Lazos de Sangre - Cap 4




Cuando llegué a mi cuarto, con la respiración todavía agitada después de haber corrido desde la habitación de mi hermano hasta la mía, me envolví entre las cobijas y luché por escapar de todo…

De los ojos de Paolo al mirarme, pidiendo algo que yo era incapaz de corresponder. De la sensación de temor por la persona en la habitación de Gio, pues a pesar de que la lógica indicaba que mi gemelo permanecía a unos pasos, todo en lo que yo podía pensar era en que se trataba de un extraño, en que nada era como lo había pensado. Había esperado que él volviera a mí, y sin embargo se había ido directo a duchar como si fuera la cosa más normal del mundo, como si no acabáramos de enterrar a la única persona que siempre nos había entendido…

Como si yo no le necesitara.

No supe cuándo me quedé dormida, pero al día siguiente el dolor de cabeza dio a entender que no había sido muy rápido.

Me esforcé por moverme y retirar las sabanas de mi cuerpo. El blanco impecable estaba ahora sucio gracias a la tierra que aún permanecía en mis ropas. Me esforcé en ducharme, cambiarme y ponerme debidamente presentable; mamá me había dicho que debía asistir a mis clases de francés a pesar de que el entierro hubiera sido sólo el día anterior.

Bajé las escaleras con cierta expectación, como si con cada paso que yo daba Giovanni fuera aparecer de repente frente a mí, pero no lo hizo.

Entré a la cocina, como era mi costumbre, para desayunar ahí, sintiéndome segura entre las cacerolas y las sartenes de color cobre, el calor que desprendían los fogones y los olores que guardaban los ladrillos de las paredes. Una típica cocina italiana. Clara sonrió al verme y las arrugas en su envejecido rostro se acentuaron.

—¿Cómo está mia bellissima ragazza? —preguntó, entretanto yo besaba su mejilla recibiendo su abrazo… y disfrutando como nada que se le pudiera comparar.

—No lo sé —, admití mientras ella me sujetaba la mano dándome un ligero apretón.

—Los señores te esperan para desayunar, necesitan hablar contigo —, su tono era de ligero enojo contenido.

—¿Sobre Gio? —, pregunté sin poder detenerme.

Ella me sonrió como si recordara que mi hermano había vuelto y eso la hiciera feliz, pero acto seguido negó con la cabeza.

—No, quieren hablar sobre la fiesta —, explicó mientras yo fruncía el ceño. Abrí la boca para preguntar pero ella simplemente negó con la cabeza, alzando las manos.

—No me preguntes, ellos te dirán

—¿Él está con ellos? —, pregunté nervosa.

—No, Nostro ragazzo se fue temprano —, murmuró ella mirándome con algo de tristeza. ¿Por qué me sorprendía?, Giovanni no necesitaba verme, eso había quedado claro.

—Cassandra, bajas tarde —, me acusó mamá en cuanto ingresé en el amplio comedor, lujoso e intimidante. Era ideal para mis padres.

—Déjala, mujer, estaba poniéndose tan bella como siempre —, sonrió papá en una lucha de voluntades de la que yo sólo era el títere.

—Tu hermano volvió ayer por la tarde después del entierro del abuelo, lo hubieras notado de no haber escapado con ese… —, mamá se interrumpió cuando dejé caer los cubiertos con un sonoro ruido contra la mesa de caoba.

—Cassandra, te he dicho que el hecho de que hagas amistad con personas de una clase social menor no debe hacerte olvidar quien eres. No puedes dejar que se hagan falsas ilusiones; tú estas destinada a cosas más grandes, hermosa mía. Además, sólo le causarías daño al pobre chico—, concluyó mi padre, con ese orgullo que me causaba escalofríos.

—Haremos una fiesta para darle la bienvenida a tu hermano—, continuó mamá, dejando un lado el tema de la clase social de Paolo y volviendo su atención a lo primordial, informar, porque ellos nunca preguntaban, sólo hacían y deshacían a nuestra costa.

—Ese ingrato no merece ninguna fiesta—, señaló papá sonriendo pero sin ocultar su enfado.

—Será la mejor forma de evitar chismorreos. No puedes impedirme darle una bienvenida adecuada a mi hijo más querido después de tantos años —, murmuró mamá en voz baja mirado su comida, aventurándose a retar a papá.

—¡Basta ya! Ese vago solo ha vuelto para recoger lo que pueda llevarse de mi padre —, se detuvo, limpiando la comisura de su boca con la servilleta, pero intuía que simplemente quería ganar tiempo—. Haremos una fiesta, pero se hará para beneficio de “nuestros dos hijos”, y será la oportunidad perfecta para Cassandra de conocer a ciertos prospectos con los que deseo que se relacione. Ese puede largase después de la fiesta. ¿Entendido?—, aseguró mi padre fulminándola con la mirada y transformando, como siempre, una pregunta en una orden.

Mamá asintió, lanzándome una mirada dolorosa, como ninguna madre debería mirar.

Después de mover la comida de mi plato por varios minutos, me excusé, asegurando que aún me faltaba terminar una redacción de francés antes de mis clases.

El dolor de cabeza sólo fue en aumento. Odiaba estar con ellos y recordar que no éramos otra cosa sino propiedades que querían invertir a su antojo. No quería asistir a esa fiesta, y mucho menos pensar otra vez en las palabras de papá; Gio no podría haber regresado únicamente para escuchar el testamento del abuelo, no era posible.

Regresé a mi habitación para recoger mi bolso con los libros de clase y salí sin avisarle a nadie, corriendo por los viñedos hasta mi lugar seguro, junto a la única persona que no me pedía más de lo que yo podía dar, a pesar de sus deseos, pues solo lo tenía a él, con o sin Gio de vuelta.

Varios minutos después, me encontraba en los límites de la propiedad de papá, cruzando la reja que colindaba con el viñedo donde sabía que lo encontraría.

Algunos trabajadores me miraron curiosos, pero yo seguí hasta encontrarlo. Paolo se sorprendió al verme, sus ojos se abrieron dejándome observar su hermosa tonalidad grisácea, se pasó una mano por la frente perlada de fino sudor y me señaló hacia una *palapa. Le seguí y esperé a que se lavara las manos antes de que se girará y comenzara a hablar precipitadamente.

—No siento lo de anoche, mis sentimientos por ti no han cambiado —se detuvo, evaluándome con su mirada matizada, al igual que un par de ágatas demoliendo mi coraza—. Lo que lamento es mi modo de decir las cosas. Seamos sinceros, actúe como un completo idiota, animal me viene más exacto. Y no me mires así, sabes que lo que digo es cierto.

Nerviosamente, introdujo una mano en su bolsillo, sacando de él una pequeña manzana verde, era evidente que ni siquiera estaba madura.

Dudó un instante y me la ofreció. Yo negué, incómoda, y él se encogió de hombros.

—No era el momento, ni el lugar adecuado —explicó, haciendo malabares con la fruta en sus manos—. No fue justo para ti que perdiera los estribos—, insistió apresurado, dando un torpe mordisco y mirándome expectante.

Lo observé más de lo que mi autocontrol se había permitido apreciar desde hace mucho tiempo. Por más que me recordase que éramos amigos, que no podía aspirar a más, aquí estaba yo, bebiendo cada gota de su cuerpo, y para mi vergüenza, mis ojos nunca parecían tener suficiente de él.

«No puedes, Cassandra, no puedes» y sin embrago, eso no impidió que repasase los confines de sus brazos tostados. Por culpa de las horas extras de trabajo bajo el sol, éstos lucían tensos y vigorosos al igual que su pecho. Paolo traía los tres primeros botones de su camisa desabotonados, volviendo imposible mi urgencia por distraerme, tratando de mantenerme ajena a su cuerpo.

Al ver que no respondía, malinterpretó mi silencio como una señal de culpa; esta vez dio dos certeros mordiscos a la pequeña manzana, haciéndola desaparecer con corazón incluido y añadió:

—Pese a lo que puedas creer, no eres culpable, Cassie.

Tuve que reconocer para mí misma que, después de todo, Paolo bien podía conocerme mejor que Giovanni, quien por muy gemelos que fuéramos ahora me parecía un completo extraño.

Recordé la noche anterior, el evidente dolor en sus ojos… ¿Á quién quería engañar? Por supuesto que me sentía culpable.

Él suspiró y, como si pudiera leer la tormenta de dudas que de desataba en mi cabeza, negó frustrado, refregando sus ojos con una mano antes de cubrir con ella las mías.

 —No es tu culpa que te desee en más sentidos de los que te puedo tener.

Estaba preparada para contradecir eso, pero él me sonrió mostrando todos sus dientes antes de que yo pudiera replicar.

Eso me dejó muda, y Paolo manteniendo esa sonrisa no mejoraba mi intento de réplica.

—No necesitas disculparte —dije finalmente, cuando recuperé el sentido—. Fue mi error, estaba molesta y no pensaba con claridad anoche.

 Él me miró compasivo, pero en sus labios se veía la tensión estirando su piel; esa urgencia loca por contradecir.

—Realmente lo siento. No debí llevarte al límite.

Pero lo que realmente quería decir era: «Te enfrenté y ahora no sé qué diablos hacer con eso»

Súbitamente me vi envuelta en sus brazos, mi rostro escuchando violentamente su corazón latir, era tan invasivo… tan insoportable.

Insoportable porque me encantaba, y eso era algo que no me podía permitir.

Papá tenía razón en algo, tarde o temprano lo terminaría haciéndole daño.

Sus manos acariciaron mi cabello, y mi cuerpo completo tembló cuando su boca rozó la punta de mi oído.

—Cuando me lleves al límite lo sabrás, Cassie.


***

Durante las clases intenté no pensar en mi encuentro con Paolo, lo cual era completamente absurdo, ya que yo había ido en su búsqueda…

—¡Auch! —gemí, soltando la aguja e ignorando deliberadamente la mirada reprobatoria de la señorita Dominique mientras me llevaba el dedo a la boca.

Por supuesto, no sólo era una vergüenza que no supiera bordar como el resto de la clase, lamer la herida sangrante era por decirlo menos, un insulto al instituto. «Perfezione», extraña forma de definir la mediocridad. ¿Bordar?, ¿Realmente se suponía que llegaría a algún lado con esto?, clases de repostería, diseño y francés, sin mencionar una gran variedad de actividades recreativas a las que secretamente Paolo y yo tildábamos de «basura».

El instituto Perfezione, no era otra cosa más que un lugar donde te preparaban para ser una buena esposa, lo que por supuesto era el futuro perfecto para una señorita como yo. Al menos, según papá.

Sonreí sin poder evitarlo cuando la maestra se acercó hasta mi ubicación para supervisar mi trabajo. No estaba del todo mal si ignorábamos la leve desviación de uno de los pétalos en la rosa y si omitíamos el hecho de que la mía no tenía hojas. Estaba perfecto, pero a mi manera. Sin embargo, a diferencia de lo que uno crea o pueda esperar, la perfección no es subjetiva, se basa en estándares demasiado frívolos y superfluos como para que uno sea capaz de encajar en ellos. Fue por eso que tuve que tirar el lino y empezar uno nuevo, para alegría de la señorita Dominique, quien al ser aún una «señorita», dejaba espacio para dudar sobre la calidad del instituto, sobre todo porque estaba pronta a cumplir los cuarenta.

Gio tenía razón, él no pertenecía a este lugar, su mente era demasiado amplia y poco ortodoxa como para encontrar la felicidad en el pequeño infierno que teníamos por casa. Todo esto que me obligaba a replantearme las palabras de papá durante el almuerzo...

¿Por qué volvió?

La clase terminó, y no pude evitar correr hasta el basurero y coger mi pobre intento de rosal. Me daba igual si estaba o no perfecto, para mí lo era y me gustaba como había quedado. Escondí la suave tela en mi bolso, ignorando la tentativa de llevarlo hasta mi pecho, porque justo ahí dolía como nada. Me sentía como ese lino, igual de incompleto y defectuoso, no importaba lo que dijera papá o lo que mi madre creyera.

Yo no había nacido para ser una madre ejemplar o una esposa virtuosa. Yo quería más...

Pero no se puede tener todo lo que se quiere.


***

Afuera, la cálida y frutosa humedad me obligó a quitarme el chaleco, que pese a no ser grueso se había vuelto incómodo debido al creciente sol. Algunos días el clima era incluso peor, pero hoy parecía simplemente molesto, tal vez era yo quien estaba viendo todo negro debido a la fiesta de Gio.

Llevé mi cabello hacia un costado, consiguiendo que mis hombros respirasen aire fresco y sonreí agradecida. Se sentía bien, casi aceptable. Bien podría haberme quitado los zapatos y caminar descalza por la hierba, no en vano vivíamos en una zona rural, mas eso iba contra las reglas de mi familia, y por supuesto, ¡Dios no quiera que alguien vaya a ver a la hija de Carlos Monetti corriendo descalza por las calles!

 Sus palabras, no las mías. Al menos, en mi versión, me referiría a mi persona como Cassandra, supongo que eso sería demasiado para su ego, y eso entendiendo que yo era su preferida.

Ignoré la familiar vibración en mi bolso. La conocía de memoria, y aún no siendo así no tendría que ser precisamente una adivina para saber quién era, puesto que siempre se trataba de la misma persona, la única que pese a no soportar, era incapaz de desobedecer. A estas alturas, ya ni siquiera era capaz de inspirarme miedo o respeto, ya que aquello se perdió hace nueve años. Ignoré su llamada porque ahora sólo sentía lástima por ella, y aquel sentimiento no era lo suficientemente fuerte para obligarme a ayudar a mamá.

Porque sabía perfectamente lo que quería…

Y no, no me apetecía llegar más temprano para organizar la fiesta más hipócrita en la historia de mi familia. Incluso eso en los Monetti era decir demasiado.

Volví mi rostro hacia atrás cuando oí mi nombre, aunque por supuesto, no había nadie a excepción de dos chicas de mi clase murmurando algo entre sí. Continué mi camino, planteándome repentinamente lo lejos que se encontraba la parada de autobuses. Esto podría cambiar si yo tuviera un coche… o supiera conducir. Nuevamente, papá jamás me permitiría tomar clases, y ni se diga conseguir un trabajo, ¿Qué clase de padre sería si no pudiera mantener a la más adorada de sus retoños?

De nuevo sus palabras, no las mías.

Reacomodé mi falda, estirándola un poco ya que parecía haberse subido en el trayecto, o era simplemente que el hombre ubicado a mi lado tenía serios problemas en enfocar su vista, lo que no estaría tan mal si no sostuviese a una preciosa bebe en sus brazos. Suspiré, dándome por vencida y maldiciendo al bus por no llegar aún. Llevaba quince minutos esperando y no daba signos de querer aparecer. Por supuesto, no tenía intención de llegar a casa pronto, pero el sol se estaba volviendo realmente molesto y el hombre a mi lado no hacía más que empeorar la situación.

«¡Cassie!», volví a oír que me llamaban, esta vez más claro y más cerca. Giré a mi espalda donde un motociclista acababa de estacionar. Rebusqué en mi bolso, intentando encontrar el móvil, pensando que tal vez sí había contestado y era mamá quien no dejaba de gritar mi nombre.

Excepto que las palabras no venían de una mujer, sino del chico que estaba detrás de mí, el que comenzaba a quitarse el casco. Nuevamente escuché mi nombre, y esta vez creí captar cierto alivio en el tono de voz. Un timbre que no debería sonarme familiar, puesto que no lo había oído nunca. Parecía grave y jovial, demasiado suave para conocerlo de antes.

 —Llevo tiempo gritando tu nombre al azar —se excusó con un indicio de satisfacción mientras mis ojos se perdían en la piel que dejaban al descubierto sus jeans raídos estratégicamente en la zona de sus rodillas.

—Te vi antes, ¿Sabes? —, comentó mientras revolvía travieso su cabello y acomodaba el casco en el manillar de su moto. Pestañeé, incapaz de creer lo que decía pero creyéndolo a la vez; era tanto y a la vez lo era todo.

Deliberadamente, ignoré su rostro y preferí pensar en que si yo, que apenas traía falda y camiseta, me encontraba muerta de calor, él seguramente debía estar viviendo un horno en carne propia, ya que no le veía camiseta alguna. Por supuesto, eso era debido a que traía todo el torso cubierto por una chaqueta de cuero oscura, pero no negra, más bien azul marino.

Su color favorito…

—Entonces eras tú—, admití, caminando dos pasos en dirección a la moto y obviando el hecho de que mi bus se acababa de ir.

—Por supuesto, ¿Quién más sino yo te llamaría Cassie?

Con absoluta dicha, Giovanni sonrió, y un par de hoyuelos familiares y a la vez desconocidos se formaron en sus mejillas.

Eso fue seguido por un largo silencio, que tan solo se amplió más y más. En un ejercicio largo y con exceso de esfuerzo, inhalé todo el aire que pude y comprobé que se trataba de otro oxígeno… uno que no había respirado jamás.

Si tan solo supieras… fue lo último que pensé antes de responder a la pregunta de mi gemelo.


*Palapa: construcción rústica que consiste en un techo de hojas secas de palma, a manera de sombrilla, o sostenida por postes y largueros de madera.



Liss






Deje su e-mail si desea recibir los capítulos de Lazos de sangre en el correo:



Publicar un comentario

29 Comentarios

  1. Sin palabras... su mundo es un completo caos.. jojo se parece a uno que conosco muy bn.. gran cap y ps a pesar de lo que digan Cassie es muy fuerte.. no todo el mundo puede cargar con tantas cosas como ella... espero que las cosas mejoren para ella, se lo merece y ps nadie dijo que ver a su gemelo despues de 9 años seria algo facil....

    ResponderEliminar
  2. OMG! Cuanta hipocresia junta!!!
    No puede imaginar lo insoportable que debe ser vivir en esa casa.... pobre Cassie :(
    Lo peor de todo es que el regreso de Gio no le genero ningun alivio.... el no la busco como deberia haber hecho... recien un dia despues es que la busca para hablar?
    Oh! y los sentimientos encontrados que tiene por Paolo? Ya me imagino que va a haber alguna especie de triangulo amoroso donde todas las alternativas seran malas.... Paolo no llega a cumplir con los estandares impuestos por la familia (aunque a Cassie no le interesa mucho su opinion) Por otro lado.... no solo su familia, sino todos condenaria una relacion con su hermano :(

    Espero que la inspiracion en esta historia se mantenga.... me atrapo mucho y quiero ver que pasa en esa charla :D
    Besotes, Dany

    ResponderEliminar
  3. mellanie22:11:00

    Increible es dificil pensar que se viva entre tanta hipocresia y no poder tomar decisiones sobre tu vida!! uyy yo odiaria vivir asi jeje y pobre cassy es realmente fuerte soportar todo esa vida y ahora su amado hermano regresa y de que manera en moto!! ohh yo alucine con esa imagen y solo con su chaqueta de cuero!! OMG jeje
    genial el capitulo y la historia quiero mas quiero mas!!
    saludos de mi lindo ecuador!!

    ResponderEliminar
  4. Sus padres.... unos autoritarios
    Gio.... q onda? Años sin ver a su hermana y parece que no le importa
    Paolo... que quiere mas de ella

    Pobre Cassie, la compadezco, encima con lo que se le viene... viviendo en un mundo lleno de hipocresia, igual ella podra contra todo, se nota que es una mujer muy fuerte, incluso tiene mucha mas fuerza que Gio, ya que él escapo, mientras ella aun sigue luchando por subsistir entre su familia.

    ResponderEliminar
  5. Ayyyy Diosss sentimientos encontrados!!! no puedo evitar estar de acuerdo tantito con el papá de Cassie, porq mierda Gio se largo! wn se largo!!! ahora llega y resulta que le hacen fiesta (hare esto en mi casa a ver si hacen lo mismo -.-' ) pero el punto es que llega Gio y la mamá de Cassie bueno de los dos se vuelve mas perra con ella pfffff a la madre, ella tiene razon en pensar que con Paolo es el unico con quien cuenta? su papa aunq lindo y todo la asfixia igual que toda su vida no? digo a los ojos de su madre siempre ha vivido a la sombra de su "hermanito" ja! q se vaya a la porra! pero la cuestion es que ahora Gio probara un poco de bilis en la garganta cuando Cassie le conteste la pregunta!!!! y salga cierto buen "amigo" con intenciones profundas para con ella a la conversacion!!! (es que no puedo evitar sentirme resentida con Gio, cierto seguro la situacion entre el papá y el ha sido una mierda, pero vamos! dejo a su hermanita a sufrir todo! eso no se hace!) a ver que tal nos va... :D

    ResponderEliminar
  6. Anónimo9:29:00

    Gio es todo un caso 0.0!

    Mira que llegar así como así con Cassie, este tipo es más fresco que una lechuga u_u--

    Realmente odio este tipo de familias ToT. Realmente no soporto eso de las apariencias y todo ello. Yo vivo con ello y eso que mi familia no es ni rica ni importante (al menos eso lo justificaría, pero ni eso).

    He de decir que Paolo me agrada de verdad, es todo lindo n//n~!

    En fin~!
    Maravilloso Chap!
    Besos!

    ResponderEliminar
  7. Vale, no me esperaba para nada este reencuentro...
    Una fiesta de verdad¿? Se puede ser más falso =_= Es que odio todo eso de aparentar que todo es perfecto... me pone enferma.
    Y yo también pienso que Cassie es fuerte por que para soportar todo eso... hay que serlo...

    En fin, que me ha gustado el capitulo, aunque no es muy esclarecedor con respecto a Gio y Cassie pero de todas formas ha estado bien :)

    ResponderEliminar
  8. mmmm Gio tiene una moto :)~~~~
    amo como se ven los machos en ellas, jajajaj; me gusto mucho el capitulo, el tan esperado encuentro y ninguno sabe komo actuar despues de 9 años de no verse , era de esperarse :P
    espero pronto saber las impresiones de nuestros amados personajes :P

    ResponderEliminar
  9. _angie_Ѽ_cullen_11:55:00

    Se ven guapísimo Gio y Paolo!!!
    no me sorprendería que Cassie tuviera que
    elegir entre ambos... hahaha...xD
    Excelente cap. chicas!!!
    BesiitOs!!!
    Angie-Beth

    ResponderEliminar
  10. HEYDIE12:36:00

    DEBO REITERAR QUE NO CONFIO EN PAOLO, NO SE ALGO NO ME GUSTA TAL VEZ ESTE EQUIVOCADA.
    EL REENCUANTRO FUE MUCHO, PERO MUCHO MEJOR DE LA QUE ME HABIA IMAGINADO... HAY MUCHAS COSAS EN LAS QUE ME IDENTIFICO CON CASIE... AMO ESTA HISTORIA.
    MIL BESOS DESDE HONDURAS

    ResponderEliminar
  11. Wooo anciaba este reencuentro !! y muero por leer que mas pasara en este reencuentro y la dichosa fiesta y este tal Paolo no me late la verdad para nada algo no me cuadra por asi decirlo .. me encanta esta historia !! espero el sig cap sea muy pero muy pronto

    ResponderEliminar
  12. hola excelentee capii!! guauuu pobree cassie su mente es un caos y en cuanto a sus padres por dios no la dejan vivirr tiene que hacer lo que ellos quieran y digan y lo de las clases socialessss ufff pobre cassie y se encontro con Gio siiiiiiiiiiiii estaba esperando este momentooooooo que buenoo a ver que pasa de ahora en adelanteeee si las cosas mejorann aunque por que no la busca antes llego y un dia despues recien la buscaaa ....y Paolo igual no me termina de cerra por ahi nada que ver y son locuras mias jajaja...ahh me gustoo muchisimo la fotoo de Gioo ess muyyy sexyyyyy y lindo!! bueno bessostessssss!!!!

    ResponderEliminar
  13. okis uan cosa fiesta despues de enterran un familioar que familia de hipocritas pobre cassie y ese gio osea ahora viene com si nada ha pasado y la ignoro completamente como lo odio (auqnue el de la foto esta guauuuuuuuuu) espero que cambie besos y excelente cap


    pd me quedo con paolo papsito auqnue gio este hermsoso

    ResponderEliminar
  14. Waaaaa regresso!! pff! despues de tanto, espero que no sea por lo que dijo cas del testamento..., awww paolo se me hizo tan lindo en este cap, mi vido, ya no se que creer de el XD, me encanto! el cap, esta divino, y que onda con los 'papis' de los gemes? dios....insoportables!!, en fin, me encanto el cap! ya espero el prox!, (k)!!

    ResponderEliminar
  15. Ohhhh niñas me dejan con la boca abierta como puede haber tanta superficialidad en una familai y dejar que se desintegre... y Poalo o duce Paolo hermos paolo si ella no te pela ven a mi jujujuj...
    y POR FIN!!!!!!!! se encontraron GIO Y CASSIE!! ya quiero ver que sucede niñas que buen capitulo

    ResponderEliminar
  16. Q FAMILIA..... TENAX Y Q MAMERA ..SOLO SE DEJAN LLEVAR X APARIENXXIASSS...
    Y HASTA AHORA SE DIGNA A APARECER GIO...MMM PERO CON MOTO Y TODO DEBE VERSE SEXXY....

    ESO DE PALAPA X AQUI CREO Q ES KIOSCO..!!! LOL

    ResponderEliminar
  17. me encantaaa!!!
    espero cap XD espero que cassie este bien con to9do esto, y que no dañe mucho a paolo... en fin
    bss...cuidate!!!
    paaz...gaby!!

    ResponderEliminar
  18. Semjase17:40:00

    por fin aparece Gio..........
    y paolo *baba*

    Excelente capi chicas

    ResponderEliminar
  19. simplemente genial!!! esto se pone mas bueno todavia!!!
    las felicito.. muy buena historia!!!
    un abrazo

    ResponderEliminar
  20. ¿como es posible que pasara todo el capitulo sufriendo y reprochandole a Gio por no ir con Cassie en cuanto hubiera llegado, y al final con solo una sonrisa, me llena de alegria y me planteo el perdonarle esa falta?

    no deveria de causarme tal efecto ¬.¬

    pero ya que... Gio tan divino!!!

    gracias por una nuevo cap n,n

    saludos con muxo cariño

    chiao =3

    ResponderEliminar
  21. hay que va a pasar?? estoy intrigadisima... seguire leyendo!

    ResponderEliminar
  22. Anónimo23:38:00

    ahhh!!! esta qe pica esta historia... apenas ayer me encontre con esta pagina y esta historia me atrapo totalmente...asi qe, muero por otro capitulo!! plis chicas! no tarden *-*

    van excelente(:

    ResponderEliminar
  23. Ayyy Dios... Gio ha vuelto...!! entonces le Cassie le dice de Paolo??... asuu q caos... muero por saber q pasa.. besos chicas...

    ResponderEliminar
  24. ahhhhhhhhhhhh rayos!!!!!!!!!!! por fin el tan esperado encuentro me encanta, está genial... cuando actualizas???

    ResponderEliminar
  25. Quiero más...excelente, me tienes totalemte atraída por la historia
    Espero la continuación

    Gracias

    ResponderEliminar
  26. :O llego lo vio ala yo qe ella minimo lo dejo hablando solo o unas cuantas cachetadas noono y todavia irse asi sin verla en la mañana y Dios la dichosa fiesta qe horror de familia pobre cassie

    ResponderEliminar
  27. o.o que lindo es su Gio, señoritas..:P
    me esta gustando mucho la trama, los personajes..^^

    ResponderEliminar
  28. Adiccion21:26:00

    Ya el tiempo pasa, las ansias se acrecientan, y la adicción se fortalece; los minutos pasan y las letras vuelan. Besos...

    ResponderEliminar

Deja que fluya...