Under Breath - Capítulo 4

La única cosa peor que morir es saber cómo vas morir.

Hay algo bastante particular a la hora de escoger un buen lugar para estirar el cuerpo y no hablo precisamente de “mover el esqueleto”, sino de algo más críptico. Siendo honesta, esta noche lo último que me apetecía era bailar, al menos no ahora,  todavía estaba un poco débil pese a que ya había pasado un día desde mi despertar, por llamarlo de algún modo.
El estúpido de Eb me había sugerido buscar un alma limpia para recobrar mi fuerza en su totalidad, así que no me había quedado otra opción más que obedecerle.
Tú podrías pensar que soy una desagradecida, todo lo cual era cierto, en realidad. No que eso sea algo malo, sólo depende con el lente que se le mire. La relatividad fue lo mejor que se le pudo ocurrir a los seres humanos, gracias a ella es cien veces más fácil introducir el pecado en sus vidas.
Cuando me senté en el banquillo, me di cuenta que era, otra vez, la única mujer en la barra. Perfecto. Hoy quería hacer las cosas bien y, aunque había recuperado mi apariencia habitual, no tenía aún las fuerzas suficientes para manejar a multitudes.
El plan consistía en evitar distracciones y cualquier humana, por común que sea, representaba una distracción. Necesitaba todos los ojos humanos posados en mí, que tanto su lujuria como pavor fueran por mi causa, de otro modo sus emociones no me servirían. Y yo necesitaba de ellas.
¿Cómo debería decirlo?
Nunca se tiene lo suficiente, «insaciable» así es cómo lo llamo yo, otros en cambio… Pues, tienen palabras un tanto feas.
Pese a que El Hades no era lo que podríamos llamar mi lugar favorito, había estado aquí demasiadas veces, pero estaba a años luz de entrar en mi lista de los diez mejores, tal vez se debiera a que el setenta por ciento de sus clientes se encontraba al borde de caer en un coma etílico o simplemente a que la mayoría de ellos superaba la barrera de los cuarenta. La mezcla de efluvios esparcida por el lugar tampoco hacía las cosas más atractivas, de todos modos no eso lo que me traía de vuelta aquí.
Sólo para ser clara le sonreí al barman, mientras, ¡Ups! dejaba caer intencionalmente por accidente el tirante de mi top por el hombro. No pasó más de un segundo para que sus ojos fueran a dar directo hasta la piel ahora expuesta, algo similar al efecto de cuando dejas caer un huevo.
 Justo como yo quería, excepto que no era yema y clara lo que él veía, sino un escenario bastante más apetecible. Tras unos segundos en los que sólo me miró y yo fingí no darme cuenta, él dejó caer el paño de algodón, con el que aparentaba limpiar unas copas y se agachó con torpeza para recogerlo.
Y eso simplemente no estaba bien.
Tras dar un vistazo a la multitud que por cierto, comenzaba a amontonarse en el local, introduje una mano en la división de mi escote y saqué mi tabaquera. Ni siquiera fumaba, pero era parte de mi encanto.
—Un Gin Tonic —le pedí al camarero. Y mira tú por dónde, no se movió de ahí hasta que la exasperación fue visible en mi rostro.
No alcanzaron a pasar diez minutos cuando percibí el fuerte olor, era una colonia aunque podría haber sido azufre, al menos el segundo no me provocaba repulsión, era, después de todo, el elemento esencial en mis lágrimas, no es como si hubiera llorado alguna vez.
Resistí el deseo de girarme hacia el origen del hedor. Justo ahora sería increíblemente favorable tener ojos en la espalda, como un par de camaradas, así podría ver quien se había acercado hasta mi taburete. La impaciencia era el menor de mis defectos, pero todo problema grande fue alguna vez pequeño.
Un brazo grueso con vellos de casi dos centímetros de largo se estiró en la barra. Llamó mi atención por dos razones, la primera era obvia, necesitaba con urgencia una visita al salón depilatorio y luego estaba el asunto de sus manos; tenía toda clase de cortes en sus dedos y sangre seca bordeaba la media luna de sus uñas. De hecho, bajo ellas podías apreciar incluso una mezcla viscosa que parecía ser barro.
Ni en mi peor día le aceptaría un masaje.
Perfecto. Me giré hacia mi admirador esperando que mis intenciones se manifestaran en mi rostro.
—Tienes unos hermosos ojos —empezó él, arrastrando la voz en un intento por sonar seductor, ambos sabíamos que no era eso lo que estaba mirando, pero de todas formas sonreí.
—Gracias, también tú — No era cierto, tenían uno color negro tan común como el de las suelas en mis zapatos, ni siquiera eso. Mis zapatos eran unos Christian Louboutin que estaban hechos de un cuero negro desgarradoramente brillante, diseñados para despertar envidia en cada fémina que me viera en al menos dos kilómetros a la redonda. Sin mencionar que venían con un tacón metálico al que no le daría mayor problema amputar las cucarachas que tenía susodicho por ojos.
Me alejé unos centímetros de su rostro, que a estas alturas parecía estar listo para saltar sobre el mío, procuré parecer intimidada por su desvergonzada cercanía, él por otra parte, se las arregló para introducir un dedo bajo el tirante que yo había dejado caer.
—Así está mejor —me sonrió, mientras acomodaba el bretel casi llegando hasta mi cuello, había que darle crédito, era bueno jugando. Pero yo era mejor.
—¿Qué puedo ofrecerte?
“Tu alma” quise decir, pero en lugar de eso le di un sorbo al trago que había pedido y me tomé mi tiempo degustando el sabor. Mientras la ginebra alivianaba mi garganta intenté ignorar la sensación húmeda y viscosa que comenzaba a sofocarme. Tenía tiempo de sobra.
—Estoy bien con esto —balanceé mi vaso dándole énfasis a mi punto—, pero puedes hacerme compañía… Si gustas.
Era bastante ridículo pretender ser tímida cuando estaba vestida de cuero de la cabeza hasta los pies, pero por experiencia propia había aprendido que a los hombres les fascinaba jugar al cazador.
¿Qué mejor que una ovejita pretendiendo ser lobo? A decir verdad, era bastante difícil superar esa fantasía, más que nada porque yo no era una oveja.
Él se echó a reír y tragó de un sorbo lo que quedaba de la botella que traía en su mano, no me había fijado en ella hasta ahora, tal vez se debiera a que me había pasado la mayor parte del tiempo intentando ignorar su aliento o la mugrosa barba que bordeaba su boca gruesa, aunque por el olor no fue difícil concluir que se trataba de cerveza.
—Venga, bailemos.
Me encantaba bailar, era excelente en la pista, pero esta noche no tenía ánimos de perder mi tiempo. Eb ya me había advertido que dejara de jugar con mi suerte, si no fuera porque era realmente buena en mi trabajo, probablemente ya me hubieran despachado.
—Me encantaría —mordí mi labio inferior, simulando un mohín—, pero no me siento muy bien… —luego, para darle un efecto todavía más dramático, batí mis pestañas mientras un rubor más que ensayado se agolpaba en mis mejillas. En serio, deberían darme el Oscar—. Debe ser el humo.
¡Mentirosa!, casi podía escucharlo gritar en voz alta.
—¿Tal vez necesites tomar un poco de aire? —me aconsejó, pero la lujuria era tan clara en sus facciones que no se necesitaba demasiada imaginación para adivinar sus intenciones.
—Eso estaría bien —acepté, asumiendo el papel de cordero.
Caminamos de la mano hacia la salida del local, en un par de ocasiones incluso con él llevándome de la cintura, como si apenas pudiera caminar debido al alcohol. Sí, claro.
Cuando finalmente llegamos a un callejón oscuro, estratégicamente ubicado en el borde del mugroso pub, me permití mirarlo a los ojos. Seguían siendo feos, rodeados de líneas oscuras, los años no habían sido considerados con él, eso estaba claro.
—No deberías tomar tanto, preciosa — «Y tú no deberías intentar seducir a jovencitas», quise decir, pero todo lo que hice fue alzarme en puntillas y tocar sus labios.
El jadeo de sus labios brotó desesperado, pude sentir como se enturbiaba su mente bajo una espesa niebla de lujuria, había activado en él un impulso animal y no necesité muchos segundos para que sus manos empezaran a recorrer mi cuerpo.
Repasé mentalmente los segundos que faltaban y me repetí que si era afortunaba, saldría con doble premio esta noche.
Su aliento fétido aumentó la sensación viscosa en mis entrañas, recordándome el poco tiempo que me quedaba, pensé en lo irónico de la situación, si se tratara de cualquier otra persona a estas alturas estaría chillando, incluso rezando. A continuación recordé quien era yo y fue ahí cuando lo escuché.
¡Bingo!
Mi golpe de suerte, venía encarnado en un par de pisadas, por el sonido que emitían pude deducir que tardaría un poco más en llegar. Debo agregar que la barba del tipo besucón comenzó a raspar mi cuello de modo que pensé seriamente en torcerle el pescuezo. Maldita escoria babosa.
La tentativa de hacer un cambio de planes, cobraba fuerza con cada segundo que pasaba, sería tan fácil… Pero en lugar de eso tuve que tragarme una maldición y esperar… Y seguir esperando.
Cerré los ojos, suprimiendo mis instintos asesinos, sólo para descubrir que mi acompañante necesitaba más, razón por la cual acababa de introducir una mano bajo mi top.
Finalmente ahí estaban, esos pies acercándose con un ritmo tan torpe que me hizo pensar en ahorcar a su dueño.
«¡El papel de héroe no te va!».
De todos modos daba igual… Había llegado y es lo que importaba ¿Cierto?, tendría mi ronda doble.
Que empiece la función.
Comencé a chillar y a golpear a la escoria que no dejaba de besarme, pero el bastardo seguía ahí  y yo estaba a punto de ponerme a reír. ¡Concéntrate!
—¿Qué demonios estás haciendo? —me acusó el barbudo, en un grito que fácilmente podría dejar sordo a alguien, cómo mínimo con dolor de oído.  Obviamente alguien estaba desconcertado, salvo eso no le impidió cubrir mis gritos con su mano, de modo que me puse a llorar.
El tipo abrió sus ojos sin creerlo, un atisbo de desesperación cubrió su cara e intentó quitar su mano del seno que no había dejado de estrujar, intentaba actuar decente, aunque algo tarde.
Densas lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas con una rapidez anormal, mientras él, atónito y ahora el parecer molesto, comenzaba a sacudirme contra la pared.
Esto no podría estar saliendo mejor.
—Para —sollocé, él tomó mis manos y las puso sobre mi cabeza mientras yo pestañeaba intentando apartar las lágrimas de mis ojos para mirarle— Por favor.
Las pisadas se hicieron más fuertes, más cercanas y pese a que mis gritos ya no se oían, pude ver que nos habían encontrado. ¡Al fin!
—¡Suéltala! —gritó mi salvavidas, un grito bastante patético si cabe decir, pero era mejor que quedarse callado mirando, en cualquier caso ninguno de los dos hizo nada.
—Hablo en serio —insistió, su voz había ganando unos puntos de convicción—, deje a la señora tranquila.
La escoria esbozó una sonrisa burlesca y la mano que mantenía en mi boca vibró cuando él soltó una carcajada.
Temblando y fingiendo que en cualquier momento me desmayaría sobre el pavimento, comencé a morder la mano de mi atacante.
Una bella damisela en apuros, el cliché de mi vida.
—¿Tú y cuántos más?
Bien, esto no me lo esperaba y al parecer el chico tampoco.
Mi triste intento de héroe se quedó mudo por un instante, probablemente percatándose de las probabilidades que tenía de perder —eran bastantes—, pero aún así avanzó hasta quedar frente a nosotros, si antes estaba cerca, ahora podía incluso contar las pecas de su cara.
—Sólo yo —reconoció, enderezándose las gafas con un gesto nervioso. En serio, era patético lo ridículo que se veía—. Deberías buscarte a alguien de tu tamaño.
Lo juro, ni siquiera en el kínder utilizaban frases así, no es que yo hubiera pasado por una escuela, pero… Ya sabes, hay cosas que nunca cambian.
—Eso te dejaría fuera de juego —mi salvador no se movió— En serio amigo, ¿Por qué  no te haces un favor y me dejas solucionar esto con mi chica?
Y fue ahí cuando todo explotó.
La pobre imitación de Jesucristo recogió una botella rota de las que estaban apiladas en el sucio cemento que teníamos por escenario y la enterró sin vacilar en el cuello de mi atacante. Rápido, torpe e inesperado, maravilloso.
Mi atacante se desplomó de forma inmediata, no sin antes salpicarnos de sangre al chico y a mí.
Me llevó bastantes segundos terminar de saborear la victoria, era siempre así.. Entiéndase por victoria cacerías calculadas, no el vertedero que engullí ayer.
Suspiré extasiada, la furia y la lujuria desplazándose a través de mí. Aunque odiase admitirlo, nunca tenía suficiente, por eso Eb se molestaba, decía que volvía mis triunfos algo personal, pero no era verdad… Sencillamente, adoraba un trabajo bien hecho.
—¡¿Qué has hecho?! —exclamé consternada, estaba llorando y temblando como una virgen, mientras caía de rodillas sobre suelo. Fingiendo consternación, acuné el rostro del viejo baboso en mis manos con una lástima que no sentía y comencé a llorar de nuevo.
Ni bien había empezado a acariciar sus cabellos, cuando lo escuché jadear. Por supuesto, mi salvador estaba tomando apenas conciencia de sus actos. Por el rabillo de ojo lo pillé mirando su obra. ¡Pedazo de obra! Mi héroe se había puesto pálido mientras observaba el cadáver desangrándose y en vista de que se encontraba con la boca abierta, me aventuraría a decir que apenas estaba comprendiendo la magnitud de su agravio.
¡Agravio! Eso se quedaba corto, esto era un asesinato  aquí y en la china, y el único responsable era… Bien, me encantaría decir que yo, pero tampoco puedo darme el crédito. Por desgracia.
Él se apresuró en arrodillarse a mi lado. No lo quería cerca de mí, pero a la vez lo quería. Demonios, es decir, la tormenta de emociones que emanaba me estaba trastornando, quería absorberlas todas, pero se suponía que el chico había matado a mi pareja, entonces no se vería muy bien que de pronto me le abalanzara encima y me tragara hasta su último aliento.
Pestañé otra vez, apartando las lágrimas para verle. Su rostro había perdido toda raíz de color y sus manos, ahora brillantes de sangre húmeda, parecían tragarse sus pequeños ojos azules, puesto que no los apartaba de ellas.
—Pensé… pensé… Creí que necesitabas ayuda.
—¡Pues creíste mal! — No me detuve a mirar sus facciones, lo había reconocido de inmediato, era el camarero de hace un rato. Uh, al parecer alguien había tenido dificultades con separar el trabajo del placer—. Oh Dios mío, está muerto —le dije ahogando un sollozo, luego llevé mi palma hasta la boca, conteniendo un nuevo gemido— ¡Lo mataste!
Él se arrastró hacia atrás con sus manos, pasándose a llevar el codo con alguna porquería en el piso.
—¿Qué? —Exclamó negando— No —, su mirada perdida y la respiración irregular— No puede ser, sólo le di un corte.
Sí. Ahora podía escuchar a la perfección su corazón bombeando asustado, un sonido incitador y me estaba llamando…
—¡Un corte en su cuello! —contrarresté.
Pasaron varios minutos en los que ni él ni yo dijimos nada. La música que bullía de las pareces, me recordó que en el interior del local todavía quedaba un montón de almas esperando por mí, salvo que yo le había echado el ojo  éste. Tonta, habiendo tanto para elegir vas y te encuentras una gallina. Oh, pero no era cualquier gallina, se trataba de una gallina única en su clase… Esta gallina podía volar.
A continuación, él hizo lo impensable: introdujo su mano empapada de sangre en el bolsillo interno de su chaqueta de mezclilla —sobra decir que la ensució—, sacó de ahí un móvil y comenzó a marcar.
—¿Qué haces? —pregunté, saliendo del papel de novia herida y mirándolo con el ceño fruncido, estaba un poco aburrida de que le llevara tanto tiempo huir.
—Llamo al 911 —, encontró la voz finalmente, pero al parecer lo que había perdido era su cordura.
 Imposible, ¿Por qué llamaría al 911? Debía estar bromeando.
—¡No puedes! —le advertí— te meterán a la cárcel.
Apenas podía ver sus ojos azules gracias al empañado cristal de sus lentes, los que por cierto no dejaba de acomodar sobre el tabique de su nariz. Este chico tenía serios problemas, partiendo por los mentales. Probablemente lo había subestimado y en lugar de un alma limpia, resultó ser un psicópata.
—No si afirmo que fue en defensa, estabas asustada —comenzó a parlotear sin detenerse, claramente formulando una coartada, tenía sentido, pero no había modo de salir de esta.
Lo siento, mañana olvidarás que me viste y el cargo de consciencia te perseguirá hasta la tumba, donde por cierto me aseguraré de darle un buen destino a tu alma—. Te vi, estabas temblando, y él no dejaba de sacudirte… —mordió su labio inferior y alzó sus cejas, cobrando una expresión muy similar a la esperanza—. Si atestiguas no pasará nada.
Oh amigo, eso no va a pasar. Resistí el impulso de sonreír, aún era temprano.
—¿Por qué haría eso?
—¿Hacer qué?
—Atestiguar
—Porque te salvé la vida —, lo hizo sonar como una pregunta y la sensación viscosa en mi pecho me obligó darme prisa.
—No te lo pedí… Lo siento, no puedo ayudarte —. Pero no lo sentía en absoluto.
Me puse en pie a una velocidad nada normal para quien acaba de presenciar un asesinato y supuestamente está en shock. En cuanto al humano, lo escuché llamarme un par de veces, pero no me detuve y no fue hasta que llegué al final de la calle que me arrepentí de no haberle hecho caso…
Había perdido la oportunidad de estrenar mis tacones en los ojos del cadáver, lástima.

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19 Comentarios

  1. Kathita17:05:00

    Ooooooooh *-* Cali Oh mi Dios! Cómo tan mala...:$ Bueno, no puedo esperar más de un demonio de lujuria.

    Quedé muy satisfecha Con este Capítulo..
    "
    —Oh Dios mío, está muerto —, le dije ahogando otro sollozo, luego —sólo para darle un efecto más real a mi actuación— llevé la palma hasta la boca, conteniendo un nuevo gemido— ¡Lo mataste! " Mejor actriz? IMPOSIBLE!!  Wow. si puede hacer eso, ¿Cuántas veces le habrá ocurrido?
    ***
    "
    —luego, para darle un efecto todavía más dramático, batí mis pestañas mientras un rubor más que ensayado se agolpaba en mis mejillas. En serio, deberían darme el Oscar. " Esa parte me encantó...!!! Jaja, Se lo merece con todo... Antorcha de oro*o* Y gaviota:3 okya .-.!

    Me encantóóóóó!  Describe mucho a Cali...Su personalidad, su talento como actiz(lol)Su gran lujuria, su HAMBRE, y su poco conformismo... 

    Mmm... me quedé con las ganas de saber de  Eb...u//u  Jaja, bueno, YA SERÁ, Nos hablaste de Cali, no puedo pedir más.
    Tmb quiero Saber de Miguel ♥_♥ -baba-

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  2. aghhh jejejeje

    y hablando de psicopatas jjeje gracias por el capi... ejjeje pobre chico por cierto...

    saludos

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  3. Gabymarg19:02:00

    Es MALA. MALITA, MALOTA!!!!!!!!!!! la adoro!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! jejejejejej

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  4. belu_juanes19:36:00

    heyy Cali es bienn mala jaa el chicoo quedo traumadoo eso segurooo!! buenisimoo el capii!!aHHHH y cuandoooo apareceraa Miguel estoy ansiosaa por leer tambienn de el...!! y buenoo este capii me encantoo por que conocemos mas de Cali que es tremendaaaa jajaj!!! y me gustaa que seaa asii bien mala jajajaj!!!!

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  5. Leticia L.7:07:00

    Ufff, ahora si que se la vio como un demonio, pero que manera de actuar jajajaja, me encanta su forma de ser...

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  6. Lisselot12:48:00

    Wao!!! excelente capitulo.. Dure casi 2 semanas vuela oca esperando y sobra decir que valió totalmente la espera!!! Me encanta la malevola forma de actuar de Cali!!!! :P 

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  7. definitivamente Cali es espectacular, muy muy mala, pero tienes sus razones, igual es un encanto!!!

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  8. Cali es mala mala... es q si fuera buena no tendria sentido.... para buenos esta Miguel ¿no?
    Besos Liss

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  9. Voy por soldier, nunca leí el fic así que here we go (?) Estuvo de risa este capitulo, no sé pero me encanta la personalidad de Calie, le vale vida la madre jaja ok al revés pero es genial! amé esa primera frase de "
    Tú podrías pensar que soy una desagradecida, todo lo cual era cierto, en realidad.  " Es otra onda de mujer-demonio. Te diré las veces que sean necesarias que esta es la mejor novela de ángeles caídos Liss. Ando que muero de gripa manzana, y con millones de tareas pero espero que el viernes que acá es feriado pueda entrar ya con todo al foro, muero de ganas por fangirlear xD 

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  10. Nuestrotintero10:37:00

    Ciertamente, ella debería participar en una peli, le iría de lujo. xD

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  11. Nuestrotintero10:37:00

    Sí, todo traumado terminó xD

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  12. Nuestrotintero10:38:00

    Es Mala con "M", se cree el cuento la loca. xD

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  13. Nuestrotintero10:39:00

    Exacto, es demonio, no puede ser otra cosa. xD
    Y sí, el chico quedó de lo más traumado.
    Sobre Miguel, yummi, aparecerá cuando le llegue la hora. CHAN!

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  14. Nuestrotintero10:39:00

    Es una oda al cinismo. xD

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  15. Nuestrotintero10:39:00

    Jajajjaa, te gusta la maldad?
    Vaya...

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  16. Nuestrotintero10:39:00

    La chica tiene problemas serios xD

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  17. Nuestrotintero10:40:00

    Es que es un demonio, no puede actuar bien, digo... No está en su naturaleza hacer lo correcto.
    Hahhaha, totalmente desagradecida la tipa, y sobre que te guste, pues, fantástico. Me hace sentir tan feliz, es como.. WAOOO, mi hobbie da frutos xD

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  18. jajaja está loca!jajaja pero me hace bastante gracia...y que razón con lo de la relatividad...
    Un besoo!!!

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  19. diablos!!! no habia comentado??? chales...... me agrada Cali.... es.... genial!! una buena demonio, agradable, sádica, mmm y Eb..... cielos el es.... tan Hot.... ahora no se si irme de nuevo a lado oscuro dirian unas amigas.... porque cada quien tiene lo suyo y Miguel no se queda atras.... me encantó el capitulo!!!

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Deja que fluya...