diría eres confiable-, exclamó, le hice una mueca y ella se acercó dándome un beso en la mejilla, murmuró gracias al oído.

-Nos vemos cariño-, me despedí saliendo con la misma prisa de Jaime horas antes.

Cuando llegué a mi departamento después de llamar, ella ya estaba en la dirección indicada, demasiado rápida y eficaz.

-¿Terminaste el turno de niñera?-, sonrió recargada en su auto, el cabello rubio y corto se movió con el frescor de la noche.

Me acerqué consiente de que mi cabeza estaba a punto de fundirse, aquel desasosiego por Wen, la piel quemante de mi mejilla aun sintiendo los labios de…

Al diablo, era mejor bailar, además, no tenia por que contestar, Jaime también era un hermano para mi, pero eso no le interesaba a ella.

Le sonreí poniendo mis manos delicadamente en sus caderas.

-¿Aby cierto?-, pregunté

Ella asintió con la cabeza.

-No hables-, le murmure contra los labios antes de besarla.

Cel

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5 Comentarios

  1. Aaaaaaaaahhhh!!!Leo este capitulo de nuevo y grito... mi sueño hecho realidad, Anton es hermoso, aunque solo fue un momento de calentura, no importaaaa, lo recordare de por vida.

    Gracias de nuevo Cel.

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  2. holaa Cell fantastica esta hisoriaaa....hoy lei hasta este capii esta geniall!! me gusta muchoo las personalidades de anton y mare....y Anton me encantaaa!!! jejeej!!! buenoo mañana me conecto a seguir leyendoo esupenda la historiaaa besossss!!

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  3. Wow Anton si que no pierde el tiempo... ¿qué le pasa? esta confundido entre Wen y Mare... wow está complicada la cosa para él... esta muuuy buena la historia!
    besos

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  4. A esto le llamo yo: no perder el tiempo...majisimo el anton

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  5. Anónimo21:54:00

    wow eso es moverse rapido, ¿que onda con anton? se puso raro cuando jaime le pregunto lo de la amiga XDDD, sigo, sigo!

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Deja que fluya...